amor sin contrato (Isamil).

capítulo 24: quédate conmigo (final).

¡Pero por Dios papá! ¿cómo ustedes pudieron permitir algo así?. Pregunté enojado y triste apartes iguales.

¿Y qué podíamos hacer Papo? Si cuando nos llamó para informarnos lo que estaba pasando también nos informó su decisión y nos colgó el teléfono, no pudimos hacer nada para evitarlo; esa fue su decisión y hay que respetarla. Y con esa respuesta de mi papá, entendí que Alejandro de verdad me amaba y prefirió sacrificar su vida con tal de que yo viviera y fuera feliz aunque no fuera con él; allí fue donde me di cuenta de que la desición de Alejandro fue lo que demostró más cuánto me amaba que cualquier otra declaración de amor. Y así fue como mi mundo entero se cayó a pedazos pues la única persona que me sostenía de pie ya no estaba y ahora a mí me tocaba vivir sin él y con miles de preguntas por resolver, Como por ejemplo ¿qué hubiera pasado si yo le hubiera dado su lugar y le hubiera devuelto todo lo que él me daba? ¿Qué iba a hacer ahora que él no estaba a mi lado? ¿Cómo iba a cuidar de las gemelas si ni siquiera fui capaz de cuidar de mí mismo? ¿Por qué Alejandro tuvo que sacrificarse así por mí? ¿Por qué tuve que demostrar mi debilidad ante isaza frente a él? ¿Será que posada venía pensando en esta posibilidad y al ver mi reacción cuando isaza cayó a sus pies fue que lo decidió?. Esas eran sólo algunas de las muchas preguntas que se me pasaban por la cabeza, preguntas a las que nunca encontraría respuesta puesto que la persona que me las podía dar ya se había ido y no volvería jamás.

¿Y han sabido algo de Juan Pablo?. Interrogué un poco asustado.

Pues lo único que sabemos es que no está muy bien; de hecho los médicos no creen que pueda sobrevivir. Respondió mi mamá con lágrimas en los ojos.

Por cierto papo, Alejandro Hace algunos días nos dio esto para que te lo diéramos pero nunca encontramos el momento hasta ahora. Dijo mi padre y me entregó un sobre y en cuanto lo abrí, pude notar que se trataba de una carta; con cuidado la desdoblé y comencé a leer su contenido.

Querido Papo:

El día de hoy decido escribirte para despedirme.

Tal vez te pueda parecer que soy un cobarde pero no soy capaz de decírtelo a la cara, así que prefiero escribirte porque quiero hacerlo bien esta vez.

Aunque yo te quise así tú no lo quieras ver sabes que esta historia ya tenía escrito su final. Un final en el que no existe un nosotros.

Quiero que sepas que en mis días grices siempre vas a estar porque serás un recuerdo imposible de olvidar.

Me voy tranquilo porque sé que aunque yo no esté, tú siempre me recordarás cuando otras manos te acaricien, sé que aprenderás a querer por fin tus cicatrices y aunque quisiera quedarme para no dolerte más, te escribo para despedirme y nada más.

Te deseo mucha suerte en tu vida y que seas muy feliz al lado de isaza porque sé que aunque no me lo digas de frente, todavía lo amas.

No te preocupes por mí porque yo estaré bien. Quizás en este momento no lo entiendes pero será lo mejor para los dos porque a mi lado no eres feliz y yo no puedo construir mi felicidad a Costa de la tuya porque el que ama piensa en la otra persona antes que en sí mismo.

Me gustaría que sepas que a tu lado fui muy feliz pero ya es momento de alejarme, no sin antes decirte unas últimas palabras.

Te amo.

Con todo mi amor: alejo.

Pd: lucha por isaza por favor, no dejes que los mal intencionados se salgan con la suya.

Terminé de leer la carta y mis lágrimas comenzaron a caer como si de un río se tratara. Así pasé más o menos 30 minutos hasta que sentí una suave mano pasearse por mi cara.