El Prisionero De Azkaban: Un té para el prófugo

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Lousteau  Greengrass seguía desmayado, mientras que su futura esposa abrazaba con emoción a su hija más joven. 

La llegada de Astoria provoca que todos pasen su vista de la mencionada al heredero de los Malfoy, quien estaba esperando a que su suegra soltara a su prometida para él poder recibirla. Astoria sonríe, su madre seguía siendo una mujer alegre, y eso le dolía. 

-Hola a todos- saluda con calma, no puede mostrarse débil ante nadie -Mi nombre Astoria Greengrass, futuramente Malfoy, tengo veinte años, en unas semanas se supone que cumpliré los veintiuno

-Hay que hacer una peda por eso- sugirió de pronto Barty en voz baja causando la risa de muchos

-Asistí a la casa de Slytherin,  no jugué al quidditch ya que las escobas y yo nos nos llevamos bien, pero apoyaba a mi equipo- sonrío a los que había jugado -Estoy terminando mi estudios de negocios internacionales...

- ¡¿Estudios?! - exclamó fuertemente Molly Weasley, llamando la atención de todos - ¡Una buena mujer se queda en casa, cocinando, lavando, atendiendo a los hijos y esposo! ¡No estudiando algo estúpido! 

Las mujeres han escuchado las cosas y abren sus ojos con sorpresa y horror. 

-¿Qué estupidez estás diciendo?- dijo sorprendida Muriel al escuchar las cosas que su sobrina había dicho -Niña que tu jamás quisieras tener una carrera es tu problema, por merlín niña, ¡Que estupidez tan grande!

- Bueno madame Prewett, si la señora Weasley tiene una fuerte alergia al trabajo, es su problema, no el mío- aseguro con gracia Astoria, para después sonreírle a su esposo -Es bueno ver que estás bien, Blaise bromeaba que algo les pudo haber pasado

- Pues lo que le paso, fue a tu papá- señalo con calma Rabastan, tratando de que su amigo se despertara 

- ¡Oh padre/querido! - exclamaron ambas damas, socorrando a Lousteau 

Minutos después de que el Greengrass se despertara y viera con malos ojos a Draco, quien le sonríe de manera inocente, todos decidieron que la lectura tenía que continuar. 

- ¿Quién va a leer?- cuestionó de pronto Hadriel, para después mirar a la castaña -¿As?

-Si, lo haré- sonríe la recién llegada, tomando el libro que se lleno de tinta y palabras - Capítulo dieciséis... ¿Qué?

-¿Pasa algo?- interrogó preocupado Draco 

- No es nada, es solo que es un nombre muy extraño - dijo Astoria, observando con atención el libro - Pero nuestra vida no es normal, así que... Capítulo dieciséis: Un té para el prófugo

Si, era el nombre más raro que habían escuchado. 

En las mazmorras de Slytherin, la noche paso sin problema alguno, y aunque tenían a un prófugo durmiendo como si de un niño se tratará, estaban muy tranquilos. 

- ¿De verdad?- cuestionó un gryffindor 

Los Slytherin solo sonrieron, como si fuera de lo más normal del mundo. 

El profesor Prince había pasado por la sala común, y al ver al mago de aspecto asqueroso, simplemente le dijo que más le valía bañarse de manera urgente, o lo metería al lago para que se bañara. 

Rabastan miro con cierto resentimiento a Severus por la amenaza. 

Por cualquier sitio por el que pasaran al día siguiente encontraban medidas de seguridad más rigurosas. El profesor Flitwick instruía a las puertas principales para que reconocieran una foto de Rabastan Lestrange. Filch iba por los pasillos, tapándolo todo con tablas, desde las pequeñas grietas de las paredes hasta las ratoneras. 

𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora