COMEDOWN | L.R.H

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Hice una mueca de disgusto cerrando el contenedor con la comida que había ordenado. No había consumido ni siquiera la mitad y mi estómago simplemente estaba cerrado.

Lo hice a un lado concentrándome en ayudar a Sky a partir un poco el pollo que había preparado para ella en casa.

Estábamos en la oficina de mi galería. Creo que a Sky le gustaba venir conmigo. La mantenía ocupada con actividades sencillas y usualmente un par de horas después de comer la ponía a tomar la siesta.

Eso me daba un par de horas para trabajar sin interrupciones, algo que ya estaba enteramente acostumbrada.

Pero no me quejaba. Sky era mi vida entera y estaría para ella en todo momento que me necesitara.

"¿Puedo pasar?" Escuché la voz de Dana al otro lado de la puerta después de tocar.

"¡Si pasa!"

"¡Aw hola Sky!" Mi pequeña de casi dos años agitó su mano mientras mascaba su comida y reí limpiando su mejilla un poco. "Umm, acaban de traer las obras de Payton. ¿Quieres que las reciba yo?"

"Te lo agradecería mucho Dana, aún no termino con Sky, pero tan pronto la ponga a dormir voy para comenzar organizarlas"

"Sin problema" Dana asintió sonriente y salió de mi oficina.

Dana era una chica que me recordaba mucho a mi misma cuando tenía veinte años. Yo realmente aprendí demasiado el tiempo que trabajé para mi primera agencia y ella estaba aquí haciendo lo mismo.

Preguntando cada pequeño detalle para aprender del trabajo y hacer lo suyo en el futuro.

"¡Mummy!" Sky gritó de la nada. "¡Jugo por favor!"

"Oh okay, quieres jugo..." Reí tomando uno de los tantos vasos entrenadores que Sky tenía.

Desde que Sky pasaba las tardes a mi lado aquí en la galería opté por comprar una pequeña nevera donde podía meter su comida sin riesgo a que pereciera en su pañalera.

"Muy bien, aquí está tu jugo" Entregué a Sky su bebida que no era más que agua de mango que había preparado en casa.

Hoy se cumplían exactamente tres semanas del fallecimiento de mamá. Creo que cada vez que veía el calendario contaba exactamente cuantos días habían pasado desde eso.

Lo más raro es que seguía sintiendo un vacío en mi interior pero por alguna razón, no lloraba. Supuse que estaría mucho tiempo derramando lágrimas por ella pero desde que llegué a casa, solo un par de veces me vi sumergida en un llanto incontrolable.

Desde entonces no he sido capaz de sentir algo más que un vacío en mi pecho.

Observando de nuevo el calendario, sabía que tenía muy pocos días para planear algo lindo como fiesta de cumpleaños a Luke y Sky.

El tiempo se me había ido como agua entre mis dedos y con tanto en mi cabeza no pude preparar nada para ambos. Mientras Sky terminaba de comer su puré de zanahoria con mucha dedicación, comencé a buscar en línea algo que pudiera hacer para mi bebé.

Sky estaba obsesionada con los caballos y con un show animado en donde había vaqueros a caballos en aventuras. De hecho, el noventa por ciento de sus pequeños dibujos era de caballos así que quizás podía buscar algún rancho en las afueras de la ciudad para que ella los viera.

Aunque quizás podía adornar el jardín con la temática de vaqueros y caballos e invitar a todos nuestros amigos simplemente para celebrar su segundo año de vida.

Saber que estaba por cumplir dos años me estaba removiendo el corazón. ¿En qué momento pasó el tiempo?

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