crenny week ❤︎

Band Au 🎸

-Broken Symphony

Ahí estaba de nuevo, ese andrajoso niñito rubio. Siempre robaba monedas de la fuente, se quedaba un rato pescando todos esos deseos perdidos ¿Cómo sabía que siempre era la misma persona? Fácil, el chico poseía una enorme parka naranja que cubría todo su cuerpo y llevaba un característico estuche de un bajo que a duras penas podía llevar.

Todos los martes a la noche pasaba por el centro de la ciudad, podía verlo desde la ventana del auditorio. Era una rutina ya, a las 8 en punto él pasaría por la fuente, robaría un par de monedas y se iría corriendo hacia quien sabe donde.

-¿Es él de nuevo?- Mi análisis se vió interrumpido por Tolkien, quien me miraba con una media sonrisa.

-¿Por qué cada vez que me distraigo me preguntas por él? Sí, esta vez fue él, pero no lo es todo el tiempo.

-Es que siempre te concentras demasiado cuando lo ves pasar, ¿por qué te llama tanto la atención?- El moreno dijo entre risas.

-No me llama la atención, solo detesto a las personas tacañas.

-Bah, si de todas formas limpian la fuente mensualmente, además, parece que lo necesita, ¿viste como tiene esa parka? Está cubierta de parches.- Rodé los ojos y cambié la partitura.- ¿Por qué no le hablas algún día?

-¿Qué? ¿Te volviste loco? Jamás en mi vida conversaría con un...vagabundo como él.

-Vamos, me vas a decir que no te interesa para qué usa esas monedas, ¿qué hay del bajo? Tal vez toca para ganar dinero.

-Por favor Tolkien, ¿donde están tus principios? Ese muchachito debe gastar las pocas monedas que consigue en estupefacientes o revistas explícitas. - Mientras hablaba movía el arco de forma despectiva para hacer énfasis en mis palabras.

-¡Tucker y Black! Será mejor que dejen de parlotear y se concentren, no quisiera suplantarlos para el concierto.- Los dos pegamos la mirada al profesor, podía ser muy exigente cuando se lo proponía.

Participaba de una orquesta, yo tenía uno de los papeles más importantes, el violín, desde pequeño tuve el talento natural, era un don. Mis padres no desperdiciaron la oportunidad y me anotaron en clases de dicho instrumento, he estado en múltiples orquestas pero siempre con papeles secundarios o directamente como suplente, esta vez, era mi momento de brillar. La sinfonía que se estaba forjando aquí poseía un solo de violín extremadamente complejo pero no sería problema para alguien tan talentoso como yo.

Salí del conservatorio y me despedí de todos mis compañeros, el vapor salía de mi boca al respirar debido a la baja temperatura. Bufé al observar la calle y ver que el chofer no había llegado, solo tenía un trabajo y lo hacía mal.

Cuando intenté acercarme al cordón, mi atención se vió captada por el reflejo de algo en el suelo. Me sorprendí al ver que se trataba de una moneda, pero no cualquier moneda, sino una de las que el jovencito de parka robaba. Comprobé que nadie me estuviera viendo y la recogí del suelo. Era una moneda de dos centavos, que estupido pensé. Incluso si le tomara la vida, jamás llegaría ni a 100 dólares juntando centavitos.

Apenas escuché el motor del auto aproximarse, guardé la moneda, si mis padres se enteraban que guardaba cosas de la calle me asesinarían. Me quejé levemente con el chofer por su típico atraso, quien solo soltó estúpidas excusas que no necesitaba oír.

Las casas bajas de South Park fueron subiendo de categoría lentamente, hasta solo quedar mansiones. El auto se detuvo una vez ingresó al enorme jardín de mi morada. Los Tucker eran una familia muy reconocida por su talento musical, mi padre había heredado el talento de su padre y así sucesivamente. Todos han conseguido el éxito, y yo no me quedaría atrás.