24 GONZA

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Si hubiera sabido que el destino me hubiera traído está desgracia no me hubiera planteado ni siquiera tener relación con mi padre. Como pudo hacerle eso a mi madre, cómo fue capaz de engañarla de esa manera. Encima con la madre del ex de Jenara, como voy a mirarla a los ojos ahora. Después de la noticia mi cuerpo se paralizó, no me podía mover. De hecho me sentí tan débil como si me hubieran clavado un cuchillo en el corazón. No era ninguna broma, estaba ocurriendo; tenía un hermanastro y no uno cualquiera sino el ex de Jenara. Eso me sentó fatal como una patada en todos los huevos. Quería morirme deseaba no haber nacido. Deseaba que mi madre estuviera aquí para poder pedirle consejo que me aliviara este sentimiento de incertidumbre y de frustración pero nadie podía calmarme en ese momento. Ni siquiera ella.

Salí corriendo de la habitación, no quería seguir viendo la cara de mi padre, ahora sí que no la quería ver ni en pintura. Subí rápidamente las escaleras, me temblaban las piernas y las manos como si no pudiera controlar mi propio cuerpo. Estaba allí con Jenara, que me miraba como si me intentara entender, quería decir algo pero ambos sabíamos que no iba a articular ninguna palabra.

No dijo nada, creo que lo hizo para que no me sintiera peor de lo que ya me estaba sintiendo pero por muy empático que sea una persona no creo que pueda sentir como se siente otra. Puede imaginarlo o incluso ponerse en su piel pero no sentirlo de la misma manera. Todos tenemos diferente manera de sentir y es lo que nos hace únicos y extraordinarios.

No podía mirarla a la cara, allí estábamos los cuatro reunidos en medio del pasillo. Ahora que había arreglado mis problemas con Jenara y que me había disculpado surgía otra situación catastrófica. No sé que sería peor quedarse a vivir en el bosque Umbrío o mirar a mi padre a la cara sabiendo todo lo que había hecho.

Después de estar un rato en silencio por fin pude ver cómo mis piernas respondían a las órdenes de mi cerebro y corrí, corrí lo más lejos que pude, abrí la puerta con tanta fuerza que casi me la cargo. Me senté en la cama a reflexionar y después de unos minutos allí estaba Jenara. Estaba en silencio sentada en el otro lado de la cama.

Lo supe porque la cama crujía un poco, no demasiado pero si oí como el peso de su cuerpo invadía el colchón. Nos quedamos allí unos minutos hasta que nos metimos lentamente en la cama. Nos dimos las espaldas, nadie quería hablar del tema. Sabía que ella me entendía pero no creía que tanto. Nos quedamos dormidos pero se notaba un ambiente enrarecido y la oscuridad y la situación no hicieron fácil la noche. Me desperté varias veces a lo largo de la noche

Tuve que bajar a beber agua unas 5 veces y caminar por los amplios pasillos para ver si el sueño me invadía pero no había manera de quedarse dormido con esos pensamientos que estaban en mi cabeza. Hacían que fuera costoso pegar el ojo. Menos mal que Jenara no se despertó porque me sentiría fatal si ella se despertara por mi culpa. Me di cuenta de que ya quedaba menos de una semana para que ella volviera a su palacio una semana.

Cuando me desperté, ya era de día, note como me pesaban los párpados debido al cansancio. Al final me había quedado dormido pero había tardado un montón en coger un sueño profundo y justo cuando lo alcancé la luz del sol me deslumbró. Aquellas pequeñas persianas no tapaban del todo los rayos que entraban por la ventana así que bueno se sabía exactamente cuando se hacía de día. Me desperté y me fui a entrenar y le dejé una pequeña nota a Jenara diciéndole que no se preocupara, que todo estaba bien y que me había ido a entrenar. Podría llegar a asustarse si se despertaba y no me llegaba a ver.

Cuando practiqué estaba totalmente desconcentrado, todo se me había juntado y entonces cayó la gota que colmó el vaso. Fue ya lo que me hizo perder la cabeza por completo. Cuando mire el calendario me di cuenta de que venía Cristal y que tendría que hablar con ella . La situación ahora ya era incomoda pero con ella aquí todo se volvería el doble de complicado. No sé por qué mi padre insistía en que yo me casará con esa princesa. No quería hacerlo.

Podía elegir perfectamente con quién pasar el resto de mis días. Cuando salí del entrenamiento, me encontré a mi padre, no le miré a los ojos en ningún momento pero a pesar de que nuestras miradas no se cruzaron el me dio un mensaje muy importante. Algo que ya me esperaba desde hace semanas pero que había estado ignorando desde la llegada de Jenara.

Aquel momento fue vergonzoso para mí, él me confesó que me tenía que casar en una semana y unos días y que me tendría que olvidar de cualquier cosa que no fueran responsabilidades. Estaba harto de esta situación, me negaba en rotundo pero sabía que no podía hacer nada. En ese momento me acordé de que fue quién mato a mi madre, me lo había contado Jenara .

-Hijo tengo que contarte algo muy importante.

Yo no sabía si creerle o no.

-Jenara es hija y descendiente de El reino de las montañas celestiales. Sé que debería habértelo dicho antes pero no lo sabía hasta que me he puesto a investigar.

No me lo podía creer, todo este tiempo he tenido a la hija de un reino que no ayudo en la batalla final a mis padres y que por consecuencia les dejaron tirados. Ahora todo cambiaba de manera irracional. No sabía que hacer, a mí me gustaba Jenara; en ese momento no sabía si creer a mi padre o no pero si eso era cierto tenía que alejarme de ella lo más rápido posible. El problema es que ahora le había invitado a quedarse unas dos semanas y todavía quedaban días hasta que ella decidiera emprender su viaje.

Eso me hacia sentir extraño pero tenía que intentar aguantar. No sabía si podría hacerlo pero era la única opción. Encima también vendría Cristal, no podía rechazarla. No me quería casar con ella era obvio. Todos los sentimientos que tenía en ese momento me hicieron sentir tan confuso 😕 primero descubrí que mi padre asesinó a mi madre, después descubro que tengo un hermanastro por infidelidad y ahora descubro que Jenara es hija del reino enemigo de mi familia. Todo esto era demasiado para mí. No podía digerirlo todo, era imposible.

Después de escuchar a mi padre con suma atención me volví a la habitación, allí Jenara seguía dormida. Creo que estaba agotada. Viéndola dormir sentir una ganas tremendas de abrazarla y sentir su calor pero no podía así que lo único que hice fue quedarme allí en la habitación mirando al techo y sumido en mis pensamientos.

Entre reinos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora