Reencuentro

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YEIMY MONTOYA

—¿Qué hacen acá?— Pregunté entrando al apartamento de Charly, viendo a Axl y a Drama.

—¿No sabes?

—¿Qué?

—Charly ya no vive acá.

—¿Y dónde vive?

—En China.

—Japón, idiota— Le corrigió Axl —Se fue allá por su hija. Y bueno, también por vos, quiere de una vez por todas superarte.

—¿Y desde cuándo?

No estaba entendiendo nada. Charly se había ido al otro lado del charco sin avisar y no me había enterado de nada, y justo en el momento en que más necesitaba hablar con él.

—Se fue hace una hora y media— Me respondió Drama viendo su reloj —Si no lo ves en el aeropuerto agarrate un vuelo a Bogotá que va a pasar la noche ahí.

—Oigan, gracias.

—Dejá de agradecernos, ome, agradecemos cuando sean noviecitos. Por ahora anda atrás de tu hombre y no lo dejés ir— Dijo Axl rápidamente.

—Lo prometo.

—¡Con toda, Reina!

—Llamen a Charly a ver si les contesta y le avisen que yo voy para allá.

—Todo bien que yo lo llamo.

Entré en pánico y abandoné el apartamento después de agradecerles con prisa. Toqué el botón del ascensor unas cinco veces pero me tocó bajar ocho pisos por las escaleras. Corrí a mi auto y casi doy un salto para entrar en él por lo que era descapotable y comencé a conducir con prisa al aeropuerto.

Cuando llegué no me dejaron pasar a la zona de vuelos puesto que no tenía boleto y me acerqué a la cabina a comprar el próximo que saliera a Bogotá. Vi aquel espacio gigantesco que tenía por recorrer y suspiré antes de caminar, fijándome en cada hombre que pasaba por mi lado, pero ninguno tenía esos ojos azules que me mataban. Ninguno era él. Ninguno era mi Charly.

Seguí buscando hasta el cansancio, parecía loca recorriendo todo eso y mirando a todas las personas como si fuera psicópata. Cuando estaba al borde de la angustia y de una crisis, vi a un chico sentado, cabello castaño y revuelto, con una camisa negra manga larga y era igual de robusto que Charly. Lo encontré.

Me acerqué corriendo y con una sonrisa, pero cuando me puse frente a él era un chico de unos 22 años que claramente no era el hombre al que estaba buscando. No se dio cuenta de mi presencia porque estaba jugando un jueguito en su Switch y me fui. Me senté en unas sillas después de él y miré al techo completamente rendida, me dolían los pies por correr en tacones y mis pulmones estaban trabajando el triple para controlar mi respiración y no llorar ahí mismo.

No sé que me dio por acordarme que existía el cartel con todos los vuelos programados. Busqué con la mirada alguna pantalla. Y había dos vuelos para Bogotá: Uno a las 9pm y otro a las 11pm. Pero había uno más que parecía ser el de Charly: Viaje a Japón con dos escalas, Bogotá y España, a las 10:30pm. Acá fue. Aunque también había otro a Tokyo que ya había despegado hace una hora, y yo solo esperaba fuera el de las 10:30 y no el que ya había despegado. Di una buscada más y mientras recorría los pasillos nuevamente, escuché el vuelo a Japón. Aproveché a ver a las personas que se habían levantado y... No, no había señal de Charly.

Lo perdiste, Yeimy.

Lo sé, soy una estúpida...

Pero no tan estúpida si me la jugaba y volaba a Bogotá. Total el pasaje ya lo tenía y no tenía nada que perder, solo me quedaba esperar un rato para abordar.

Sueños - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora