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Shaka y Mu, dos pequeños niños que fueron criados con disciplina y rectitud para convertirse en dos "Omegas" del mas alto valor, sin embargo, todo cambia cuando en el primer celo de uno de ellos, todos des...
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Cap. 26: Quererlo todo.
El lugar favorito de Shaka, aunque no se lo había compartido a nadie, era la sombra del sauce llorón a las orillas del río y el de Mu, la orilla del muelle, en donde podía introducir sus pies mientras nadie lo viera, siempre y cuando Saga estuviese presente.
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— El joven Shun se encuentra en la cochera.
— Gracias.
Shaka dejó algunos sobres con documentos sobre la mesa del recibidor y acudió hacia la parte frontal de la mansión. La cochera estaba separada de la construcción, atravesando un camino de concreto que lo guiaba hacia una fuente central que servía de retorno para los autos. La cochera estaba aún a unos metros de distancia.
En la mansión, cada rincón, poco a poco retornando a la vida, todo a medida que Shun lo ocupase; el jardín, el invernadero, la cochera, las fuentes. Como fuese, todo lo que Shun necesitaba estaba siendo acondicionado con una simple petición, o por lo menos así lo había dejado claro Shaka con las personas de servicio, para quienes adaptarse a Shun, tampoco había sido difícil.
Shun no era alguien excesivo en solicitudes, darse a querer con todos a su alrededor era algo que fácilmente había podido lograr. Así era él. Una gotita de miel que le caía bien a todos.
— Shun, he llegado. — Se anunció antes de ingresar a la cochera, con las luces encendidas, iluminando los autos, todos de su padre, recordaba de niño pocas veces haber estado en ese sitio, el contacto con su padre había sido nulo, así como sus lugares personales.
Recordaba vagamente haber escuchado alguna conversación de su padre sobre los autos deportivos o de colección, ¿Sería ese su pasatiempo? ¿Habría tenido alguno? Le había conocido tan poco y con el paso del tiempo, se había olvidado de la mayoría de las cosas de su niñez.
— Shaka, estoy aquí. — La voz de Shun se escuchó mucho más fuerte de lo habitual, cosas del eco, pensó. Shaka ingresó entre los autos e intentó encontrar a Shun sin éxito, mientras caminaba.
— No te veo. — Incluso se había inclinado un poco para poder ver por las ventanillas en busca del Shun, y aquello le había dado tanta gracia al Omega, que no tardó en soltar una risa traviesa a la vez que encendía las intermitentes iluminando el lugar. Shaka le encontró, estaban a dos autos de distancia por lo que, en nada, estuvieron juntos. Saludó al omega con un movimiento rápido de su mano sobre el cabello de Shun y se acomodó en el asiento del copiloto. — ¿Este es el auto que has escogido?
Un viejo Cadillac Eldorado negro, Shaka ni siquiera sabía que tenían un auto así. Con sus bordes curvos por todos lados y el brillo negro similar al vinil, le daba una extraña sensación de detectives y mafia italiana.
—¿No te gusta?
— Este está bien, sólo me ha dado curiosidad que escogieras este auto.
— Es porque... es el más sencillo de manejar. — Aclaró Shun, pero intentaba ser condescendiente con Shaka. — Pero en cuanto aprendas, podrás usar el que quieras.
