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Park Jisung estaba completamente de acuerdo con lo que sucedería, su primer amor se casaría pronto. ¿Había algo malo en eso? No, por supuesto que no, y ser el padrino de esa boda no tendría porque afectarle.

El problema es que sí lo hacía y le afectaba más de lo que él mismo podría aceptar.

Ver a su amor de adolescencia, estar enfrente de un juez con la chica de sus sueños, el ex amor de su vida; a punto de decir esas dos palabras "sí, aceptó", y no lo mal entiendan, Jisung, realmente era un chico que se alegraba por esta unión; por supuesto, pero ¿han sentido esa sensación extraña formada en el pecho, que muchas veces confundimos con egoísmo? O puede que si sea egoísmo, no lo sé realmente, y Jisung tampoco sabía que era... ¿Nostalgia? ¿Recuerdos? Amor ya no era, pero ¿qué era eso que se alojaba en su pecho al ver al chico de ojos ámbar, que en este momento miraba a esa chica tan hermosa, de cabello rubio y sonrisa amable?

Digamos que no son celos, pero si es esa espinita clavada en el pecho, esa que te hace enterrar un amor, el cuál llevaba muerto desde hace tiempo, pero con la esperanza de volver a salir a la luz. Era raro, y lo sabía pero dentro guardaba la esperanza de que todo volviera a ser como antes era, si, Jisung era aferrado, y se sentía tan mal al serlo; más que mal, se sentía egoísta, por ver todo a su alrededor y desear ser él, el que estuviera en su lugar; estaba con la envidia desprendiendo de sus poros, pero ahí se encontraba.

Así que allí estaba, viendo a su mejor amigo tomar de la mano a su casi esposa, mirándola a los ojos como alguna vez lo miró a él, y dándole un anillo con un hermoso zafiro en el centro, siendo este el color favorito de ella; si, era una enorme piedra la que portaba en su dedo. Los diamantes no eran de su agrado, en cambio, a Jisung si le gustaban los diamantes, por más comúnes que fueran, aún siendo la cúspide de una estrategia de mercadotecnia, a Jisung le gustaban los diamantes.

—¿Aceptas a Giselle, como esposa para amarla y respetarla... —oh, por Dios, esto era real, realmente su mejor amigo sí se iba a casar, realmente él estaba ahí parado, a lado de él, como el buen padrino que era. Lo miró con una sonrisa, pero se le entumio el rostro de tanto sonreír falsamente, las sonrisa falsas eran elementales en él, ¿Cuándo fue la última vez que sonrió realmente?

—Acepto —ahí la frase, ahí la estúpida frase que enterraba un amor que murió sin siquiera empezar nunca, tan unilateral, tan poca cosa, un amor que no fue amor.

El amor (o lo que sea que fuera aquello) unilateral dolía como carajo, el amor unilateral dolía tan jodidamente que lo único que causaba, aparte de dolor era, un corazón que no soltaba fácil, ¿O es que solo le pasaba a Jisung por ser tan malditamente necio? Soltar fácil... ¿Qué era soltar fácil?

—Los declaro marido y mujer —y ahí estaba la sentencia, o mejor dicho el tiro final, el fin, ¡oh por Dios! Jeno ya estaba casado. Estaba casado con Giselle, y ya no había vuelta atrás.

Nadie nunca supo que las lágrimas que soltó en ese momento en que se paró enfrente del chico a felicitarlo por su boda, fueron realmente por un dolorcito en el corazón por la nostalgia, y no de felicidad como todos lo creyeron, no fueron lágrimas que todos vieron como una muestra de una amistad tan sincera y de un amor que no salió a luz nunca, porque Jisung siempre sería el secreto mejor guardado de Jeno, Jisung estaba acostumbrado a ser eso, un secreto.

Estaba acostumbrado a no ser lo suficientemente para una relación seria, pero al mismo tiempo ser demasiado para unos besos, un experimento, la experiencia. Jeno, ¡oh su Jeno! Aunque bueno, nunca fue suyo realmente, nunca lo diría, porque ante todos los presentes, ellos nunca fueron nada, nunca existió un "nosotros" entre los dos, y carajo, como dolía.

Jisung recuerda cuando todo comenzó, tenían 16 y Jeno tenía el auto viejo de su padre, ya eran mejores amigos, porque siempre lo fueron, desde que tenían memoria, siempre fueron Jeno y Jisung, pero nunca Jisung y Jeno, y bueno, Jisung siempre supó que le gustaron los hombres y tenía solo cinco meses desde que le dijo en voz alta a su mejor amigo su gusto por los chicos y no las chicas y este amigo suyo lo había tomado muy bien.

❛ Encantado ❜ - JaeSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora