¿Conoces a Noah?
En pocas palabras, sí.
¿Somos amigos?
No.
Pero a la mayoría de las personas que le digo esto, no confían en mis palabras, por la siempre razón de que vivo en la casa de él. Dentro en una habitación al final de pasillo que dirige a la cocina. Soy su empleada, no por voluntad propia, sino porque mi madre trabaja para ellos y como no tengo una casa física a la cual llamar hogar. Nuestra única opción fue aceptar en ese lugar tan desconocido para mí, pero conocido para mi madre.
Creo que conocer no implica que seas allegado a esa persona, solo es una manera corta de decir que lo has visto y que sus facciones se te hacen conocidas. Entonces eso es lo que me pasa con Noah, vivo en su casa, pero somos totalmente desconocidos uno del otro. Cada uno porta un lugar en esta casa. Yo, la hija de la cocinera y el hijo del jefe de la casa.