Red Silence - ScarletWidow

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Natasha's pov.

—no me digas que habló toda la cita de los patrones de visitas que ha descubierto— murmuró Steve sentado junto a mi.

—no exactamente, pero algo parecido, también habló sobre las visitas más caóticas, debo admitir que fue como ver uno de esos programas de investigaciones sin final.

—¿aburridos?

—eso suena cruel, yo diría más... repetitivo.

—aburrido— afirmó— ¿le dijiste que cambiaran el tema?

—a ella le gusta hablar sobre su trabajo, no puedo solo callarla.

—deberías, o solo no aceptar más sus citas, de alguna manera debe captar el hecho de que entendiste que no sientes nada por ella.

—pero ¿y si llego a sentirlo?

—ya no hay nada que hacer, Nat, terminarás sin poder soportarla la próxima vez que la veas y todo terminara mal.

Me sorprende la manera en la que sus consejos fluyen por todos lados, incluso a veces el puede decirme algo que ya se y va a ser como si jamás se me hubiese ocurrido una idea como esa.

—¿crees que debería comenzar a desprenderme de ella?

—eso es a lo que quería llegar, si— respondió haciendo señas de victoria con sus manos.

—tal vez tengas razón, pero ni siquiera sé cómo decirle, es como si cada vez que tengo la intención de alejarme hay algo en mi que me obliga a volver.

—tal vez creas que es eso lo que necesitas.

—¿a que te refieres?

—me refiero a que puede que pienses que necesitas estar con peggy para sentirte bien o dejar algún pensamiento que te atormenta, pero no necesitas a nadie, Nat.

Suspiré.

creo que estaba mejor cuando mi única preocupación en el tema del amor era saber si Clint recordaba su aniversario con Laura.

—hablaré con ella en cuanto vuelva de ver a Laura y a los niños.

—perfecto, no olvides mantenerme actualizado, luego de eso podemos ir a cine para que te sientas mejor.

Sonreí y asentí.

Aún debo llamar a Wanda, dejé a Peggy en su casa hace casi media hora luego de estar horas escuchándola hablar sobre su trabajo, me gusta escucharla, pero ni siquiera me preguntó cómo estaba yo o algo así, además las historias que cuenta son las mismas de siempre, es sorprendente, para trabajar en una cárcel tiene muy pocas anécdotas interesantes por contar.

—¿ya tienes tu disfraz?— preguntó el haciendo que salga de mis pensamientos.

—no tengo idea de donde conseguirlo.

—de verdad esperaba que lo dijeras, mande a hacerte uno a ti y a los demás con las características exactas de cada traje.

—me sorprendes.

—lo se, sólo espera a que estén listos.

—estoy súper emocionada— murmuré sarcástica— ¿tú no necesitas algún consejo de amor de mi parte?

—estoy bien así, en realidad aun no ha habido alguien a quien invitar a salir.

—puedo ayudarte con eso.

—no aceptaré que me emparejes con cualquiera, me topare con mi gran amor un día, ya verás.

—solo espero vivir para verlo— palmee su hombro y el rió.