Despertó en su cama, abajo se olía el delicioso desayuno de su tía, se levantó y retiro su cobija. Llevaba su pijama negra favorita, camino hasta el baño y hizo su rutina. Bajo las escaleras, camino hasta la cocina y vio los cabellos blancos de su tía que eran iguales a los de ella, se acercó despacio para abrazarla.-Buenos días Eris- se volteo para ver a su sobrina, sonrió al verla en pijama. Tomó el plato con frutas y fueron hasta el comedor. Allí se encontraban tres platos servidos.
-¿Por que son tres platos? - levantó la ceja sorprendida viendo a si tía. Salto al ver unos brazos salir de debajo de la mesa.
-Bueno digamos que cierta persona sabia que regresabas hoy y quiso saludarte muy temprano- decía Petunia tras salir de debajo de la mesa en pijama, ambas se miraron y sonrieron para abrazarse.
-Extrañaba verlas juntas- Meridia trataba de controlar sus lágrimas, disimulando un poco fue a sacar el jugo de la nevera.
-Eres increíble Petunia- las tres se sentaron y comenzaron a desayunar, charlaban sobre sus anécdotas, iba bien hasta que Petunia menciono algo que perturbó a su amiga.
-Ayer cuando llegó Lily no lo hizo sola, mis padres quedaron sorprendidos cuando un chico estaba con ella, se presentó.
Meridia estaba sorprendida, miro a su sobrina pero esta le huía la mirada bajando su cabeza. Se activó una alarma en la adulta, le sonrió a Petunia para afrecerle unos panecillos que aceptó gustosa, le empacho otros para su familia. Vio en cambio que hizo pero se los agradeció con amabilidad.
-¿Ris te gustaría ir conmigo de compras?- miraba a su amiga jugar con el desayuno, tocó su mano -¿Ris te pasa algo?- La nombrado salió de su trance, tomó con cariño la mano de su mejor amiga.
-Claro que ire- se levantó disculpándose para caminar hacia su cuarto. Las que seguían sentadas miraban el extraño comportamiento de Eris.
-Algo la atormenta- fue una afirmación, se despidió de Meridia y salió para prepararse.
Eris ya lista bajaba la escaleras donde su tía la esperaba cruzada de brazos, se detuvo para verla y se puso un poco nerviosa.
-Tenemos que hablar-
-Si, tía tengo que hablar contigo- y bajo saliendo, afuera hacia un lindo día, camino viendo las plantas y algunas ardillas. Se tocó la garganta recordando la sensación de la sangre. Al estar enfrente de la casa de su amiga no entró, sería molesto fingir, pateo algunas piedras.
-¿Eris?- volteo al escuchar su nombre, ahí estaba James, su corazón se detuvo. Si Petunia sabia que ya se conocían haría muchas preguntas. James pareció entender su preocupación. -Tranquila, Lily ya me explico, solo quería saludar- y camino hasta tocar el timbre de la puerta. Una molesta Petunia abrió la puerta.
-Eres tu- lo miro con disgusto, paso a un lado de él, vio a su amiga y camino hasta ella -Se pasa todo el día en casa, es molesto- trato de explicar.
Eris caminaba silenciosa, tomaron un bus. Al llegar fueron de tienda en tienda, comprando muchas cosas. Petunia quería nuevos vestidos y eso significaba horas en las tiendas. Terminaron en su panadería favorita.
-Te compre un café y tarte de arandonos- se la acerco Petunia a su amiga, esta agradecida comenzo a comer. -¿Que te pasa Ris? - sorprendida levantó la cabeza.
-No me pasas nada, ¿me das de tu tarta de fresa? - su amiga la miro esperando una respuesta, suspiro y comenzo a hablar -Vi hace meses a mis padres- tomó una cucharada de la tarta.
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.