De reencarnaciones, guardianes y otros problemas. Por Socqueline Wang

༺Capitulo doce.༻

Si mi memoria no me falla, actualmente vamos por la temporada 3 gracias al vídeo de Kitty Section, y a la noticia de Oblivion lo cual me hace pensar cuál capítulo se llevará a cabo hoy.

Estaba en la sala de estar mientras veía las noticias del Louvre dónde se había descubierto una estatua tibetana.

"O sea que hoy es donde aparece Banana Noir"

Pienso con gracia.

Al descubrir la estatua está muestra un extraño símbolo en su frente la cual me hace recordar a algo.

— Papá, ¿Tu no tenías un cinturón con un medallón igual a ese? — Le pregunto al recordar la vez que estábamos tirando las cosas que no servían.

Lo recuerdo bien por qué cuando mamá lo puso por accidente en las cosas de votar papá hizo todo un escándalo al tratar de recuperarlo, inclusive casi le cae una plancha inservible en la cabeza.

Lo miro como si tuviera mucho poder sentimental.

— ¡Oh! Si, ¿Ese cacharro? No le tomes importancia, era un simple adorno — Responde un poco nervioso mientras vuelve a su tasa de café.

"¿Por qué siento que debo recordar algo?"

Niego y alzó mis hombros mientras me dispongo a subir a mi habitación.

No había mucho que hacer, hoy era el descanso del trabajo de mi madre así que no podía ir a ayudarle, tampoco tenía clases extras y por alguna extraña razón ya había terminado con mis tareas así que como cualquier otra persona decido dormirme.

Me pongo mi adorable pijama morada de búhos y me tiró cual zambullida en la cama.

Después de no sé cuánto tiempo escucho mucho ruido en la calle, me levanto para ver por mi ventana y está oscuro, estoy media dormida así que me levanto para salir de casa y ver qué está sucediendo.

— ¿Cariño a dónde vas? Es de noche.

Escucho la voz de mi padre desde la cocina.

— Escucho un sapo gigante afuera ya vuelvo.

Al salir cierro y empiezo a caminar unas calles afuera del distrito, busco mis lentes sin recordar que los dejé en el buró de mi cama, tallo mis ojos y veo un gran sapo sin ojos de color morado correr, vuelvo a tallarme los ojos y veo correr a un ancianito en bicicleta seguido del sapo gigante.

El gran sapo se detiene y lentamente gira en mi dirección.

<< — Deli cena — >>

Escucho, y veo como pasa su larga y asquerosa lengua por sus (que pienso yo) labios.

— No puede ser verdad —.

Veo bien y es el maestro Fu el cual se me queda mirando atónito.

— ¡Corre!

Me grita y veo como el gran sapo se acerca a mí.

— ¡Por todas mis moras!

Grito despertando de mi ensoñación y empiezo a correr siendo seguida por el maestro Fu.

— ¡Entonces es verdad! ¡Aún quedaban más! ¡Nunca estuve solo!

— ¿El que? — Veo como en vez de ayudarme solo sigue riendo de felicidad y enojada le gritó — ¡Viejo enano!

Tomo un atajo hacia la torre Eiffel, veo como Ladybug y Chat Noir sin el traje le ponen trabas al sapo deforme.

— ¡Rápido escondete! ¡Que ellos no te vean!