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Sus labios unidos en una danza, Stuart bajó sus manos a su trasero donde apretó levemente. Sacandole un jadeo.
El rubio la recostó en el sillon donde estaban, bajó sus besos a su cuello, empezó a acaricíar sus muslos desnudos, sus manos subían y bajaban. Stuart estaba enmedío de sus pechos, pues la chica solo traía un sosten.
El Macher rompío el sosten y admiró sus senos, suspiró exitado, sintiendo su pene pararse, un bulto se formó en sus pantalones, como estaba arriba de ella, la chica podía sentirlo contra su vagina. No perdío más tiempo y metío el seno de la menor a su boca, sus pesones eréctos fue lo primero que chupó, haciendola gemír, sus gemidos eran musica para el.
Su mano acaricíaba su otro seno, la chica solo se dedicaba a arqueár la espalda y a gemír su nombre, los ojos del rubio buscaron los de ella, haciendo todo mucho más erótico.
El bulto en sus pantalones dolía como la mierda, pero ahora solo le importaba darle afecto a los pechos de su chica.
— Stuart—Gimío la Montgomery, haciendolo parar.
— ¿Qué necesitas, mi amor?—Preguntó el Macher, mientras fingía penetrarla.
— Te necesito—Jadeó al sentir su palpitante pene detras de la tela.
— Oh, cariño, si me lo pides así puedo darte todo—Mumuró—. Pero ahora, quiero divertirme.
Esas palabras la hicieron gemír, Stu bajó su short con lentitud, vío sus bragas, las cuales estaban mojadas, empezó a acaricíar su clitoris bajo esa estorbosa tela. Angie se veía como una perra necesitada.
Bajó las bragas con fuerza y pusó sus piernas sobre sus hombros, sacó su larga lengua, haciendola pensar que era la más feliz del mundo. La traviesa lengua de Stu divagó en su vagina hasta dar con su clitoris.
Su lengua jugo con ella mucho tiempo, hasta introducirse en ella, se sentía jodidamente bien.
— ¡Joder!—Gimío Angie, viendolo a los ojos—. Tú bendita lengua merece un premio.
Las incoherencias que decía solo lo hacían reír, aúmentando el placer. Angie sintío que necesitaba correrse.
— Correte en mi puta lengua, ¿serás buena niña?—Angie asintío. Stu metía y sacaba su lengua con rapidez de dentro de ella, adelantando su orgasmo.
— ¡Stuart!—Gimío con fuerza el nombre de uno de sus novios, sintiendo a su novio lamer sus jugos.
— Tan deliciosa, ¿y solo para nosotros, verdad, amor?
— Sí...
Stuart sonrío, mientras se desabrochaba el pantalon y bajaba sus boxers, su pene tenía el liquido pre-séminal goteando de su punta.
El hombre tomó su pene y lo introdujo dentro de ella, sacandole un fuerte gemido, la chica lo obligó a sentarse en el sillón.
Empezó a subír y bajar encima de su enorme pene, se sentía como el cielo.
Sus paredes vaginales lo apretaron, el chicos solo la veía gemír, gemía junto a ella. Porque, ¡carajo, follaban tan bien!
El sonido tan vulgar del chocar de sus pieles los exitaba, la chica se hizo de atras para adelante.
Ambos sintieron que se correrían, solo unas estocadas más y ya.
Ambos se corrieron, los muslos de Angie estaban embarrados del semen de su novio.
