La noche viene pronto a visitarme, siento la calidez de la hoguera y el frío de mis manos.
Busco consuelo en el páramo, en mi misma, en el papel. Vuelvo a un par de semanas atrás, con ella en casa tras largos años.
Quisiera que el silencio llenara todo para romperlo con mi poco regular respiración. Con el latido de mi corazón, anoche acompasado con el tuyo. Con el nerviosismo continuo de mi cuerpo que no para. Con la arqueología, la poesía, la naturaleza, la compañía, la lucha y el futuro. Quiero romper el silencio, el todo o la nada, con banalidades que dan sentido a la vida.
Mi mente se baña en conceptos: lucha, amor, prosperidad, muerte, dolor, esperanza, solitud, decepción, felicidad, tranquilidad.
Todos conceptos aprendidos de un mundo gastado que nos ahoga, cuando somos tan solo pequeños botes teseanos tratando de cambiar, tabla a tabla. Cuando somos muy simples (como el disfrute de un rayo de sol en invierno), pero a la vez nos hemos puesto aquí.
Aquí, sí, en este sistema que inunda y por más que florezca, siempre pudre.
Y, en esta realmente no tan fría noche, busco, como todos, consuelo en la comodidad de mis privilegios, añorando algo que antes añoraron otros durante siglos, llamándolo utopía.
Miro la luz reflejada a través del cristal, y escucho el silencio; creo que si paro bien los oídos, oigo a lo lejos miles de botellas cayendo injustamente dónde no deberían.
Y escucho el silencio de los políticos por más que llenen sus bocas de palabras, el silencio de un insituto en el que todos gritan pero pocos o ninguno dice algo, el silencio de las calles, el silencio de la más grande de las avenidas, dónde pocos tratan de romper ese silencio compuesto por miles de cristales rotos. Caminamos sobre un campo infestado de cristales, pero todos llevamos zapatos. ¿Nadie ve que él no?
Y yo sigo aquí, en este papel lleno de silencio, esperando agrietarlo aunque sea un poco, en esta noche no tan fría, cerca de la hoguera, oyendo el tintineo lejano de que algo pasa.
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un tercer pedazo de los que componen mi ser.
DiversosPalabras para aquello que no es ni la caída ni el cielo. Mis sentimientos y pensamientos en un parámetro más amplio.