- Hola, escuché que ayer fue tu último día de entrenamiento con Damian – Layla y yo nos encontrábamos sentadas dentro del salón de clases platicando
- Sí, no pude tener avances con él por más que me diste oportunidades – Layla parecía que casi quería llorar – Yo creo que él no está interesado en mí, así que simplemente me rendiré – Cuando oí esto sentí como un alivio, aunque por otra parte me sentí mal por pensar eso - ¿A ti como te fue con Asth?
- Bien, ayer por primera vez le gané en un combate, fue muy divertido
- Me refería a si ya le confesaste lo que sientes
- Sobre eso, creo que hubo un mal entendido
- ¡Chicas hola! – Una de nuestras compañeras de clase se acercó a nosotras y nos dio un panfleto – Tal vez no lo recuerden o en este caso Mili no lo sepas, pero dentro de cinco días exactamente será el baile de la luna roja, se hace cada cinco años, así que les doy una invitación. Recuerden ir con alguien que amen – Dijo emocionada y tras esto se fue
- ¡Es verdad! – dijo emocionada Layla, a veces se me olvidaba que ella era más chica que yo por dos años
- ¿Qué es ese baile?
- A diferencia del plano humano, aquí en Ashkaly no tenemos muchos eventos astronómicos, uno de ellos es la luna roja, normalmente pasa cada cinco años aquí, sin embargo desde hace siete años que no había pasado. Y como podrás escuchar, en cinco días se dará ese fenómeno. Aquí en Yiaxus se creó como una costumbre de organizar un baile cuando ese evento pase, además desde hace años se tomó la creencia que si una pareja baila cuando la luna esté completamente roja, podrán estar unidas para siempre, incluso dicen que la luna roja es la que forma a los basthert. ¡Ay Mili! Estoy tan emocionada, tendremos que prepararnos, comprar un vestido e invitar a alguien
- No me llama tanto la atención, además se supone que aquí está prohibido los romances
- Lo sabemos, por eso se hace a escondidas, incluso los guardias nos apoyan, siempre y cuando no se entere el general todo estará bien. Ándale vamos
No sé cómo Layla siempre lograba convencerme fácilmente, tal vez era porque le tenía mucho aprecio, era como una hermana menor. Cuando llegó el sábado, Layla, Aylin y yo salimos a la ciudad de Yiaxus, a buscar tela para los vestidos, ya que Layla se ofreció a confeccionar unos. Incluso Aylin estaba un poco emocionada por el baile
- Yo a ese evento no le veo tanto lo romántico, después de todo no sabemos si es cierto. Pero como lo habrás notado me encanta bailar, así que no me perderé el baile – Aylin venía platicando con nosotras
No había muchas tiendas de ropa o de tela en Yiaxus, por lo que la mayoría de las chicas iba a la ciudad de Ashkaly para comprarse su ropa. Sin embargo Layla dijo que ella podría crear vestidos maravillosos con las telas que tenían aquí. La verdad no estaba tan segura si le daría tiempo a Layla de hacer tres vestidos en dos días, pero habría que confiar en ella, además que a mí no me molestaría no llevar uno, prefería la comodidad de un pantalón. Cuando terminamos de elegir las telas fuimos nuevamente al campamento, en donde Layla nos tomó medidas
- ¿Hay algún estilo de vestido que les gustaría?
- Lo dejamos en tus manos – respondió Aylin
- De acuerdo, entonces me pondré a trabajar ahora mismo
Dejamos a solas a Layla, mientras que Aylin y yo fuimos a comer juntas a un restaurante de la ciudad, hablamos un poco y nos reímos como nunca. Cuando comenzó a hacerse tarde regresamos al campamento, ya que debía seguir entrenando con Asth.
