Capítulo 10: Cervera es mi hogar

19 3 0
                                    

Narra Álex

No quiero que Marta se vaya a Barcelona de nuevo, yo la quiero conmigo a mi lado y hacer el indio con ella siempre que estamos juntos, hoy tendré una pequeña sorpresa para Marta que es mi alumna más avanzada junto a Natalia en la teórica de coche, verás las risas cuando haga el test con la clase y se equivoquen les lanzaré un boli o una pinza de la ropa, pero sobretodo a Marta le haré eso, de repente me empezó a dar un ataque de risa que asusté a mi hermano y me empezó a zarandear.

Álex: Marc, que me matas ¿Qué te pasa?

Marc: Que te has empezado a reír tú solo, ¿en que estabas pensando?

Álex: Nada en concreto, vamos a la autoescuela que ahora mismo tenemos que abrir y mamá o papá estarán de recepcionistas, no sé si estará papá ahora y luego vendrá mamá por la tarde... no lo sé la verdad.

Marc: No te comas demasiado la cabeza, ya se arreglarán entre ellos, además ya estamos a viernes por lo tanto solo está abierto por las mañanas luego seguirás tú por la tarde con toda la chavalería y cierras barraca.

Álex: También es verdad, venga vamos.

Por el camino a la autoescuela ven a Marta en el bar el Casal hablando por teléfono y sus compañeros de trabajo abrazándola, Álex quiere acercarse, pero Marc le coge de la muñeca y niega con la cabeza, ambos se van a la autoescuela muy preocupados por Marta, al llegar Álex abre la persiana y después la puerta.

Roser: Hola hijos, ¿todo bien?

Álex: Más o menos...

Marc: Hermanito no saques las cosas de contexto, no sabemos nada de lo que estaba pasando en el Casal.

Roser: Luego lo habláis, Álex entra a la clase, Marc, atiende dudas en los test y yo me voy a hacer de recepcionista.

Marc: Oído cocina.

Álex da el temario que dura una hora de clase con todos los alumnos atentos a sus explicaciones, Marc resolviendo dudas de los test para los exámenes que tienen próximamente, Roser matriculando a más gente nueva y entregando los libros.

Una vez acabada la clase algunos alumnos se quedan más rato en la autoescuela para hacer test y otros se van, Álex sale un momento a la calle para despejarse y vuelve a entrar para relevar a Marc en las dudas de los test.

Marc: Voy a hacerme un café, ¿alguien quiere?

Roser: Yo y a tu hermano prepárale una infusión.

Marc: ¿Qué infusión le hago?

Roser: Siempre lo tengo que hacer yo todo, que tengo gente esperando.

Roser se levanta de la silla y va a la fuente a echar agua caliente y un sobre de tila para tranquilizar a Álex, Marc se sienta en el sillón donde estaba antes su madre y releva su puesto de trabajo, algunos alumnos se ríen por lo bajo al ver a Marc dando más vueltas que una peonza.

Roser entra al aula donde está Álex sentado y ve a su hijo pequeño decaído, Roser no le dice nada, le abraza y a Álex se le escapan un par de lágrimas.

Álex: Lo siento mamá, un bajón que me ha dado.

Roser: Tranquilo hijo, lo estás haciendo muy bien, el negocio va viento en popa y tienes muchos alumnos bastante implicados tanto en el teórico y en el práctico, a mi me faltan chavales para colocarlos en el próximo examen a no ser si tu padre puede hacerlo de llevar y traerlos, tu hermano de aquí nada ya está con los test de pretemporada y va a ser más complicado, a lo mejor nos haría falta más profesores y coches. ¿Me estás escuchando o me estás ignorando?

Aprendiendo junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora