Cap 27

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 Despertó en su cama, abajo se olía el delicioso desayuno de su tía,  se levantó y retiro su cobija. Llevaba su pijama negra favorita, camino hasta el baño y hizo su rutina.  Bajo las escaleras, camino hasta la cocina y vio los cabellos blancos de su tía que eran iguales a los de ella, se acercó despacio para abrazarla.

 -Buenos días Eris- se volteo para ver a su sobrina, sonrió al verla en pijama. Tomó el plato con frutas y fueron hasta el comedor. Allí se encontraban tres platos servidos.

 -¿Por que son tres platos? - levantó la ceja sorprendida viendo a si tía. Salto al ver unos brazos salir de debajo de la mesa.

 -Bueno digamos que cierta persona sabia que regresabas hoy y quiso saludarte muy temprano- decía Petunia tras salir de debajo de la mesa en pijama, ambas se miraron y sonrieron para abrazarse.

 -Extrañaba verlas juntas- Meridia trataba de controlar sus lágrimas, disimulando un poco fue a sacar el jugo de la nevera.

 -Eres increíble Petunia- las tres se sentaron y comenzaron a desayunar, charlaban sobre sus anécdotas, iba bien hasta que Petunia menciono algo que perturbó a su amiga.

 -Ayer cuando llegó Lily no lo hizo sola, mis padres quedaron sorprendidos cuando un chico estaba con ella, se presentó.

 Meridia estaba sorprendida, miro a su sobrina pero esta le huía la mirada bajando su cabeza. Se activó una alarma en la adulta, le sonrió a Petunia para afrecerle unos panecillos que aceptó gustosa, le empacho otros para su familia. Vio en cambio que hizo pero se los agradeció con amabilidad.

-¿Ris te gustaría ir conmigo de compras?- miraba a su amiga jugar con  el desayuno, tocó su mano -¿Ris te pasa algo?- La nombrado salió de su trance, tomó con cariño la mano de su mejor amiga.

 -Claro que ire- se levantó disculpándose para caminar hacia su cuarto. Las que seguían sentadas miraban el extraño comportamiento de Eris.

 -Algo la atormenta- fue una afirmación, se despidió de Meridia y salió para prepararse.

 Eris ya lista bajaba la escaleras donde su tía la esperaba cruzada de brazos, se detuvo para verla y se puso un poco nerviosa.

 -Tenemos que hablar-

 -Si, tía tengo que hablar contigo- y bajo saliendo, afuera hacia un lindo día, camino viendo las plantas y algunas ardillas. Se tocó la garganta recordando la sensación de la sangre. Al estar enfrente de la casa de su amiga no entró, sería molesto fingir, pateo algunas piedras.

-¿Eris?- volteo al escuchar su nombre, ahí estaba James, su corazón se detuvo. Si Petunia sabia que ya se conocían haría muchas preguntas. James pareció entender su preocupación. -Tranquila, Lily ya me explico, solo quería saludar- y camino hasta tocar el timbre de la puerta. Una molesta Petunia abrió la puerta.

 -Eres tu- lo miro con disgusto, paso a un lado de él, vio a su amiga y camino hasta ella -Se pasa todo el día en casa, es molesto- trato de explicar.

 Eris caminaba silenciosa, tomaron un bus. Al llegar fueron de tienda en tienda, comprando muchas cosas. Petunia quería nuevos vestidos y eso significaba horas en las tiendas. Terminaron en su panadería favorita.

 

-Te compre un café y tarte de arandonos- se la acerco Petunia a su amiga, esta agradecida comenzo a comer. -¿Que te pasa Ris? - sorprendida levantó la cabeza.

 -No me pasas nada, ¿me das de tu tarta de fresa? - su amiga la miro esperando una respuesta, suspiro y comenzo a hablar -Vi hace meses a mis padres- tomó una cucharada de la tarta.

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