¿Que podría hacer alguien con la suficientes ganas de querer proteger lo que ama?, de asegurar la seguridad de los que le importan, de aquellos que son sus personas preciosas, sin duda estás cuestiones van mucho más allá de la mente de cualquier pensante, sabio erudito o gurú, pues la respuesta a las mismas no era algo que el coeficiente intelectual pudiera responder, al contrario, se dice que solo aquellos que realmente sienten lo que conlleva estás interrogantes son capaces de encontrar el significado de lo que se ve más allá y no simplemente centrarse en lo que se les sirve en la mesa, así que solo podemos decir que aquellos que empatizan con la pureza del corazón lo pueden ver.
Ahora que el ya no estaba todo dejo de ser alegre pues, sabían que era el, el responsable de estar siempre de buen humor, con una sonrisa brillante en el rostro y sobre todo con ese corazón tan puro, más puro que cualquier otro dios o angel que haya existido, demonios... probablemente sea el corazón más puro que jamás se haya visto.
Pero fue tarde su reacción pues ahora ya no había nada por lo que seguir, nada por lo que luchar, entendió que había algo que jamás podría vencer, por más poderoso que fuese por más que se esfuerce nunca podría, y ese era el tiempo, ahora bien muchos dirían que era un tonto al creer eso y más cuando existían los medios suficientes para evitarlo.
Pero no podia ir en contra de los deseos de los suyos, quienes habían decidido respetar el ciclo de la vida, obviamente el se negó, pues quería que ellos estuviesen con el, lamentablemente no cambio la situación y sucedió lo inevitable.
Aún recordaba aquellos últimos momentos que compartió con ellos antes de partir, una sonrisa se dibujo en su viejo rostro sus ojos de un negro onix tan oscuro que parecían carentes de vida, aquellos recuerdos lo acompañarían por la eternidad y serían el combustible para su corazón que no estaba acostumbrado a la soledad que ahora en el reinaba.
Ahora que yacía en una solitaria prisión que el mismo pidió para no sucumbir al deseo de destruir todo lo que una vez protegió.
Estaba solo...siendo acompañado por sus memorias y los buenos deseos que le dejaron los que una vez lo llamaron amigo, hermano, padre, tío, abuelo, esposo haian tantos que ya ni recordaba.
Zeno-Sama, su amigo le ofreció un puesto al lado suyo pues para nadie era un secreto que seguía y seguiría siendo el “motal” más poderoso, lo rechazó alegando que no quería abandonar el lugar donde creció y dónde residían aquellos momentos que vivió.
Ahora no había nada ni nadie que le pudiera molestar o tan siquiera dirigirle la palabra, con esto una nueva problemática surgió pues, naturalmente cada planeta de cualquiera de los doce universos, estaba ligado a un sistema de control de natalidad y mortalidad dependiendo de las condiciones del mismo.
Fue ahí que entendió que esté planeta sería ”reiniciado” pues sus índices de vida era muy negativos por lo cual se pregunto si el pequeño Zen, tendría algo en mente y vaya que no se equivocó.
Lo que nos lleva a la situación actual.
—Estar dormido hasta el próximo ciclo dónde la vida comience a aparecer ¿Es así verdad?
—Exactamente Son Goku, esa sería la versión resumida. Daisinkan respondió.
—Zeno-Sama dejo en claro que no quiere que usted desaparezca de la existencia, dado todo lo que ha hecho por este planeta y el universo, además de la amistad que mantienen, claro está.
—Hay una cosa que no entiendo todavía, dijo y miro al ángel quien le hizo una seña con la mano pidiendo que continúe, —¿Que pasará conmigo una vez que todo eso suceda?...¿Cómo saldré de este estado de letargo?. Pregunto con evidente duda.
—Con que era eso...verá, usted al ser un sayayin es un poco más complicado dado que su cuerpo es naturalmente más resitente y fuerte y si a esto le sumamos su poder, se complica todavía más, por lo cual, hay que poner una gran cantidad de poder para que usted pueda estar a salvo, no se preocupe por el resto, su cuerpo se adaptará eventualmente y será su mismo poder el que lo despertará. Respondió ganando un asentamiento del sayayin.
—De todas formas nosostros estaremos visitando el planeta cada cierto tiempo para ver qué todo vaya con normalidad. Añadió.
