†Capitulo 164† Compañia tranquila...

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Octavio parecía ser un muchacho de constitución fuerte y emitía cierta energía que lo apartaba de quienes lo rodeaban.

En cuanto se despidió de Saharam, el aprendiz Elitezard, marcho en busca de sus compañeros.

Cuatro días habían pasado, y el Titan sagrado ya era merecedor del respeto y admiración de un miembro de la familia real.

-Octavio Imperusz, no solo es uno de los sobrinos del rey de la nación,
si no que también es el mas fuerte de los jóvenes bajo la tutela de Bator-.

Le había comentado su gran guardaespaldas, para ese momento, ya ni siquiera era necesario que el resto de berserkers blindados lo acompañaran.

Bator, el maestro Elitezard, era tan poderoso como temido, y era seguro que nadie sería tan idiota como para meterse con alguno de sus alumnos.

-Dispense mi falta de puntualidad-.
Le pidió un hombre con capucha, esto sobre salto un poco al Titan.

Quien no se esperaba la aparición repentina del que fuera a ser su tutor.

El tal Bator desprendía una presencia única, y su voz relajada no escondía ninguna señal sospechosa.

En su lugar, parecía revelar todas sus intenciones, seleccionando sus palabras.

-Joven Saharam, le presento al señor Bator, el sera el encargado de su preparación-.

-Gracias por la presentación amigo,
creo que ya puedes ocuparte de la seguridad del señor Shaelonhg, ya sabes que nunca se está demasiado precavido-.

-Comprendo-.
Bástheon asintió, se despidió del joven Eli, y dando media vuelta se marchó con los pensamientos turbados.
~Herjell.. hijo de perra, estaría más tranquilo sin tu presencia~.

...........

Tras un rato de charla, Saharam encontro agradable la compañía de su nuevo "Maestro".

Este último le había comentado muchos aspectos positivos de la fortaleza, y que a pesar de lo molestas y reservadas que podían llegar a ser algunas personas,
se podían encontrar excepciones.

-...Señor Bator-.
Saharam dirigió su atención al maestro Elitezard, su voz era seria, pero libre de hostilidad.

-¿Si? No tienes porque dirigirte a mi con tantas formalidades, basta con Bator, jaja, ¿que es lo que te preocupa Saharam?-.
El hombre no llevaba su capucha, por lo que su sonrisa calida y mirada confiable era perfectamente visible.

Saharam asintió, y pregunto por
"sus nuevos compañeros",
hacia rato que Octavio se había marchado en busca de los demás, pero ya comenzaba a oscurecer.

A lo cual, Bator, con toda tranquilidad le comunico que no tenía que preocuparse.

Morgan y Kaston siempre andaban por ahí, ya fuese practicando como el les exigía, o vagando a su antojo.

Beasly por lo general se la pasaba en la biblioteca o practicando en las zonas subterráneas para no molestar a los civiles con sus poderes gélidos.

Y Octavio...bueno, en verdad no sabía que hacia en sus ratos libres.

Daba por hecho que practicaba efusivamente, pero realmente desconocía a dónde hiba.

Sendero primigenio #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora