Capítulo 5

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No podía creerse lo que estaba pasando. Sentía que se iba a volver a desmayar, más estando en los brazos de Tom, e inclinó la cabeza hacia atrás formulando un tímido deseo...

"Bésame...aunque sea una sola vez..."

Y dicho y hecho, lo siguiente que sintió fue unos labios posados sobre los suyos, que empezaron a besarle con suavidad haciéndole suspirar. Levantó una mano y aferró con fuerza una de las camisetas de Tom, haciendo un puño y tirando desesperado de ella cuando sintió que su boca era invadida por una ávida lengua, que se frotó contra la suya y le hizo ver las estrellas.

Sabía que Bill estaba consciente, le sentía aferrarse a él desesperado y separar más los labios permitiéndole paso. Entró en su boca y se frotó contra su lengua con los ojos cerrados, deseando que el tiempo se detuviera en esos momentos y dejara que él y su hermano se amaran...

Abrió los ojos de golpe ante tal pensamiento, solo era un beso no la confirmación de un loco sentimiento. Se separó con esfuerzo y observó la cara de su hermano. La palidez había desaparecido, sus mejillas estaban sonrojadas...y una sonrisa iluminaba su cara.

Carraspeó sonrojándose él también cuando abrió lo ojos y fijó la vista en él. Pero antes de que se pudieran reprochar nada, la voz de David les llegó alta y clara.

—Bill, Tom...ahora os mandamos una cuerda y un arnés—gritó David asomándose al pozo.

Había corrido hasta el autobús del equipo técnico, que buscaban al cantante por los alrededores y tras explicarle lo ocurrido, solo tuvo que esperar un minuto en lo que cogían una cuerda larga y un arnés de seguridad de los que ellos usaban cuando montaban el escenario.

Cuando regresó al pozo deseó estrangular al guitarrista con sus propias manos al enterarse de donde se hallaba en esos momentos.

—No quería dejar solo a Bill—le explicó Gustav con timidez.

Asintió resoplando. Le entendía en parte, pero había sido muy arriesgado lanzarse a un pozo pudiendo quedar los dos atrapados. Entonces se asomó y los vio fuertemente abrazados y les llamó para explicarles la situación.

—Tom, ponle el arnés a Bill y le subimos a él primero—explicó tratando de mantener la calma—Luego bajamos la cuerda de nuevo y te subimos a ti.

—Vale—contestó Tom carraspeando.

Estaba algo atontado por lo ocurrido... ¡besar en los labios a su propio hermano! Por la cara con la que le estaba mirando, estaba claro que le había asustado. Estaba aún algo atontado por el golpe, pero en cuanto se repusiera lo primero que haría sería pedirle perdón por lo ocurrido, aludiendo que él también se había golpeado cuando se tiró al pozo y no sabía lo que hacía.

Odiaba mentirle, pero no podía decirle que le beso movido por una fuerza mayor, que fue ver sus labios entre abiertos y desear posar los suyos en ellos...

—Allá va, Tom—gritó David de nuevo.

Asintió y soltando a Bill, que seguía aferrado a sus brazos, se puso en pie y estiró los brazos. Poco a poco iba bajando un arnés y cuando lo tuvo al alcance de las manos tiró de el.

—Bill, ponte en pie—pidió girándose.

Se inclinó de todos modos a ayudarle. Pasó un brazo por su cintura y tiró con suavidad de él, sintiendo como se aferraba a su cuello y se levantaba con torpeza.

—¿Sigues mareado?—preguntó al ver que se le iba la cabeza.

—Un poco—susurró Bill procurando no mirarle.

Estaba avergonzado por sus actos. Seguro que Tom no empezó el beso, fue él que hizo algo como acercársele demasiado y viendo tan cerca sus labios se apoderó de ellos. Seguro que perdió el conocimiento y se imaginó el resto, como que le lamió el labio inferior con la lengua para pedirle permiso y entrar en su boca recorriéndosela....

Si, eso debió ser. Se había dado un fuerte golpe en la cabeza y tuvo un bonito sueño.

—Apóyate en la pared mientras te pongo esto—dijo Tom sacándole de sus pensamientos.

Asintió y apoyó una mano en la pared mientras que con la otra se retiraba a un lado el pelo. Le vio inclinarse y poner a sus pies el arnés. Con una mano le cogió una pierna y le hizo pasar el pie por la cuerda, primero uno y después el otro. Sintió que se mareaba y puso las dos manos sobre sus hombros, apoyándose con suavidad en él.

Sintió como subía el arnés por sus piernas y se levantaba para ponerse de rodillas en el suelo y ajustárselo en la cadera. Se mordió los labios al sentir sus manos tan cerca de su entrepierna, como pasaba la cinta por la hebilla y ajustaba sujetándose en una de sus temblorosas piernas.

—Esto ya está—susurró Tom carraspeando.

Le había costado. Fue ponerse de rodillas y alzar la mirada, fijándola en el bulto que sobresalía en el pantalón de su hermano. Estaba bien dotado, de eso no cabía duda. Además, con esos pantalones tan ajustados que gastaba, se le marcaba todo...

Casi se cayó hacia adelante y tuvo que apoyar la mano en una de sus piernas para no hacerlo, o de lo contrario besaba tan delicada zona que a gritos le llamaba.... Terminó de abrocharle el arnés y se puso en pie suspirando.

—Ya está sujeto—gritó dirigiéndose a David.

—De acuerdo, tiramos de él y le sacamos—dijo David, volviéndose para dar las instrucciones necesarias.

—Ya lo has oído Bill—murmuró Tom mirando a su hermano—Tiraran de ti, tú no hagas nada. Solo si ves que te acercas demasiado a la pared, protégete con las manos pero no trates de escalar la pared.

—¿Me ves a mi escalando algo, aún estando en mejores condiciones?—logró bromear Bill.

Tom negó con la cabeza sonriendo. Sintió que se ponía tensa la cuerda y se preparó para auparlo.

—Nos vemos arriba—susurró Bill besándole en la mejilla.

Tom asintió suspirando y le cogió por la cintura. Cuando tiraron de la cuerda, él le impulsó y no le soltó hasta que no estuvo fuera del alcance de sus manos. Se quedó mirando desde abajo como iba subiendo, hasta que una vez arriba del todo desapareció de su vista unos minutos mientras le quitaban el arnés que luego lanzarían y se pondría él.

Solo había pasado un minuto, pero a él le pareció una hora. Empezó a respirar con dificultad, de repente le estaba entrando algo de claustrofobia al verse él solo en tan reducido espacio. Cuando bajó no se lo pensó dos veces, solo quería estar al lado de Bill sabiendo que estaba solo y asustado.

Como él en esos momentos, pensando que el pozo era muy antiguo y con pinta de venirse abajo en cualquier momento. ¿Y si se quedaba sepultado? Ya se imaginaba a Bill gritando y llorando, pidiendo que le sacaran de allí de inmediato, pero no tenían los medios necesarios y moriría delante de sus ojos...

"No... por favor, no quiero morir sin que sepa cuanto le amo"—deseó con los ojos cerrados.


Deseo concedidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora