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(Pov Kazuha)

Aether se fue con los chicos a la aldea que está ubicada en las montañas así que volví a quedarme sola con mi novia.

Hacía bastante calor hoy en Liyue. Estaba con Kaede limpiando el barco junto a la tripulación.

— Ya estoy harta de limpiar esta porquería.— Se limpiaba la frente por el sudor.—¿Nos escapamos?

Negué riendo.— La última vez que nos escapamos, Beidou nos buscó por todo Liyue y nos duplicó el trabajo.

Kaede tomó mi mano y me arrastró fuera del barco. Amo tanto su forma de ser.— Mira querido, no me importa si nos duplican el trabajo, pero necesito a mi lindo novio por un rato.

Nos fuimos del barco mientras escuchaba a nuestros compañeros quejarse por nuestra huida.

Fuimos a la cordillera de Tianheng y estabamos observando la ciudad de Liyue.

—Es realmente hermoso...— Me encanta que Kaede aprecie las mismas cosas que yo.

— Kaede.— Me miró.—¿Tienes hermanos?

— Por supuesto, pero me llevo fatal con él.— Suspiró.— Se llama Cyno, es alguien importante en Sumeru y es un adicto a un juego de mesa que no recuerdo el nombre.

—¿Es tu hermano menor?— Asintió.— Tal vez Kairi lo conozca.—Sentía el viento algo alborotado, va a llover aunque es extraño con lo soleado que esta.— Tenemos que ir a otro lugar, va a llover dentro de poco.

— Hay una cabaña abandonada cerca de aquí, vamos.— Tomó mi mano y fuimos.

A mitad de camino empezó a caer la lluvia. Era una lluvia bastante torrencial así que ya estabamos algo empapados.

Entramos a la cabaña y gracias a los dioses que no caía agua dentro de ella.

—Maldición, no salió bien nuestra cita.— Kaede sacaba el exceso de agua de su cabello.

Sacó una visión de su bolsillo y era pyro.— No sabía que tenías una visión.

— Oh querido, no me gusta tener ayuda de los dioses así que de vez en cuando la utilizo.— Prendió una pequeña fogata.

Se comenzó a sacar la ropa delante mío y yo miré hacía a otro lado.

— Vamos Kazu, ya me has visto sin ropa, no hay de qué avergonzarse.— Dejó la ropa secandose en la fogata.— Quítate la ropa para que se seque.

Asentí avergonzado. Me quité casi toda la ropa y solo estaba con mi ropa interior al igual que ella.

Kaede había traído una manta para tenderla en el suelo mientras estábamos en la cordillera así que nos tapabamos con eso.

No quería mirar mucho su cuerpo para no tener deseos de hacerla mía en este lugar. Desde que probé su cuerpo me ha costado mantener la abstinencia.

Ella es muy consciente del efecto que tiene sobre mi, lo loco que me tiene de amor por ella y lo utiliza a su favor.
Se sentó sobre mi y me miraba con malicia.

—Kaede...— Estaba sonrojado.— No creo que sea buena idea hacerlo aquí.

Se movió sobre mi y eso me excitó un poco. Manten la calma, Kazuha.

— Yo creo que es un momento muy romántico.— Me reí.— Estamos solos en una cabaña en la mitad de una cordilerra, está lloviendo y estamos dándonos calor con una pequeña fogata.

— Por los dioses, siempre eres tan ingeniosa.— La abracé y se acercó más a mi.— Tu momento romántico me convenció.

Atrapé sus labios y en verdad que Kaede no pierde el tiempo con ir lentamente. Sus labios son tan adictivos y me hacen desear más y más de ella.

El Sexto Herlado de los FatuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora