2| Te Felicito

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Hermione supervisaba a Theodore, que tras darse cuenta de que robó comida por más de mil galeones se ofreció a limpiar la casa. Ella aceptó con la condición de que lo hiciera al modo muggle.

- debí ofrecerme a pagar, no a asear esta pocilga - no dejaba de refunfuñar - estaría ahora en un concierto y no soportando los sollozos de Granger.

- No hay conciertos desde que Las Brujas de Macbeth se disolvieron - rebatió Hermione y añadió-: no estoy llorando, suspiro de cansancio porque no sabes ni trapear el piso.

Theodore puso los ojos en blanco mientras fregaba platos - No podré asear la casa al modo muggle, pero sé de su música, clubes nocturnos, cantantes y demás... - Se distrajo porque vio ingresar a más de una lechuza por la ventana.

Hermione se apresuró a espantarla ya que habían tantas como si se tratase de un enjambre de abejas, cerró las ventanas del departamento.

- ¿los solteros de Londres te están pidiendo citas? - él la cuestionó tras ver la sentarse en el sillón de cuero - Deberías salir, aceptar las citas, no quedarte encerrada a llorar.

- No son cartas sobre citas, es algo distinto - Hermione fijó la mirada en una pila de platos que estaban sobre la encimera de la cocina.

El antiguo Slytherin se acercó a paso lento a ella, entendió todo cuando vio los ojos anegados de lágrimas, por lo que su delineador empezaba a correr y deslizarse por sus mejillas dejando caminos negros.

- ¿qué más quiere de mí? Le di todo, firmé el divorcio y se quedó con todo los bienes que adquirimos - Hermione ahogó más de un sollozo, se limpió las lágrimas con las mangas de su blusa - Es un mentiroso, dijo que íbamos a estar incomunicados, que nunca más íbamos a vernos las caras...

- ¡Weasley, es un maldito! - soltó de impotencia - ¿qué es lo que te dice en las cartas? ¿Te falta al respeto? ¿Acaso te prohíbe salir a citas?

Hermione asintió levemente con la cabeza, tosió un poco para aclarar su garganta y leer la carta - Seamos amantes, te haré un favor al darte sexo casual, seré el único que te ha tocado y soy el único que podrás amar...

Theodore se quedó helado, tomó aire por la ira que sentía, iría a romperle la cara ese remedo de ser humano, si así podría llamarlo. Antes de que siquiera pudiera hacer algo, por la chimenea ingresó Pansy Parkinson.

- ¡Blaise! ¡Traje Whiskey de fuego! - Exclamó, se quedó observando lo que ocurría en la sala, veía llorando a Hermione, sus mejillas teñida de negro y Theodore con una expresión de odio - ¿se puede saber que hiciste, Theodore?

- No fui yo - le arrebató la carta a Hermione para entregársela a la recién llegada - ¡Fue el Weasley estúpido, no me basta con revolcarse con Astoria y hacer cornudo a Draco! ... ¡Ahora quiere humillar a Hermione con la sarta de sandeces que escribió!

Pansy leía palabra por palabra, sentía tanta ira qué sus uñas rojas se iban clavando en el pergamino. - Que bien actúa este miserable, a la prensa le dice que esta sufriendo por tu partida, pero te trata como una más... Te casaste con un canalla, Granger.

- Lo sé, puedes reírte de mi desdicha, Parkinson. - Hermione evitó mirarla, ya era suficiente para ella, para que su antigua enemiga del colegio se enterara sobre el desastre que era su vida amorosa.

Pansy ladeo la cabeza tratando de comprenderla, había sido una desgraciada en el colegio, sin embargo, eso era parte del pasado y tras tres divorcios, sabía lo que era sufrir. - ¡Somos mujeres, Granger! No soy tan mala como crees, la vida ya me regresó el dolor con creces.

- Creele, la engañaron tres veces. Lloró en mis brazos como una niña, tuve que limpiarle los mocos de trol- Theodore soltó como si fuera una gran hazaña. - e hice lo mismo con Draco, aunque le costó mucho, está en pie. - le tendió un pañuelo rojo. - No necesitas a un hombre para ser feliz, lo que necesitas son amigos que estén en tus momentos tristes.

Hermione tomó el pañuelo para limpiarse las lágrimas, estaba conmocionada por lo que estaba escuchando de aquellas personas a las que creía insensibles y detestables durante sus años en hogwarts.

~×××~

Ronald Weasley sentía que todo le daba vueltas, lo último que recordaba era estar en su oficina dentro de Sortilegios Weasley, vio ingresar una figura femenina, antes de que pudiera reaccionar sintió un golpe en su cabeza y como se mojaba su ropa.

-¡Mamá! ¡Por qué hay un comadreja gigante pelada bajo el sombrero de la tienda? - escuchó a un niño gritar.

De hecho escuchó un bullicio que se iba creciendo, desde risas burlonas hasta o palabras de sorpresa. Entonces se hizo consciente de su cuerpo y del frío que sentía sobre su piel. Donde debían haber piernas solo tenía patas y donde debían haber dedos habías garras.

-¡Baja de ahí! - gritó George -¡vas a arruinar la reputación de la tienda!

¿Bajar de donde? Ronald observó a su alrededor, quiso gritar, mas de su garganta solo salían chillidos como los de un animal.

Fred salió de la tienda con un letrero en la mano, con ayuda de su magia lo colocó sobre el dintel de la puerta. - ¡Brinca ahí y colabora con la publicidad de la tienda!

No tuvo más remedio que seguir las órdenes de su hermano.

La venganza de Pansy apenas estaba empezando y dejarlo pelado no iba a ser lo único que haría para recuperar la sonrisa de Hermione Granger

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La venganza de Pansy apenas estaba empezando y dejarlo pelado no iba a ser lo único que haría para recuperar la sonrisa de Hermione Granger.

Divorciada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora