Esa tarde se había vuelto algo tediosa, habían llegado más clientes de lo habitual y algunos de ellos resultaban ser algo difíciles, necios o simplemente desesperantes. Zerek parecía que por poco explotaría mientras que Evelyn permanecía un poco más tranquila. Robbie por otro lado, iba de un lado a otro y por los extraños ruidos que solía percibir, creía que se estaba volviendo loco.
Serkins, quien llegaba de su paseo matutino diario, por alguna razón siempre llegaba en el momento exacto en el que Robbie lanzaba maldiciones en voz baja, por lo que muchas veces solo aclaraba su voz y pasaba rumbo a su oficina. En otras ocasiones, Robbie también escuchaba a Serkins hablando aparentemente sólo en su oficina, por lo que a veces pensaba que no era el único loco en aquella tienda.
Evelyn, por su parte había tomado una actitud un tanto extraña, se mantenía distante de Robbie y Zerek, y cuando se le presentaba la oportunidad de hablar del "Fantasma" de la tienda, esta cambiaba repentinamente el tema de conversación o simplemente, buscaba una razón para no hablar de ello.
Zerek por supuesto, no desperdició la oportunidad para decir que se había vuelto más rara de lo habitual, y tampoco desperdició la oportunidad para decir que se había vuelto más rara que Robbie.
Al salir de su respectivo trabajo, ambos caminaron rumbo al departamento. En todo ese tiempo no había ningun indicio de una amistad entre ambos, para ese momento era una actitud neutral entre ambos.
Al llegar al departamento, no pasó mucho cuando cuando en la habitación de Robbie se comenzaron a escuchar todo tipo de ruidos que iban desde el movimiento brusco de objetos hasta extrañas risas.
— ¡¿Pero qué demonios?! —exclamó Zerek. —Pareciera que trajiste un fantasma contigo.
— ¿Por qué tendría que ser necesariamente yo? —se defendió.
—Porque pareces un imán, siempre pasan cosas raras contigo.
—A lo mejor el libro que leíste lo atrajo. —acusó.
— ¿Ese libro? Es una farsa. —dijo incrédulo.
— ¿Y por qué luces tan asustado? —cuestionó, Zerek quedó en silencio, dio la vuelta y posteriormente caminó hacía su habitación.
Era evidente que Zerek se hacía de la vista gorda, pero por dentro era demasiado asustadizo. Poco tiempo después, Robbie también caminó a su habitación; dejo sus cosas encima de su escritorio y se sentó en su cama. Al estar cansado, se recostó en su cama y cerró los ojos momentáneamente.
Un rechinido le hizo sobresaltar, cuando se levantó, pudo ver que la puerta de su armario estaba semi abierta. A duras penas se levantó y fue a cerrarla, pero extrañamente esta se volvió a abrir; nunca había tenido problemas con esas puertas, sin embargo, cuando la intentó cerrar por tercera vez, pudo notar como alguien se asomo por la pequeña apertura.
Robbie retrocedió al instante y casi tropezaba con su cama. A los segundos volvió a acercarse y para su sorpresa, no había nadie. Cerró la puerta por cuarta ocasión y esta no volvió a abrirse el resto de la noche.
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Sombras De Medianoche
ÜbernatürlichesRobbie es un joven con una habilidad increíble para poder ver fantasmas. A sus 23 años, se muda a la ciudad de Chicago y posteriormente encuentra trabajo en una peculiar tienda de antigüedades, pero nunca pensó que en aquella tienda habría algo que...