(〜ʚ🌷˙•ᴘʀᴏ́ʟᴏɢᴏ•˙🌷〜)

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Mis piernas dolían, mis sentía que mis músculos se estaban desgarrando, mi piel estaba totalmente herida y llena de sangre al igual que mi ropa. El aire que llegaba a mis pulmones no era suficiente... Sentía que en cualquier momento podría derrumbarme...

Onii-chan... Por favor resiste... — le murmuré a mi hermano que estaba entre mis brazos, sangrando a montones.

Las lágrimas llenaban mis ojos y resbalaban por mis mejillas cómo si fueran cascadas. Mi respiración era agitada y mis pies descalzos dolían y sangraban.

Mis pies duelen... Por favor... Ayuda... Alguien... Ayúdeme...

Me sentía al borde del colapso, pero no me detuve. Intenté correr al sentir unos pasos detrás de mí, giré para ver de reojo. Era aquel maldito demonio... Siguiéndome a pesar de no tener sus piernas, se arrastraba por el suelo rápidamente.

Por favor... Alguien... Quién sea...

Hasta que en un momento, sus piernas se regeneraron... Y me dió una patada que me hizo caer por la colina.

Abracé a mi hermano para protegerlo de la caída, terminamos rodando hasta que mi espalda chocó contra un árbol.

Estaba muy débil, yo también había pedido mucha sangre... Pero no podía cerrar mis ojos, no podía dejar así a mi hermano...

Por favor... Sólo un poco más...

—Por fin te atrapé, maldita humana, me hiciste correr por toda la maldita montaña.

Finalmente, decidí aceptar mi final. Pude sentir la mano de mi hermano aferrarse a mi ropa, con dificultad puse mi mano sobre su cabeza acariciando su cabello.

El demonio se acercaba lentamente, nos miraba con odio pero sus ojos también reflejaban su sed de sangre... Su hambre por la carne humana.

Doragon no Kokyū, Ni no Kata: Hōkō

Aquello... Fue simplemente inexplicable... Hermoso, misterioso, confuso e inexplicable. El demonio empezaba a desvanecerse como una nube, y frente a mí... Estaba una mujer. Con un látigo con pinchos en su mano. Su cabello era oscuro y sus puntas degradadas a blanco, atado en dos coletas que caían por su espalda hasta su cintura.
Aquella mujer se dió la vuelta, revelando un rostro preocupado pero con ceño fruncido y unos ojos café claro.

—Oye niña, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Tienes idea de lo peligroso que es el bosque a estas horas de la noche? ¿Por qué estás...

Aquella mujer empezó a acercarse a mí mientras me regañaba, deteniéndose al verme a mí a mi hermano.

—¿Se encuentran bien... ? — murmuró agachándose frente a nosotros.

Aquella mujer nos había salvado, nos había salvado la vida. Estaba muy agradecida, y se lo hice saber, expresando mi gratitud con un débil murmuro.

—Gracias... — murmuré antes de rendirme y cerrar mis ojos. Me sentía protegida, en calma, a salvo... Me sentía tranquila...



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Mi cabeza dolía y mi cuerpo también... Pero me sentía tan cálida entre esas sábanas.

Espera...

¿Sábanas?

Rápidamente me levanté, sintiendo un doloroso pinchazo en mi cabeza y el dolor y cansancio en mis huesos y músculos. Agarré mi cabeza entre mis manos, sintiendo que una venda la cubría; miré mis manos, también tenían vendas y las heridas estaban tratadas.

Miré hacia todos lados asustada, ¿dónde estaba mi hermano?

—No te preocupes, él está bien.

Era una voz femenina, la voz de una mujer. Miré hacia dónde estaba la puerta, aquella hermosa mujer estaba ahí, y en sus manos había una pequeña bandeja con comida.

—Él está bien, no te preocupes. — dijo acercándose con cuidado y agachándose a mi lado, dejando un plato de sopa y poniendo en la bandeja un plato de arroz que aparentaba estar frío.

—¿Cuánto tiempo estuve dormida? — le pregunté mirándola, ella suspiró.

—Dos días, estuviste inconsciente por dos días. Oye niña, ¿por qué ese demonio de perseguía?

—No lo sé, él junto con otros dos demonios entraron a mi casa durante la noche. Mi familia y yo estábamos cenando y de la nada ellos aparecieron... — confesé intentando recordar más.

—No hagas esfuerzo, poco a poco te irás mejorando. — se sentó a mi lado. — Tú... Sabes qué eran ellos, ¿verdad? — asentí.

—Demonios, mi padre solía hablarme de ellos. Monstruos que comen humanos y son débiles ante la luz del sol.

—Así es... — después sacó algo de su bolsillo. — Esto es tuyo, ¿no es así? — mostró daga, una daga que mi madre me dió antes de morir y obligarme a huir de casa. En respuesta solo pude asentir. — Tu padre era Koizumi Hideki, ¿verdad? — escucharla decir eso me sorprendió, ¿cómo sabía el nombre de mi padre? — Tu padre era un gran amigo, fuimos compañeros de trabajo. — eso lo explicaría...

—¿De trabajo? — dije con desconfianza. Mi padre era agricultor, se dedicaba al campo, cosecha y siembra y en ese trabajo no habían mujeres.

—Sí, antes que nacieras, tu padre y yo éramos compañeros y muy buenos amigos. ¿Jamás te habló de eso? Fue en ese trabajo dónde conoció a tu madre.

—¿Qué clase de trabajo? — la curiosidad me invadía. La mujer frente a mí permaneció en silencio unos momentos antes de responder.

—Cazador de demonios, hace doce años tu padre se dedicaba a cazar, asesinar y luchar contra demonios. ¿Jamás pudiste ver su katana?

—Recuerdo haberlo visto practicar con su espada hace años...

—Pues ahí lo tienes. Eres la hija de Hideki, el antiguo Pilar del Caos y de Enko la Ex-Pilar del Dragón.

Jamás creí que mis padres fueran personas tan increíbles y fuertes...

Aquella mujer de nombre “Yami” me contó las historias de mis padres, sus Respiraciones y mucho más. Miles de cosas que yo no sabía.

Y también... Llegamos a la conclusión que aquel ataque a mi casa no fue simple coincidencia, había alguien detrás. Alguien lo tenía planeado, alguien quiso asesinar a mis padres intencionalmente.

Y esa vez... Decidí lo que quería... Decidí cuál sería mi meta...
Encontraré al maldito que asesinó a mi familia y lo haré pagar... Porque no solo me arrebató mi felicidad y lo que más amaba... Le arrebató a mi hermano la oportunidad de ser feliz y vivir como alguien normal...

Ese era mi objetivo: encontraré al asesino de mi familia y encontraré la manera de regresar a Asahi a la normalidad. No me importa cuánto tiempo me lleve o lo que tenga que sacrificar, a fin de cuentas, no tengo nada más que perder...

Lo encontraré, lo juro por mi vida. Mamá, papá, les prometo que vengaré su muerte.

Kibutsuji Muzan, puede considerarse muerto...

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“Respiración del Dragón del Caos”
No suena mal, ¿no creen?
(⁠✯⁠ᴗ⁠✯⁠)

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『⨳𝗞ⅈm𝖊𝘵𝓼𝗎 𝑵օ Ⲩɑⅈ𝘣ɑ⨳』【❥ Y̶A̶N̶D̶E̶R̶E̶ H̳A̳R̳E̳M̳】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora