sᴏᴍɴᴜᴍ ᴇxᴛᴇʀʀᴇʀɪ | ᴘɪᴛᴄʜ ʙʟᴀᴄᴋ [FINALIZADA]

«Especial»

Necesito escribirle un AU o no voy a poder soltar este ff.

~♡ ~

Ada Bennet había cedido el lugar de nieta favorita de Jamie, quién hasta en su último suspiro le cuestionó sus acciones.

Ada simplemente explicó que, quizás él también merecía escribir su propia historia y dejar que el libre albedrío de las personas eligiera quién era quién en la historia.

—No hay buenos ni malos, abuelo, simplemente personas con intereses —murmuró, manteniendo su serenidad—. Simplemente, estamos acostumbrados a leer la versión de los vencedores como la verdad de los hechos.

—¡Ada Bennet! —alzó la voz, siendo interrumpido por un ataque de tos aún más fuerte que el anterior.

—Abuelo, no quiero pelear contigo —murmuró Ada, sin perder la compostura—, quiero pasar estos momentos, escuchándote cómo cuando éramos pequeños y nos contabas historias.

—Historias que haz manchado con tinta negra... —refunfuño, molesto.

—Abuelo, está bien —suspiró—, no más charla del tema, tu salud es importante más que cualquier otro tema, por favor, descansa. Voy a estar en la sala, dejaré pasar a los nietos más pequeños.

—No es cualquier otro tema.

—Lo sé, pero a la par de tu salud, sí lo es —hizo una ligera pausa—. No quiero que estes enojado conmigo por la eternidad, así que por favor, considera esto una bandera de paz, abuelo —salió de la habitación, llamando a los nietos más pequeños.

Tomó una taza de café y se sentó cerca de la chimenea, el otoño se preparaba para recibir al invierno y el ambiente en la casa de la piedra angular de los Bennet comenzaba a hacerse presente.

Sus pensamientos comenzaban a ir cada vez más lejos, era mentira cuando decía que no lo extrañaba, que no se habia acostumbrado a su presencia y sobre todo, a aquellos magníficos encuentros de la mano del rey de las pesadillas.

Elegante, sarcástico y agraciado. Le habia reivindicado en la historia, le habia dado su lugar y ahora, era tema de discusión entre los guardianes, quienes seguramente cada que le veían, le repudiaban un tanto. Y no les culpaba, le gustaba que fuera así, quizás en gran parte, porque era una forma sutil de decir cuál era su bando.

En ocasiones como esas, solía mirar a la nada detrás de la ventana, anhelando verle pasearse entre las sombras, ser blanco de su coqueteo y ceder ante sus encantos. A diferencia de todo lo que habia pasado durante su verano, anhelaba un encuentro diferente, calmado y sin un juego de seducción de por medio, pero sí con la pizca coqueta y elegante que caracterizaba aquella figura imponente.

Un suspiro se escapaba de sus labios, antes de recuperar el aliento bebiendo café.

—Lo siento... —murmuró el asistente médico que había contratado la familia Bennett—. El señor Jamie, nos ha dejado.

El silenció reinó y nadie se atrevió a cortarlo, ni si quiera Ada.

«Ojalá te hayas ido en paz conmigo, abuelo».

La familia ingreso a la habitación para verlo, parecía dormir plácidamente. El llanto y tristeza no tardaron en inundar el espacio e incluso Ada pudo ver al más joven de los guardianes colarse entre las ráfagas de viento y alimentarlas con más frío y copos de nieve, descendiendo las temperaturas.