—Eso está mejor, pero...hay algo que quiero pedirle antes de todo. El azabache dijo cuando se puso de pie haciendo evidente la diferencia de altura entre los dos.
—Adelante, que es lo que quiere. Daisinkan concedio.
—No quiero envejecer, dijo y al instante se ganó una mirada curiosa del angel, quien iba a hablar pero fue cortado. —Se que es extraño, codicioso o incluso egoísta, pero quiero cuidar de este planeta mientras esté aquí, cada día me hago más viejo y quiero ser útil para cuando sea necesario.
Daisinkan sonrió, esperaba que algo así sucediera conociendo la naturaleza de Son Goku y su corazón era difícil, creer que simplemente dejaría este planeta a su suerte.
—Comprendo, Zeno-Sama me dijo que algo así pasaría y me alegra que haya sido así, estaré mas tranquilo sabiendo que usted estará aquí, confío en su juicio para llevar al planeta al mejor futuro. Dijo antes de acercarse un poco al sayayin.
—¿Eso es un si?
—En efecto señor Goku es un si, ahora para continuar necesito que relaje su cuerpo al máximo para facilitar el proceso. Dijo y recibió un "hai" de confirmación.
Haciendo lo pedido Goku se concentro tratando de relajar su cuerpo al máximo, le tomo unos minutos hasta que finalmente sintió que estaba listo.
Daisinkan entendió y se elevó un poco hasta quedar un poco por encima de Goku, levantando la sus manos comenzó a expulsar un poco de poder el cual comenzó a rodear a Goku, quien experimento una sensación que no sabría cómo describir, quemaba pero al mismo tiempo sentia que su cuerpo se volvía muy muy ligero, al poco tiempo el proceso estaba hecho.
—Esta hecho Son Goku, no creo que llegue a tener problemas por los ligeros cambios que tendrá su cuerpo. Dijo al momento que volvía al suelo.
—Gracias señor Daisinkan, le prometo que voy a velar por la paz y el futuro de este planeta sin importar lo que sea. Dijo dando una reverencia que fue replicada por el angel mayor.
—Ahora, Son Goku, voy a pedirle que reduzca su poder lo más posible, será más fácil de ese modo. Daisinkan pidió y el sayayin obedeció, pues no seria algo nuevo para el.
—Son Goku...me alegro decir que llegue a conocerlo, ojalá cuando despierte las cosas sean mejores, pero sin importar lo que ocurra nunca cambie, después de lo que ha vivido me sorprende que aún siga con la pureza reinando en su corazón.
—Solo me queda agradecerle por todo, y aquellos que realmente saben lo que significa el sacrificio que usted está haciendo lo recordaran y respetarán tanto como usted merece. Dijo mientras el cuerpo del sayayin era rodeado por su poder poco a poco.
—''Gracias a todos, amigos, Krilin, Picollo, Maestro Roshi, Bulma, Milk, Gohan, Goten, Pan, Videl, Satán, Kaisoma, a todos los recordaré siempre, dijo antes de cerrar los ojos. Diasinkan, sonrió mientras veía como el sayayin ya estaban completamente cubierto.
—Son Goku, descanse. Dijo mientras en una de sus manos aparecía un objeto esférico de color naranja brillante cuatro estrellas adornaban el interior de aquel objeto que parecía brillar incluso más que un diamante.
Daisinkan acerco la esfera y está poco a poco se introdujo dentro de aquel capullo, con esto hecho, había terminado.
—Y cuando el recuento de los tiempos quede grabado en el cosmos, para que los que existan mucho después de nosotros sepan que esté no fue...ni será el final. Con eso desapareció en un haz de luz, y pronto de aquel lugar se apoderó una sensación de paz, el polvo fue la única señal de que alguien estuvo ahí.
Poco sabía el angel que esté simple hecho marcaría el inicio de algo mucho más grande.
“La pureza del corazón es el trasero más sagrado que un guerrero puede poseer, el corazón y la perfección van de la mano, si al corazón le gusta, la mente lo ve perfecto, así como la simpleza de la perfección recae en el simple de hecho de los pequeños detalles.
Algo tan común como la vida, resulta ser motivo de incontables debates, dejando de lado lo que realmente importa que es vivir.