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Capítulo 10: Te extrañé...

El humo se disipó lentamente mientras el collar seguía zumbando en torno al cuello de Leonardo, manteniendo al hermano mayor a raya y controlado en la habitación blanca. Donatello observó con preocupación, su mente girando con la difícil situación que enfrentaba.

En un momento de desesperación, decidió llamar a Yuichi Usagi, un aliado inesperado que había conocido en una de sus aventuras anteriores. "Yuichi, necesito tu ayuda. Leonardo está... pasando por un momento difícil y no sé qué más hacer", explicó Donatello, esperando la llegada del conejo.

Yuichi llegó a la guarida de las tortugas y Donatello explicó la difícil situación, su voz cargada de preocupación mientras relataba los cambios que había experimentado Leonardo en los últimos días. Yuichi escuchó atentamente, su mirada reflejando una mezcla de nerviosismo y determinación.

"Yuichi, Leonardo... ha cambiado. No es la misma persona que solíamos conocer", advirtió Donatello, su voz cargada de pesar mientras recordaba los momentos tumultuosos que habían llevado a la situación actual. "No sé qué más hacer, Yuichi. Necesito que lo calmes, que le hagas entender que estamos aquí para ayudarlo."

Yuichi asintió con seriedad, su rostro marcado por una determinación firme y una preocupación creciente. "Lo intentaré, Donatello. Pero debes entender, no es fácil enfrentarse a lo desconocido, especialmente cuando se trata de un cambio tan drástico en alguien que solíamos conocer."

Donatello observó a Yuichi con un destello de reconocimiento, comprendiendo la gravedad de la situación que enfrentaban. "Lo entiendo, Yuichi. Pero no podemos permitir que esto nos supere. Tenemos que encontrar una forma de ayudar a Leonardo, de traerlo de vuelta a nosotros."

Yuichi asintió con determinación, su mente girando con la complejidad del desafío que se avecinaba. "Lo sé, Donatello. Haré lo que sea necesario para ayudar a Leonardo, para traerlo de vuelta a la luz. Pero debemos ser cautelosos, no sabemos qué tan lejos ha llegado este cambio en él."

Donatello asintió con gravedad, su voz cargada de una mezcla de ansiedad y determinación. "Lo entiendo, Yuichi. Pero no podemos rendirnos. Necesitamos encontrar una forma de salvarlo, de traerlo de vuelta a casa."

El rostro de Yuichi se materializó en una transmisión en vivo que llenó la pared blanca de la habitación de Leonardo, su mirada serena y compasiva transmitiendo una sensación de calidez y seguridad. Leonardo, al ver a su amado en la pantalla, no pudo contener sus emociones y comenzó a manchar la pared con sangre del conejo anterior, gimiendo y suplicando con desesperación que viniera a ayudarlo.

"Yuichi, por favor, ven. No quiero esto, no quiero lo que me hace Donatello. ¡No quiero más tratamientos, quiero estar contigo!", gritó Leonardo, sus palabras cargadas de una mezcla de desesperación y anhelo.

Sin embargo, la imagen de Yuichi en la pantalla permaneció impasible, su expresión tranquila y comprensiva irradiando una sensación de consuelo a través de la distancia. "Lo siento, Leo. No puedo estar allí físicamente, pero estoy contigo en espíritu. No estás solo, mi amor. Juntos encontraremos una salida de esto, te lo prometo."

Las palabras reconfortantes de Yuichi resonaron en la habitación, envolviendo a Leonardo en una burbuja de seguridad y esperanza que lo hizo estremecerse con un torrente renovado de lágrimas. El hermano mayor se aferró a la imagen de su amado en la pantalla, sus ojos brillando con un brillo de gratitud y alivio en medio del caos interno que lo consumía.

"Gracias, Yuichi... Gracias por estar aquí. No sé qué haría sin ti", susurró Leonardo entre sollozos, su voz cargada de una gratitud desbordante y una sensación de alivio que no había sentido en mucho tiempo. La figura en la pantalla asintió con una sonrisa tranquilizadora, su presencia emanando una sensación de paz que se extendió por toda la habitación.

Leonardo se dejó llevar por la sensación de calma y consuelo que le ofrecía la transmisión en vivo de su amado, su cuerpo tembloroso se relajó lentamente mientras su mente luchaba por encontrar un respiro en medio del tumulto emocional que lo había consumido desde la tragedia que lo había llevado a este punto.

La habitación se sumió en un silencio cargado de una calma tensa y frágil, mientras Leonardo y Yuichi permanecían unidos por un hilo invisible de esperanza y apoyo mutuo en medio de la oscuridad que los rodeaba.

Ahora, Leonardo comenzó a relatar todo lo ocurrido desde un punto de vista culposo para el.

"Yuichi, fue... fue terrible. No pude detenerme, algo se apoderó de mí y perdí el control. Primero fue Rafael, y luego... y luego Miguel. No sé qué hacer, no puedo perdonarme por lo que he hecho", sollozó Leonardo, su voz temblorosa mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para describir la tormenta interna que lo había consumido desde la tragedia.

Yuichi permaneció en silencio, su mirada llena de empatía y comprensión mientras escuchaba atentamente cada palabra de Leonardo. "Lo entiendo, cariño. Estoy aquí para ti. Sé que estás pasando por un momento difícil, pero recuerda que no estás solo en esto. Estoy contigo, siempre lo estaré", respondió con suavidad, su voz resonando con una calidez reconfortante que envolvió a Leonardo en una sensación de consuelo y apoyo.

"Lo siento, Yuichi. No quería que esto nos separara. No quería... no quería lastimarte de esta manera", murmuró Leonardo, su angustia y sufrimiento brotando a través de cada sílaba que escapaba de sus labios.

Yuichi ofreció una sonrisa comprensiva a través de la pantalla, sus ojos brillando con un amor incondicional que trascendía la distancia que los separaba. "No tienes que disculparte, mi amor. Estoy aquí contigo, y lo superaremos juntos. Confío en ti, Leo. Sé que encontrarás una forma de redimirte y enfrentar lo que sucedió."

Las palabras reconfortantes de Yuichi se deslizaron en el corazón de Leonardo, su mente envuelta en una neblina de emociones confusas y un anhelo de encontrar una salida de la oscuridad que lo había consumido. Se dejó llevar por la presencia reconfortante de su amado en la pantalla, su voz entrelazada con la suya en una sinfonía de esperanza y amor en medio de la tragedia que los había llevado a este punto.

"Gracias, Yuichi. Gracias por estar aquí. No sé qué haría sin ti", susurró Leonardo entre sollozos, su voz cargada de gratitud y un anhelo desesperado de encontrar una forma de superar las circunstancias que los habían separado, así pasaron un par de días.

"Donnie, ¿crees que debería entrar? Quiero asegurarme de que Leo esté bien", preguntó Yuichi, su voz llena de preocupación mientras miraba la pantalla con determinación.

Donatello asintió con una sonrisa tranquila, sus ojos reflejando una mezcla de alivio y esperanza. "Creo que es lo mejor, Yuichi. Él te necesita ahora más que nunca. Y sé que tú también necesitas verlo."

Con un asentimiento decidido, Yuichi ingresó a la habitación blanca, su mirada buscando a Leonardo entre la penumbra. Fue entonces cuando Leonardo lo vio, sus ojos brillando con una mezcla de alivio y alegría mientras se abalanzaba sobre él en un abrazo desesperado. "Yuichi, oh, Yuichi. No sabes cuánto te he extrañado. No sabes cuánto te necesito aquí", murmuró Leonardo entre sollozos, su voz cargada de una mezcla de alivio y anhelo por la presencia reconfortante de su amado.

Yuichi rodeó a Leonardo con brazos reconfortantes, sus manos acariciando suavemente su espalda mientras susurraba palabras de consuelo y afecto. "Estoy aquí, mi amor. Siempre estaré aquí contigo. No tienes que enfrentar esto solo. Estamos juntos en esto", aseguró en un susurro reconfortante, su presencia envuelta en un aura de amor y apoyo que envolvió a Leonardo en una sensación de seguridad y esperanza en medio de la oscuridad que los rodeaba.

Leonardo se aferró a Yuichi como si su vida dependiera de ello, sus sollozos desgarradores resonando en la habitación mientras se permitía dejarse llevar por el consuelo y la calidez que su amado le brindaba en medio de la tormenta emocional que lo había consumido desde la tragedia. Se permitió perderse en el abrazo, encontrando un refugio momentáneo en los brazos que lo sostenían y lo ayudaban a encontrar una forma de enfrentar el dolor abrumador que había consumido su alma.

Leonardo's sleepless night / rottmntDonde viven las historias. Descúbrelo ahora