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¡NGH!— Tu vista se volvía negra, la respiración se entrecortaba y tú corazón parecía que iba a estallar del pánico. —¡a-aAGH!—Lo único que podías hacer era luchar en vano por sacar la mano del psicópata de tu garganta. Era demasiado fuerte y tus manos solo le hacían cosquillas.

¿Por qué tú entre todas las personas? Solamente estabas haciendo tú trabajo, querías volver a casa para poder dormir y terminar de una vez ese día... pero parece que ya no vas a poder volver a casa, ni siquiera sabes si vas a poder salir de esto con vida.

Aunque no lo pareciera, los brazos de este enfermo eran bastante por no decir demasiado fuertes. Cómo si fuera un monstruo hecho para destruir.

De repente todo se volvió negro, ya no podías luchar más. Realmente no estaba tan mal ¿no? Al fin y al cabo tú vida era miserable, tú eras miserable y todos te veían de esa forma. Sería mucho mejor así, de esta manera tu familia no se daría cuenta que eras una decepción para ellos. Ya habías aceptado tu destino.

Pero justo en ese momento el enfermo se percató de que te estabas yendo al otro lado y liberó tú cuello de sus garras para que volvieras a la vida. Realmente no quería que te murieras en ese instante, la diversión acababa de comenzar. —¡AARRrghh... haaa... haa...— Te quedas quieta en el piso mirando al techo respirando profundo, tratando de recuperar todo el aire que habías perdido.

De pronto escuchas una risa llena de maldad. Rápidamente giras tú cabeza hacía donde provenía el sonido y te encuentras con tu captor. Ya no llevaba esa máscara tétrica que tenía puesta cuando te persiguió, claramente no hacía falta que la tuviera puesta. Él sabía que no ibas a poder escapar nunca de ese lugar.

Sus ojos eran blancos y tetricos, no transmitían nada más que sadismo. Su boca en cambio, era de lo más espeluznante con esos colmillos sobresaliendo, como si estuviera esperando por comerte. —¿Q-qué quieres de mi...?—Comienzas a llorar cuando te diste cuenta de tu realidad, podías morir en cualquier momento.

El hombre para y se limita a sonreírte. —¿Qué piensas que quiero? Lo único que me interesa de ti es esa cara tuya llena de terror...—Con cada palabra se iba acercando cada vez más. —...puedo sentir cada latido que tu corazón me dedica...—Saca un cuchillo y comienza a pasar el filo suavemente por tu brazo. — ...pero lo que más me gusta son tus lloriqueos y gritos~

Con la última palabra el cuchillo solo se clavaba más profundo en tu piel y tus gritos de dolor se intensifican. —¡AAGH! ¡YA BASTA POR FAV-! ¡AAAaaAGGH!— Tú cuerpo se arqueaba cada vez más por el dolor. Luego de gritarle sólo empeoró las cosas y lo clavaba con más fuerza, hasta que lo saco.

Primero de todo, el único que puede darte permiso para que hables soy yo. Así que no quiero escuchar tu estúpida voz a menos que yo te lo ordene ¿entendido?—El hombre te queda mirando esperando una respuesta pero todavía estabas en shock por lo de tu brazo. Al no tener respuesta acerca el mismo cuchillo que utilizó, a tu garganta. —TE ACABO DE PREGUNTAR SI ENTENDISTE.

Las lágrimas empeoraban con cada palabra que saliera de su boca, pero tú instinto de supervivencia hizo que asintieras. Ibas a hacer lo que fuera para sobrevivir. —Buena chica... —Podías ver en primer plano como sus colmillos se mostraban en conjunto con su sonrisa. Era algo tan salvaje y primitivo... nunca habías visto alguien tan macabro.

Luego de reírse se levanta, parándose y tomando unos pasos por la habitación para acercarse a un mueble que, por lo poco que viste, tenía numerosas herramientas. El sonido de metales rozándose mientras buscaba algo taladraba tú cabeza, haciendote transpirar y sollozar muy bajito. El dolor de tu brazo seguía aumentando así como también la sangre que salía del mismo ¿Realmente era posible salir con vida de esta situación?

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⏰ Última actualización: Nov 03, 2023 ⏰

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«PsicóticaMente» - DG x MC [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora