En la hacienda Mijares. Vivía la familia Mijares, o bueno los pocos que quedaban. La dueña por antiguedad y derecho de su fallecido esposo, Doña Pilar. La cual tenía 4 hijos. Ella estaba muy mayor y lo único que quería era ver a sus 4 hijos felices con sus familias y asi estaba siendo. 3 de sus hijos estaban casados, formando sus familias menos Manuel.Un hombre demasiado guapo, demasiado fiestero y demasiado despreocupado para mucha gente. Tenia un concepto de vida muy claro y casarse no estaba entre sus planes ya que las mujeres que se le acercaban a él eran muy distintas y terminaban por aburrirle. Así que solo se divertida y ya, nada más.
Una tarde cualquiera el llegó se una de sus múltiples reuniones con sus amigos y después de pasar a ver a su madre se metió a bañar.... Lucero, una de las empleadas más jóvenes de la hacienda tenía que hacer su trabajo el cual consistía en la limpieza de las habitaciones entró a justamente la recámara de Manuel.
Ella lo odiaba, con todas las palabras. No concilia a hombre más creído y arrogante como Manuel Mijares y ella no soportaba eso. A Veces el le hacia pasar malos ratos pero su madre siempre salía en defensa de la joven ya que conocía perfecto a su hijo.
-No sé porqué me toca esto hacerlo a mi -dijo muy molesta entrando a la recámara encontrando la ropa de este hombre en el suelo- Como odio este trabajo.
Continuó recogiendo el desorden con pesadez y no se imaginaba que ella no estaba sola ahí. Manuel salía del baño con solo una toalla en su cintura y al ver a la joven Lucero con su no tan largo uniforme de trabajo. Podía jurar que su vista era la mejor del mundo. Ella estaba muy entretenida en sus tarea estirando su cuerpo para alcanzar una altura que no era la de ella y justo eso le dejaba ver a su patrón más de lo que debía... y le encantaba, tanto que estaba deseando quitar toda prenda que la cubría y tirarla en la cama y hacerla suya.
Se le acercó deja do caer su toalla y se colocó muy pegado a ella que se tensó por completo.
-Te ayudo? -dijo muy cerca de su oído y a ella se le aceleró la respiración- Se ve que necesitas ayuda Lucerito!
-Se...señor yo... -el besó su cuello y tomó sus caderas para hacer que ella cintiera desde atrás como había despertado deseo en él- Está desnudo!? -fué lo único que salió de su boca y escuchó como el se rió-
-Velo tu misma -ella se quedó tiensa pero el la ayudó a voltearse y miró a ajo quedando boquiabierta- Te gusta lo que ves? A mi me gusta lo que vi -ella no comprendía pero eso se encargaría de hacerle entender de que hablaba-
Y le comenzó a quitar el uniforme. La pobre joven no emitía ninguna palabra, estaba como helada. Los nervios y la impresión no la dejaban reaccionar de ninguna otra manera que no fuera la excitación y cuando ese vestido calló al suelo el se dio el gusto de mirarla de arriba abajo.
-Veía tus bragas cuando trataba de alcanzar allí -hizo un gesto a la repisa- Y me encantó.
-Señor Manuel esto no está bien -intentó agacharse-
Pero Manuel la tomo de la cintura y la pego a él ya que estaba muy excitado. Lucero sintió la erección de él en su vientre y no podía negar que eso la hacía estar muyyyy nerviosa.
-Tienes un muy buen cuerpo Lucero, tienes novio? -preguntó en su oído y ella solo asintió- Pues al parecer tu noviecito no te complace estas nerviosa -procedió a morder le el lóbulo de la oreja-
Ella sin decir nada empezó a sentir como los labios de él besaban suave y delicadamente su cuello contando cada peca de su bello y oloroso cuello y bueno, ella poco a poco se dejaba llevar por el momento tan excitante.anuel bajó sus bragas com una suavidad impresionante detallando todo lo que sucedía.
-No esto no va a suceder -impidió que se las quitara y se alejó- Que sea su empleada no quiere decir que...
-Te gusto. Mira tu piel como reacciona a mi. -se acerca a ella con una sonrisa- Y mira como estoy solo con verte. Andale no te hagas del rogar
-Dije que no -Manuel se volvió a acercar apartando su pelo de su cuello y mordió esa zona erizando le toda la piel-
-Una vez, y te juro que no te voy a molestar mas, te juro que te respetaré después de esto.
-Señor yo... -el la volteó y la besó de momento, sus bocas reaccionaron con perfección que a bos los asustó eso-
-Dime Manuel. -la miró y los dos estaban agitados- Se mía. Por Favor
Y eso fue suficiente para que se fundieron en un beso apasionado y que Manuel se desprendiera del brasier y las bragas de ella dejándola desnuda, tomándose el tiempo de verla. "Si parece una diosa" se dijo en su mente y nada más que eso importaba.
En los beso, las caricias y los roces de las pieles desnudas, todo se iba calentando y deseaban más. Ella principalmente gemía. Y eso hacia que la erección de su patrón tomara más vida poniéndose duro.
-Te gusta? -ella se mordió el labio asintiendo y con eso él hizo un movimiento brusco, causante del que lucero quedará de espaldas a él en la cama apoyándose en sus rodillas y codos.- Te ves tan bien -dijo y tomó su miembro con su mano haciendo movimientos de arriba hacia abajo sin sesar para después posicionar lo en la parte íntima de ella- Lucerito, yo te voy a dejar sin caminar como nunca nadie lo a hecho
Y se introdujo lentamente en su cuerpo provocando un gemido sonoro de ella y que echara su cabeza hacia atrás por la gran satisfacción que estaba sintiendo en ese momento en que lo tenía dentro.
-Diossss siiii, más!
-Pideme lo a mi nombre, tienes la libertad de hacerlo. -Lucero gemía al compás de los movimientos que los dos hacían en ese instante a lucero no se le pasaba x la cabeza que tenía novio, eso era lógico-
-Ahhh, más Manuel. Siii quiero más Ahmmm
-Eso, ni el imbecil de tu novio te hará sentir todo esto. -se adentraba más como ella le pedía- seguro ni te hace llegar a un solo orgasmo.
Lucero prefería no decir nada, ella solo disfrutaba del gran placer que el le hacía sentir. La puerta se abrió y Manuel volteo para ver como una de las compañeras de trabajo de la acompañante que tenía en su cama quedó congelada.
-Perdón! Escuchaba ruidos extraños y decidí pasar sin saber que encontraría
-Tu no viste nada ok -ella asintió temerosa- El que decide soy yo. Donde yo me entere que has abierto la boca perderás tu trabajo y hablaré con todos pera que en ningún otro lado te den trabajo ok ahora salte y sierra la puerta.
Lucero tapó sus ojos frustrada y complacida
-Esto es un problema -dijo agitada viendo a su patrón por encima de su hombro-
-Nada malo te sucederá -acaricia su espalda sudada- Desde hace mucho tiempo te he traído tantas ganas que no te imaginas -dijo embistiendo la aún más fuerte- Por eso te provocaba tanto Lucero Oghh -le dio con más fuerza y ella no podía más con sus gemidos ahogados lo cual no resistió y gritó llegando al éxtasis pero a Manuel eso no le importó, le siguió dando con fiereza y estaba cumpliendo su palabra, le estaba dando con todo con el propósito de complacerla y dejarla con dolor en todos lados.-
Después de unos 20 minutos Manuel acabó de torturar a Lucero que se quiso levantar para ir por su ropa pero no pudo estaba muy adolorida de la espalda baja y de sus piernas que cuando las apoyaba en el suelo le temblaban e hizo un segundo intento, ya estaba de pie pero Manuel la detuvo
-Quedate conmigo -ella frunció el ceño- Eeee, tómalo como una orden, soy tu patrón
-Me dijo que lo llamara por su nombre
-Y así será pero ahora eres mía. Duerme conmigo hoy y todas las noches
Eso no era lo que ella quería en su vida pero ahora mismo necesitaba descansar así que sin más palabras se acostó al lado de él que con una sonrisa la cubrió con las sábanas para después abrazarla y dormir juntos.
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Cuando este relato llege a los 20 coment subo la segunda parte 😉
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aventuras spawlers
Romansarelatos eroticos pero no tan 3roticos sjskjsks lean les va encantas no apto para eternas jsksjsks by