El pasillo de aquel hospital parecía infinito. Kadir nunca pensó tener tantos arrepentimientos en su existencia, se suponía que toda su vida la había guiado en la prudencia y en cuidar a su familia. Se suponía que lo estaba haciendo bien; pero cuando el perito llego para hablar con alguien se dio cuenta de cuan equivocado podía estar.
Eren y él compartieron vida desde niños, conocía lo bueno y lo malo de su persona, al principio él que gustara de su hermana no era más que puntos en su amistad, porque la cuidaba como a sus ojos y ella disfrutaba de su presencia.
Obviamente lo apoyo, porque de entregarle su más preciado tesoro a cualquier ser humano en el mundo, prefería mil veces que fuera el indicado. A pesar de que su padre le dejo en claro que no debía seguir esa línea, aun cuando ella le dijo que no sentia nada por él, incluso cuando supo que su familia estaba en quiebra y el interés por su hermana paso de ser un gusto a ser necesario, el fingió no verlo.
No quería reconocer ante su padre sus errores, pero lo cierto era que al final de aquel pasillo infinito su hermana, su sobrino y su esposo se debatían entre este plano y el otro. Pidió tanto a su Dios que esto fuera una pesadilla, lo suplico como jamás suplico nada. Pero no fue escuchado.
-¿Qué ha dicho la policía?- Borran entro apresurado esperando noticias
-Nada... El conductor se pasó el alto y perdió el control- mentía, mentía con todo lo que tenía y a Borran se le revolvieron las entrañas.
Los ojos negros de su primo lo miraron con tanto desprecio que supo se había equivocado de nuevo, pero no diría nada, no podría, todo saldría bien, su hermana estaría bien, ¿Qué importaba Ferhat? Nada, el podría morir y entonces su hermana seguiría una vida más serena. Una mejor vida...
Borran no podía quedarse de pie con esas palabras en su mente, salió del lugar casi temblando si hacia lo que tenía en mente destruiría a toda la familia, y entonces el sacrificio que ese par hizo años atrás no valdría nada. Pero... ¿Valía la pena quedarse en esta familia tan contaminada?
Mientras fumaba intentando aclarar sus pensamientos hablando con su esposa, buscando el mejor camino vio llegar a Eren, caminaba con una cara de real angustia, como si de verdad no supiera que paso, como si el no tuviera nada que ver en esto.
La calma lo abandono, la paz que solía identificarlo se esfumo de su ser, y para el momento que quiso ser consiente ya lo había tirado de un puñetazo. La gente alrededor grito asustada, y el regreso como pudo en sí. Ninguno de los dos se dijo nada, solo se miraron con tanto odio que podía sentirlo, Borran, la persona más noble entre su familia, él, sentia ganas de matarlo.
Aun así, Yildiz solo se acomodó el traje, limpio la comisura de su boca y entro al hospital.
Si Borran tenía dudas de lo que debía o no hacer, estas se disiparon al verlo. Quizá el veneno nunca fue del todo de los Lombardi, quizá ni si quiera de los Demir, quizá solo fue el dinero... el jodido, sucio y podrido dinero.
Cuando Borran entro vio a sus tíos llorar a mares abrazados el uno al otro, giro buscando a Eren pero no lo vio, busco, busco, busco alguien que le dijera que pasaba, sentia que se podía volver loco de la angustia.
-¿Qué ha sucedido?- intercepto a una enfermera que salía del lugar
-El bebé está en estado crítico, así que tendrán que realizar una cesárea de emergencia-
-Pero aun no es tiempo-
-Lo sabemos...- y entonces entendió que todo esto terminaría de la peor manera
Aquella noche nació entre lágrimas y plegarias Melek Yilmaz, una pequeña niña de ojos azules como su padre y piel aceituna como la de su madre.
Seher miro a su nieta en la incubadora, era diminuta, apenas un brote en el otoño. Kemal miro a su sobrino, dando plegaria tras plegaria y a su lado a su hijo con una cara que tenía la palabra "CULPA" escrita en toda su frente... no quería pensar más, no quería saber lo que hizo mal, solo quería que la vida de su hija volviera a ser igual que el día que se casó con Yilmaz.
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Pecador (En Pausa Indefinida)
RomanceNimet Demir crecio entre susurros y secretos, su vida "perfecta" y su familia feliz se encargaron de ello, era la pricesa de este nuevo cuento, pura, llena de luz y de perdon. Nimet era todo lo que un pecador como Milo Lombardi podría desear, desea...