El filamento que contenía la carga esta empezaba a iluminarse de un leve tono de azul. Su manito izquierda movía con delicadeza el potenciómetro para elevar la intensidad del flujo mágico. Con precisión milimétrica, el calor en el filamento se tornaba mas y mas azul, casi llegando a rivalizar con el índigo de sus ojos, escondido entre su flequillo rubio.
—Vamos... vamos un poco más...
Sin siquiera parpadear, pudo ver como la tira de metal refulgía con intensidad, y... que se iba deformando desde la punta.
—¡N-no!
El cabellito de Handley, fue impactado por un suave vientecito producto de la explosión del filamento, uno que ya se había convertido en polvo, y en su proceso de destrucción había chamuscado su escritorio, sus guantes, y parte de su vestido ceremonial.
Al momento de exhalar un suspiro desalentador por otro fallo mas, la puerta se abrió de repente, dejando entrar el bullicio de los jóvenes que se encontraban en el pasillo, un ambiente demasiado salvaje, aun mas de lo que comúnmente era.
—¡Handley! ¿Ya estas cambiada? ¿Que no te das cuenta que se nos hará tarde? ¿Por qué sigues con eso? ¡Hoy es el día! —sin darle tiempo a contestar, Hawks escapo de la habitación mientras aun luchaba por colocarse bien la corbata.
—Solo quería tratar de que funcionase bien... —dijo, en un suspiro.
Hoy era la graduación, y premiación a los estudiantes de honor en la Prestigiosa Academia de Piltover, el día mas importante de la vida de los alumnos que dedicaron cinco años de su vida al estudio académico, al progreso inventivo de la ciudad, y también a una loca vida llena de juergas y fiestas en las que parte del campus a veces era destruido.
El polvillo oscuro que mancho su vestido de gala desapareció en el aire mientras ella se levantaba e intercambiaba sus guantes de trabajo por los de seda que esperaban por ella al final de la mesa.
Eran las nueve de la mañana y aunque por su afición a la ciencia e inventiva no lo pareciera, estaba completamente emocionada por el devenir de ese día. No solo por lo que conllevaba el graduarse, sino por que cierta personita por fin arribaría a la ciudad, justo para verla; solo para verla.
Y pensando en eso y con lo meticulosa que era para el detalle, durante casi un mes desde la llegada de su carta, sus pensamientos se vieron divididos en dos al enfocarse en encontrar el atuendo perfecto con lo cual impresionarlo y también entre el proyecto de su vida: el cañón de pulso plasmático de canalización rúnica, al cual tal vez debería reducirle las palabras.
Había rogado durante casi ocho meses que el instituto le proporcionase al menos un pequeño trozo, una pequeña partícula, aunque sea un mínimo átomo de una runa hextech para poder terminar el canalizador... Pero no, aun en sus peticiones como mejor estudiante de la carrera sus influencias poco podían hacer para proveerle una pues todas eran destinadas para las casas mas prestigiosas de la ciudad, y entre ellas estaba la casa Medarda que prácticamente había monopolizado su importación y su uso.
Al salir por el pasillo, los salvajes ruidos que la acompañaron durante su estadía, volvieron a resonar en sus oídos, pero en esta ocasión eran sus compañeros que se preparaban para lucir lo mas civilizados posibles frente a la sociedad. Y a sus padres.
Al fuerte sonido de la campana que resonaba desde los megáfonos, el caos se incremento y todos, aun con sus corbatas y camisas a medio poner, empezaron a correr sin pausa hacia el salón principal, arrastrando con ellos a la joven rubia quien parecía la única preparada para el evento.
-.-
Es sol de la mañana no podía penetrar en su flequillo rubio, sin embargo si sentía que sus bracitos que se exponían elegantemente eran bronceados por su intensidad. Lo mismo pensaban los demás estudiantes que junto a ella formaban en fila esperando a su turno de ingresar a los tranvías.

ESTÁS LEYENDO
Una larga Espera (Ezreal x Prodigio)
FanfictionEs el día de la graduación y con la emoción que le llega, no deja de pensar en cómo terminara el día. Y como dejara de pensar en su rubio desaparecido.