- Bien, pasaremos al último paso que te queda para tener tu propia arma de sangre, sin embargo es el más difícil y doloroso – Asth ya me había explicado de qué se trataba este último paso, el portador debería hacerse un corte en la mano dominante y dibujar una runa en el suelo, se recitaría un hechizo que abriría el "portal al alma" de la persona, cuando se abra deberá introducir en su cuerpo el arma que desea convertir en parte de sí mismo. Sin embargo este proceso era doloroso - ¿Estás lista? – asentí
Asth me dio un pequeño cuchillo para iniciar el proceso, lo tomé un poco temerosa y me corté la palma de la mano derecha, dolió como nunca. Asth ya había preparado todo el suelo, así que yo únicamente con las gotas de sangre que me salían comencé a dibujar la runa, recuerdo perfectamente que Asth me había dicho que hiciera un corte profundo y limpio, ya que si no me salía la sangre suficiente tendría que cortarme nuevamente. Una vez que terminé me senté en medio de la gran runa, al lado de la espada samurái con la que había combatido contra Asth, comencé a recitar el hechizo, varias veces me equivoqué al recitarlo, por lo que tuve que repetirlo hasta que me salió bien. Supe que todo iba de acuerdo al proceso ya que la runa comenzó a iluminarse de color morado y eso significaba que solo quedaba algo más que hacer, introducir la espada, la tomé y comencé a introducirla donde había hecho el corte de mi mano. De haber sabido que tenía que introducirla toda, habría escogido una espada más pequeña.
- Vas bien Milena, solo resiste – Intente bajar un poco más la espada, pero fue inútil, ya no soportaba el dolor que invadía todo mi brazo, sentía que en cualquier momento podía desmayarme – Sé que puedes – Empujé nuevamente la espada y estaba vez bajó hasta la mitad, pero comencé a ver borroso – Milena, Milena – escuché la voz de Asth llamándome, pero en unos segundos, ya no veía nada – ¡Mili!
- ¿Estás loco? Se necesita un entrenamiento mayor, ella no tiene mucho en Yiaxus, era obvio que iba a pasar esto – No sabía si estaba soñando o qué era, me encontraba con los ojos cerrados escuchando un par de voces
- A diferencia de ti yo confío plenamente en ella, sé que ella es capaz de concluir el ritual del arma de sangre
- Chicos ya, suficiente, creo que se está despertando – Abrí los ojos y lo primero que vi fue a Aylin quien me sonreía - ¿Cómo te sientes? – Miré un poco más allá y vi a Ban sentado, y más enfrente de él estaban Damian y Asth, quienes parecían estar enojados. De pronto recordé el ritual de la arma de sangre, alcé mi mano derecha y vi que tenía enredada una venda cubriendo la herida que me había hecho
- Mili ¿estás bien? – Damian se acercó y asentí
- Asth – le llamé y este se acercó a la cama donde me encontraba, haciendo a un lado a Damian – Dime que terminé el ritual – Asth sonrió y acarició mi cabeza con ternura, se me hizo muy raro, Asth jamás haría algo así, tal vez estaba a punto de morir y por eso era amable
- No, no lo terminaste. Te desmayaste a mitad del ritual, ahorita estás en la habitación de Aylin
- Ah – solo logré decir y volví a cerrar mis ojos
No sé cuántas horas pasaron, pero cuando volví a abrir los ojos ya me sentí mucho mejor, esta vez no vi a nadie cerca. Me incorporé y me estiré, sentía como si hubiera dormido como nunca, miré por toda la habitación y en una esquina sentado estaba Damian durmiendo.
- ¿Estuviste aquí toda la noche? – Damian me abrazó fuertemente, sentí como mi corazón comenzó a latir a cien por minuto
- Mili – dijo mi nombre suspirando – Creí que te perdía – se separó de mí y colocó una mano en mi hombro y la otra en mi frente, como asegurándose que no tuviera fiebre. Así se quedó por unos instantes, no pude evitar mirarlo a los ojos y sonrojarme. Si no lo decía hoy, nunca más iba a poder decirlo
- Me gustas
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ASHKALY: en búsqueda de la verdad
RomanceMilena es una huérfana que a menudo se sentía como si no perteneciera a ningún lado. Sin embargo cuando conoce a un chico que la lleva a Ashkaly, una dimensión alterna donde viven seres míticos, se da cuenta que su lugar siempre fue ahí, y que tal v...