Capitulo I: Monotonía

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"Las suaves gotas de lluvia golpeaban con delicadeza la ventana, tejiendo un ritmo hipnotizante. Pero a medida que pasaban los segundos, esa lluvia, inicialmente apacible, se transformaba en una precipitación despiadada, arrebatando su tranquilidad. Lo que antes era un susurro suave se convertía en un estruendo atronador, anulando todo tipo de comprensión. La mente de una persona es compleja, pero al igual que una lluvia puede dar un caos imprescindible."

Despertar, desayunar, trabajar, almorzar y luego cenar un ciclo aburrido y repetitivo, salvo los domingos y sábados aunque son lo mismo cada sábado y domingo, no se pueden distinguir del anterior y tampoco es que busque cambiarlo, o sea simplemente vivo por el hecho de vivir.

Este día es prácticamente lo mismo, no consideraría un día mejor que otro ni siquiera mi propio cumpleaños.

Mi trabajo es uno como cualquier otro, uno muy común, gano bien para lo que trabajo y tampoco busco algo para mejorar. Se podría decir que soy un conformista y para mí es suficiente, pues no estoy casado ni tengo hijos o algo por el estilo, solo estoy yo y solo yo en mi vida. Estoy muy seguro que así estoy bien aunque esto suene muy deprimente.

Hoy estoy caminando a mi "hermoso" trabajo, mientras camino siempre me gusta observar los árboles, ya que la ruta que tomo para llegar al trabajo cuenta con avenidas arboladas.

Mi oficina se encuentra en el sexto piso del edificio. Es un lugar típico, con filas de escritorios donde todos parecen ocupados, pero en realidad, no estamos haciendo nada realmente importante. Es un trabajo que requiere un mínimo de esfuerzo mental, y eso es precisamente lo que me gusta de él. Solo necesitas seguir las instrucciones, marcar casillas en formularios y asegurarte de que todos los informes sean presentados a tiempo.

En el transcurso de los años, he llegado a conocer a algunos de mis compañeros de trabajo, aunque nuestras conversaciones suelen ser superficiales. Nadie parece querer profundizar demasiado en sus vidas personales. Tal vez sea porque todos tenemos una especie de secreto que nos mantiene alejados de la intimidad, o simplemente estamos demasiado atrapados en la monotonía de nuestras vidas para preocuparnos por lo demás.

Hoy es como cualquier otro día en la oficina. Sigo completando mis tareas, marcando casillas en los informes y esperando que el reloj marque las 18:00 p.m. para poder finalmente regresar a casa y seguir con mi rutina. No tengo grandes expectativas para el día, solo espero que sea tranquilo y sin sobresaltos.

BIORUST [CAP 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora