Un castigo celestial
Los ojos de Jimin pesaban como si estuviera cargando una tonelada de piedras encima de sus párpados, pero no podía abrirlos para averiguar de dónde provenía el terrible olor a azufre que estaba provocándole arcadas. Trató de recordar con todas sus fuerzas cómo llegó a esa situación, sin embargo todos sus recuerdos parecían haber desaparecido de su cabeza.
Sin lograr controlar las náuseas a causa del olor a azufre comenzó a vomitar, sentía una desesperación profunda porque no podía respirar ya que estaba acostado boca arriba sin poder moverse. Llegó a tragar parte de su vómito para evitar morir asfixiado hasta que de pronto sintió un par de manos frías tocar su espalda para ayudarlo a sentarse. Jimin vomitó todavía más porque el aroma a azufre se intensificó ya que el rey demonio emanaba aquello que tantas náuseas le causaba.
—Si te mueres no será divertido para mí... —ronroneó cuando lo sentó en el borde de la cama.
—¿Quién eres? —preguntó todavía con los ojos cerrados y lleno de vómito de la camisa.
—¿Bromeas? —Yoongi soltó una leve risita— Abre los ojos, te lo ordeno.
Park Jimin abrió los ojos tan fácil como respirar, es que el aliento de Yoongi lo había hecho dormir profundamente y en su cuerpo todavía tenía rastros de su magia, eso era lo que le impedía abrir los ojos por sí mismo y solo la magia oscura que lo durmió podía despertarlo. Miró a los lados sintiéndose aturdido porque no recordaba quién era, dónde estaba y tampoco sabía quién era ese ángel de alas negras híper atractivo que yacía parado sin camisa frente a él. Añadiéndole a todo eso que estaba embarrado de vómito hasta las alas.
—¿Quién eres? —volvió a preguntar entrecerrando los ojos y con voz dulce.
—¿De verdad no sabes? —Yoongi alzó las cejas y Jimin negó con la cabeza haciendo una especie de puchero que ante los ojos de Min pareció adorable.
—¿Estoy en mi casa? —preguntó con dulzura y Yoongi soltó una carcajada que resonó por todo el castillo.
—¿De verdad no recuerdas nada? —Yoongi tocó las alas de Jimin.
Déjenme los pongo en contexto, tocar las alas de un ángel era invadir su privacidad completamente, para ellos era igual de importante e invasivo que tocar sus genitales. Ahora que ya estamos en contexto comprendamos que Min Yoongi hizo ese acto para probar si verdaderamente el ángel celestial había olvidado sus recuerdos o si era todo una actuación.
—No... Solo sé que soy un Park Jimin, un ángel, pero de ahí en fuera pareciera que todo mi conocimiento fue eliminado —susurró dulcemente sin reaccionar ante el tocamiento de Yoongi.
—Mmm... Yo no te borré la memoria. —Cruzó los brazos.
—¿Ya me puedes decir quién eres?
—Min Yoongi, el rey todopoderoso de este lugar, a quien todos veneran y le deben sus insignificantes vidas.
—Diciéndolo así suena genial, ¿pero insignificantes? No lo creo, además. ¿Qué hago aquí contigo? ¿También soy de la realeza?
—Eres adorable, pero eso no te quita lo peligroso —murmuró—. Métete a bañar, cruzando esa puerta negra está el baño, ahí hay agua, jabón y todo lo que necesitas para quedar reluciente y limpio.
>>No te preocupes por tu privacidad, puedes quitarte la ropa con confianza no voy a entrar. —Sonrió de lado— a no ser que me lo pidas
—Bañarme... ¿Para eso se usa agua y jabón? —preguntó ignorando eso último.
—En efecto.
—¡Bien! —Se puso de pie de un salto, eso provocó que se mareara. Aún así continuó caminando hacia el baño.
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Mi ángel favorito
FantasyMin Yoongi es el rey del infierno, un ángel oscuro invadido de maldad que busca reinar el universo entero y satisfacer sus más profundos deseos personales sin importarle las criaturas existentes. Temido por muchos, amado por otros tantos, pero aún a...