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Eran las cinco de la tarde cuanto te conocí.

Recuerdo todavía ese día.

Estaba tan nervioso, recuerdo que me disculpe demasiadas veces por haber tirado tu helado al suelo.

Tú solamente sonreíste tan lindo como solamente tú sabes hacerlo, dijiste que no importaba e incluso compraste helado para los dos, diciendo que podríamos comerlo juntos.

Eran las cinco de la tarde cuando por primera vez sentí mi corazón querer salir de mi pecho.

5:00 p.m. [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora