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¿Ser el monstruo o no serlo? 

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¿Ser el monstruo o no serlo? 

Bridget.

Si se preguntan si anoche dormí.

La respuesta era un rotundo no.

Me beso.

Morte me había besado y yo se lo había devuelto de la misma manera.

Wau.

Era sorprendente, como unos días decía querer matarme y otros... que palabra debería usar, es que no hallaba una explicación lógica.

Me encontraba preparando unas tostadas con huevo revuelto, cuando Morte entro a la cabaña, estaba lleno de sangre seca. Lo ignore y me dedique a preparar mi desayuno. Él no dijo nada, solo se metió al baño.

Vale, me besaba y ahora me ignoraba.

Imbécil.

Encendí la radio y una música movida empezó a sonar, no la conocía, pero estaba buena. Moví mis caderas al ritmo mientras sacaba los panes del horno y le ponía los huevos revueltos encima. E inevitablemente había hecho para mí y para Morte. Deje su plato aun lado y me comí el mío aun moviendo mis caderas, y mi cuerpo entero bailando como si estuviese dentro de una discoteca.

Siempre había hecho algo así en mi cuarto o cuando no había nadie en casa y debía cocinarme algo, incluso limpiarme la casa. Era relajante.

Me voltee meneando mis manos al aire, pero se quedaron en medio camino cuando me percate que Morte se encontraba hay con el cabello húmedo y su dorso desnudo. Tragué saliva y retrocedí intentando ignorar su presencia. Que nervios.

Me removí incomoda ante su silencio así que me volteé para hablar.

—Eh echo el desayuno para ti — dije sin mirarlo mientras sacaba el café humeando para vaciarlo en una tasa.

Lo puse frente a él y salí con el mío del espacio de la cocina y me senté en la mesa, y comí en silencio.

Él no decía nada y me desesperaba, es decir no es como que quisiera que me dijera algo respeto al suceso de la noche, si no que actuara normal. Al menos cuando estaba enojado y me gritoneaba, sabía lo que estaba sintiendo, pero ¿Y ahora? Que era lo que pasaba por su mente, que era lo que estaría, pensando o sintiendo...

Suspire frustrada y me levante para lavar los trastes, cuando pase por su lado me moví el cabello de una forma seductora provocándolo. Que, que quería con eso, ni idea.

—¿Has terminado? —pregunté, y como respuesta solo recibí los platos. Los laves sintiendo su mirada detrás mía.

—Tienes idea lo sexy que te veías bailando así —susurró, pero aun así lo escuche a la perfección.

—¿Qué? —lo miré con desconcierto.

—Nada.

—Pues te he escuchado perfectamente.

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