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- ¿Necesitas un abrazo? - pregunte con voz apagada.

- Si... - dijo totalmente quebrantada.

Abrí mis brazos y trate de consolarla, me quede callada unos segundos y volvió a hablar.

-Disculpa....¡disculpame! - dijo sollozando en mi hombro.

No supe exactamente por que me pedía disculpas y me quede pensante.

Sus disculpas pudieron ser por lo que pasó hoy, por todo lo que pasó en la semana, por lo que pasó durante los últimos meses o años, por haberse casado con mi padre, por haberme tenido sabiendo el futuro que me esperaba, por sus insultos, por sus humillaciones, por sus gritos...

- ¿Por que haces todo más difícil para mi? - pensé con amargura.

Quise separarme de aquel abrazo el cual sentía que me ahogaba y aumentaba mi ira, pero no lo hice.

- Esta bien...te disculpo - dije susurrante casi en un suspiro cansado.

detestable adolescenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora