Para Lee Know, habían dos cosas que importaban en su vida; sus amigos y su motocicleta.
Amaba a Stray Kids con su vida, pero a veces, le gustaría arrancarle la cabeza a cada uno de ellos.
Una de esas veces era hoy. Ahora, en este preciso momento.
―No. Esto.. esto no tiene ni puta gracia, Sung.
―En absoluto.
Eso dice, el malnacido, cuando es evidente que se está riendo a carcajadas. Tiene la expresión más solemne del mundo, pero Minho sabe de sobra que se esta riendo por dentro.
Esto pasa cuando llevas años conociendo a Han Jisung. Si, a ese idiota con mejillas de ardilla. Minho lo conocía tan bien que si no fuera porque es su cumpleaños, Jisung se estaría riendo en su cara de una forma descarada. Jodidamente descarada.
―¡Violaron a mi moto! Son unos pervertidos. Unos pervertidos y unos sádicos.
La mira de lejos, demasiado asustado para acercarse. Parece igual que siempre, si no fuese, claro está, por esa cosa monstruosa que le sobresale.
A Minho le dará un infarto, y antes de morir, matará al culpable de este desastre.
―No sé como podríamos hacer exactamente para violar tu moto, Minho. Es sólo un sidecar.
―¡Sólo un sidecar! ―Minho lo mira, horrorizado. ―Mi moto era un alma libre y solitaria, como yo, ―Jisung suelta una risa nasal. ―como yo ―repite. ―Y ahora está atada a otra cosa, ¡de por vida!
Jisung, nada impresionado con los argumentos de su amigo, arquea una ceja levemente. Minho entiende perfectamente todo el lenguaje no verbal de Han, pero se niega a darse por enterado de lo que Jisung está intentando de implicar.
―Cállate. ―Le gruñe. Han sonríe un poco, y se acerca a la moto. Es primavera y en el garaje hace la suficiente calor como para que el castaño porte una camisa manga corta color negro que Felix le regalo el año pasado en su cumpleaños. Las mangas le quedan pegadas al cuerpo, y se nota a la distancia que la camisa es algo apretada, aunque nada incomodo. Felix sabe exactamente lo que a Han le gusta.
―Yo sólo digo que no me parece un regalo tan terrible. Piensa que en caso de que quieras traer a una chica, entraran los dos en la moto. ―Han lo mira de reojo y sus mejillas se encienden ante un pensamiento intrusivo. Acaricia el sillín con la punta de sus dedos, y bajo la luz de la luna se puede ver perfectamente su muñeca totalmente pálida.
Minho piensa que es una estupidez el argumento de Jisung. Y que también ha pasado una cantidad inaceptable de tiempo, desde la última vez que besó esa muñeca.
―Y, la última vez que llevaste a uno de nosotros, Chan se quejo diciendo que la moto estaba sucia y era una total vulgaridad.
―Chan es un idiota. Siempre habla de mi hermosa moto como si fuese una especie de.. de mujer de mala vida. ―Dice Minho, apropiadamente indignado, pero sin apartar la mirada de la mano de Han.
―Bueno..., ―Sung lo mira fugazmente, un chico educado en un segundo y un verdadero bastardo al siguiente ―razón no le falta. Después de todo, tu moto deja que cualquiera la monte.
Minho suelta una risa, gratamente sorprendido, pero eso no le impide sonreír y mirar a Han de arriba a abajo, como un sinverguenza. No importa lo que la gente piense; Jisung es terriblemente peligroso. ¿Y que si tenía una mirada inocente y unas adorables mejillas? Jesús, si sus amigos supieran..
―Eso fue una verdadera falta de respeto, me impresionas, Hannie. ―Minho se acerca y se apoya en el asiento de la moto, haciendo que el castaño quedara frente a él, siendo un poco más alto que el contrario. Los ojos de Lee se encuentran con los del chico que tiene al frente, algo brilla en la mirada de Sung y Minho va a matar a alguien. Va a matarlos, va a matarlos a todos. Empezando por Jisung porque sabe que la idea ha tenido que ser suya. Las ideas más perversas, siempre, siempre son de Han Jisung. ―Y no intentes distraerme, Sunggie. Es mi cumpleaños, mi cumpleaños y sólo se les ocurre pegarle esa cosa horrible a mi pobre moto. Son los peores amigos del mundo.
Jisung suspira, resignado y se acerca un poco más a Minho, levantando un poco su pierna y sentándose junto a él. Deja sus piernas una a cada lado de la moto, y mira a Minho con suma atención, como si esperará algo, cualquier cosa. Lee no puede creer lo que esta viendo, lo que Han esta haciendo, y siente una sensación de excitación recorrerlo cuando se da cuenta que Jisung se esta removiendo en el mismo lugar donde Minho pone su trasero todos los putos días.
Minho entrecierra los ojos. Quiere besarlo. Quiere agarrarlo de la cintura y besarlo tan fuerte hasta que quede con la respiración agitada.
Su relación es extraña. Él puede comprobarlo. Es jodidamente extraña. Frente a los demás, a los fans y a su manager, se llaman amigos. Pero cuando están lejos de todo lo que significa "Stray Kids", Lee Know toma la libertad de besarle el cuello y dejarlo contra la pared.
No recuerda cuando paso, o por que fue que paso. Se suponía que lo que sea que estuviera sintiendo por Jisung era completamente platónico. Eran mejores amigos y compañeros de trabajo, prácticamente hacían todo juntos. El grupo podría arruinarse por completo si salía a la luz aquella relación tan prohibida y clandestina. Lee aún no comprendía por que aquello era tan prohibido, eran solo dos chicos pasando el rato.
(En el fondo, Minho sabía que lo que quería con Jisung no era solo pasar el rato, pero no hablaremos sobre eso.)
Estar con Han era fácil. No hacía preguntas muy complicadas, no cuestionaba nada, no había un por qué entre medio. Él hacía que las cosas fueran fáciles, porque si lo quería, podía hacer que fuera complicado, pero no era así, porque Jisung también quería eso.
Ni siquiera recuerda como comenzó esta extraña relación, pero no quiere que termine. No quiere dejar nunca de besar los labios de Jisung. Nunca.
Es repentino, pero el beso entre ambos llega. Minho prácticamente se lanza hacia los labios de Han, y él lo deja porque también lo necesitaba. De hecho, siempre lo necesita.
Es una sensación nueva, pero libre de problemas, porque a Jisung no le gusta crearse problemas. Entonces le sigue el beso, poniendo una de sus manos en el muslo de Minho, mientras que la otra se hunde en el alborotado cabello del mayor.
Lee no deja de besarlo cuando el castaño lo deja contra la pared del garaje. Suelta pequeños suspiros, un par de quejidos en voz alta y suaves jadeos cuando siente los labios de Han presionar contra la piel de su cuello. Se estremece, la sensación le da cosquillas y un hormigueo en su estómago, que le dice que no importa cuan mal este lo que están haciendo, no quiere parar.
Siente que las manos cálidas de Jisung se introducen dentro de su camisa y suspira suavemente. Los besos bajan hasta su clavícula, donde se arquea levemente bajo las caricias de Han, y deja que haga lo que quiera con él.
Pero, joder, es su maldito cumpleaños, y Jisung sabe lo que quiere, lo que ha estado esperando por horas.
Jisung parece perder el control con Minho, y a él le encanta. Siente que los besos del castaño (si, ese inocente y lindo chico con mejillas de ardilla) bajan por sobre su ropa, hasta quedar arrodillado frente a Lee, y Minho no pretende, ni por un jodido segundo, que esto no es lo que quiere.
Horas después, cuando ambos llegan a la casa de Félix para celebrar al cumpleañero, Minho se ve sonriente y risueño. Todos creen que es por su cumpleaños, pero Han sabe la verdad.
Tal vez, y solo tal vez, ese Minho risueño no se debe a que hace unos instantes Jisung estaba de rodillas frente a él, mientras el pelinegro hundía sus dedos en el cabello del menor.
Si, definitivamente no fue por eso.