03.

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Pedro González

El canario emocionado empacaba sus cosas, listo pero nervioso por su primer mundial, llamo a Pablo que estaba tomando una siesta antes de empacar.

Pablo 🫶🏽❤️
Ya me desperte ¿que haces?
(1;45 pm)

Pedri decidió no contestarle y llamarle, no podía ver el móvil y empacar al mismo tiempo, puso el altavoz y escuchó a Pablo al otro lado de la línea.

—hola guapo— saludo Pablo al otro lado de la línea.

—nada de guapo, empaca ya— apresuró Pedro y Pablo.

—no me apresures, necesito procesar que iré a mi primer mundial— lo corto Pablo quien bostezo seguido de esto.

—pues deja de procesar tanto y empaca— lo regaño Pedro.

—ven y ayúdame a empacar y ven porque estoy solito— propuso Pablo.

—ni un "pedri, ¿quieres venir a mi casa?— se quejo y solo escucho a Pablo reír al otro lado de la linea.

—Pedri, mi mejor amigo, el mejor canario, el mejor 8 de la historia y el más guapo de todos me harías el honor de venir a mi casa y ayudarme a empacar y hacerme compañía— exagero Pablo.

—vale, vale así me gusta más— escucho al sevillano hacer ruiditos como preguntándole si si iría. —vale, si iré, llego en un rato— finalizo.

—valeee— cantó Pablo y colgó en teléfono para ir a la casa de Pablo.

Se arreglo un poco y salió a la casa de Pablo, paso por una ensalada para ambos porque los papás de Pablo habían salido esa misma mañana y sabía que Pablo era demasiado flojo para hacerse algo de comer y pediría un McDonalds.

30 minutos después ya estaba en la puerta de Pablo con las ensaladas en las manos y una sonrisa en cara.

—¡Pepi!, ¿me has traído algo de comer?— pregunto emocionado.

—pues si bobo, te conozco y eres demasiado flojo como para hacerte algo decente para comer— Pablo hizo una mueca y luego volvió a sonreír.

—que mono eres cuando me cuidas— Pablo le dio una palmadita suave en el cachete y le sonrió con cariño.

—ya deja tus cursilerías— Pedro lo aparto con un empujón suave y lo despeino cariñoso.

—vamos a entrar pues— le dijo Pablo y lo jalo dentro de su casa para cerrar la puerta tras ellos.

—a lo que venimos— le dijo a Pablo.

—noooo, hay que ver una serie y recostarnos un ratito— dijo Pablo mirándolo.

—no, ha empacar ya— y el sevillano fue casi arrastrado a su habitación con una maleta abierta, un botín y un pijama.

—¿enserio Pablo?— pregunto Pedri.

—me ha dado demasiada pereza—confesó Pablo.

—no puedo contigo enserio— lo regaño Pedri y abrió las puertas de vestidos para empezar a sacar cosas de su armario.

Pablo no tuvo más remedio que hacer la maleta junto a Pedri, ambos bromeando y empujándose con cariño mientras se picaban el uno al otro.

—ya, pero no te piques— Pedro jalo a Pablo de un brazo para juntar sus cuerpos y el sevillano solo cedió y se dejó abrazar con Pedri, quien lo apretó contra el y se tambalearon un rato.

—estás muy pequeño— fue lo único que salió de la boca de pedri en ese momento tan intimo.

—solo me ganas por un centímetro, literal— dijo con obviedad Pablo.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora