Hoy fue un día cansado para Yoongi, alrededor de una semana había tenido que adelantar sus vacaciones en su trabajo porque estaba en finales de la universidad, por lo que se había encontrado últimamente demasiado ocupado, pero agradecía muy en el fondo que ese era el último día de exámenes.
Ser padre, estudiante y pieza fundamental en su hogar era demasiado agotador. Sin embargo, todo valía la pena porque tenía dos razones para seguir adelante en su vida.
Min se encontraba en la biblioteca de la facultad de medicina, buscaba un libro que lo pudiera ayudar más con lo que debía estudiar, estudiar medicina era agotador, pero a la vez era algo que lo apasionaba y que siempre soño ser.
— Aquí está —Suspiró tomando el libro, cuando decidió regresar a dónde tenía sus cosas.
Debía estudiar lo más rápido posible ya que dentro de poco le tocaba rendir un examen demasiado importante.
— Vaya, pero vean a quien volvemos a ver luego de tanto tiempo.
El chico de ojos gatunos alzó su mirada del libro, extrañado por aquella voz, por su aroma reconocía que era aún alfa, pero algo en su aroma le resultaba conocido. Su expresión pasó de confundida a una seria, jamás en su vida pensó en encontrarse a alguien de su pasado o que estuviera enlazado en acontecimientos que sucedieron en esos años.
— ¿Que haces aquí Lee? —Preguntó cortante, con todas las ganas de levantarse de su asiento, tomar sus cosas e irse de ese lugar.
— La universidad es libre, dulzura, cualquiera con los recursos suficientes puede estudiar aquí, no le veo algún problema —Contesto sin borrar su sonrisa de su rostro — Aunque en realidad me sorprende que estés aquí estudiando, después de lo que pasó la última vez que nos vimos. Pero en sí, es una casualidad que nos hayamos encontrado aquí, o quizás sea el destino.
Ignorando lo que dijo aquel hombre Yoongi se levantó guardando sus cosas, tomó prestado el libro de la biblioteca, después de todo con eso no había problema alguno. Solo quería salir de ahi, quería olvidar totalmente cualquier cosa que le recuerde el pasado y todo lo que sufrió luego de perder el apoyo de las personas que él quería más en su vida.
— ¿A dónde vas bonito? —Lo siguió esperando captar la atención de Yoongi.
— Déjame en paz Minho, ya tuve suficiente de ti en el pasado, te agradecería que por favor no me volvieras a dirigir la palabra —Le dió una mirada fría cuando se volteo a mirarlo — No me interesa saber de ti, ni hablarte, peor aún verte.
— No es posible que quieras eso, después de que me jurabas amor eterno —una risa divertida salió de sus labios sin apartar la vista de Min.
— Por dios, era un niño en ese tiempo, no sabía las tonterías que decía en ese momento —solto sin la más mínima gracia en su voz — Solo alejate de mí.
Sin más dió media vuelta y siguió su camino, lejos de aquella persona que le causó daño hace unos largos años, no valía la pena recordar cosas de su pasado, no cuando se sintió traicionado y abandonado por quien decía amarlo.
¿Que hacía él aquí? ¿Cómo llegó a verlo entre tantas personas? En tanto tiempo que llevaba estudiando en esa facultad jamás se lo había encontrado, y agradecía eso enormemente, pero aún así luego de tanto tiempo se lo llegó a encontrar.
Se apresuró en llegar a su salón para poder estudiar antes del examen, pero a pesar de eso no podía sacar de su mente la estúpida sonrisa de aquel tipo, lo odiaba. Pero a pesar de odiarlo ese idiota, como él lo llamaba, le dió a sus tesoros más preciados en su vida.
Luego de rendir su último examen en el día salió en espera de algún autobús o taxi que lo llevará donde Namjoon para poder pasar recogiendo a sus hijos, quienes los esperaban ansiosamente, odiaba tener su auto en reparación por un pequeño accidente que tuvo hace unos días atrás, eran pasadas las diez de la noche y era casi imposible de que pueda irse de inmediato.
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Un alfa para papá || JIMSU
Fanfiction❝-Papi, ¿estas bien? -Preguntó el menor, por minutos, de los mellizos. -Si cielo, estoy bien, no se preocupen por mí y salgan a dar un paseo. Pero ambos niños sabían que eso no era cierto, su padre sufría cada vez que llegaba su celo. Ahora más que...