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HANNAH NO ERA LA MEJOR CON ESO DE LLEGAR TEMPRANO, su mamá siempre se lo había reprochado, pero de igual forma siempre llegaba tarde a cualquier lugar sin importar que tan importante fuera.

Ahora mismo se quería matar porque iba a llegar tarde a la clase de pociones con Snape, sabía que el señor no la quería-ni a ella ni a su hermano, mucho menos a su hermano-por razones que ella desconocía, pero sus últimos cuatro años de estudio se había dedicado a llegar temprano para no recibir algún tipo de castigo por parte del profesor. Pero hoy no lo había logrado y era completamente culpa de ella misma.

Era la primera clase de pociones de cuarto año y estaba llegando tarde solo porque se había entretenido de más hablando con Génesis Greengrass, su amiga de Ravenclaw. No se había dado cuenta que su clase de pociones iba a empezar entonces ahora se encontraba corriendo para ver si tenía la suerte de Merlín de su lado y Snape llegars tarde, dándole aunque sea el suficiente tiempo para llegar al aula.

Y cuando iba corriendo no se dio cuenta que chocó con alguien ocasionando que cayeran en una armadura. Ella estaba segura que se había escuchado hasta el otro lado del castillo y odiaba a la persona con la que chocó, ¡ahora menos que iba a llegar! Definitivamente Merlín no estaba de su lado.

-Mierda, ten más cuidado-se maldijo internamente al escuchar la voz del rubio que tanto había logrado ignorar durante estos años.

-Te deberías tener más cuidado, Malfoy-gruño mientras trataba de quitarse una cadena en la que se había enredado, con poco éxito.

-Yo no era quien venía corriendo, idiota.

-¿Así tratas a una mujer? -Hannah se quedó quieta y cruzó los brazos, enojada por la actitud del rubio y porque sabía que le esperaba su primer castigo con Snape.

-No, a las mujeres de verdad las trato bien.

-¿Qué putas estás insinuando, Malfoy? -exclamó ahora aún más enojada y ofendida.

-Ya sabes, las mujeres de verdad, las que son lindas, de clase y sangre pura, no sangre mestiza.

-Eres un completo idiota-y siguió tratando de quitarse las estúpidas cadenas con un odio que parecía que en cualquier momento fuera a explotar.

-¿Dónde esta mi varita? -escuchó susurrar al rubio y se le prendió el foco; su varita. Era una idiota, por esas cosas el sombrero no la había puesto en Ravenclaw.

Pero al buscarla se dio cuenta que había caído lejos de ellas, al igual que la varita de Malfoy, ambos se voltearon a ver, soltaron un suspiro.

-Todo es tu culpa, Potter.

-¿Mi culpa, Malfoy? ¿Es en serio?

-Yo no era quien iba corriendo como completa estúpida.

-Si fueras tarde con Snape irías corriendo-susurró para ella misma, pero de igual manera él la había escuchado a la perfección, gracias a las cadenas no estaban tan lejos.

-Yo debería de estar en mi clase de pociones, pero por cierta castaña estúpida estoy aquí, enredado en cadenas.

-Mira, estúpido rubio mal teñido de pocos modales, necesito salir de aquí y lo único que tu haces es causarme más estrés, así que cierra tu fea boca y ayúdame a quitarme estas estúpidas cadenas.

Por primera vez Hannah Potter había dejado sin palabras a Draco Malfoy, tal vez incluso era la primera persona en todo Hogwarts que dejaba al rubio sin palabras, así que en silencio los dos se dedicaron a quitarse las cadenas de encima. Una vez se las quitaron tomaron cada uno su varita y se fueron-esta vez Hannah no iba corriendo, no quería volver a chocar con alguien y que pasara lo mismo-a la clase de Snape.

Cuando llegaron se dieron cuenta que ya todos estaban trabajando en sus respectivas pociones, toda la clase se quedó en silencio y voltearon a ver a la Gryffindor y al Slytherin. Incluido Snape quien miraba a Hannah con una sonrisa de satisfacción; por fin la iba a poder castigar.

-Hannah Potter-se acercó mientras arrastrada las palabras-, ¿estás corrompiendo al señor Malfoy? -y ahí venía, la humillación frente a toda la clase que ella ya tenía mentalizada. Vió como a lo lejos Hermione soltaba un suspiro y Harry tenía una cara de confusión-. Por si no se habían dado cuenta, ya pasaron 20 minutos de la clase, 10 puntos menos para Gryffindor y Slytherin, después de la clase se quedan, ambos. Ahora vayan a trabajar y más les vale traerme una poción decente.

Hannah esperaba una humillación peor aún, pero agradecía con su alma que no hubiera ido a más. Se sentó junto a su hermano y amigos soltando todo el aire que había tenido en sus pulmones comprimidos gracias a los nervios.

-¿Dónde estabas metida, Hannah? -la regaño Hermione apenas se sentó en la mesa.

-No había visto la hora-decidió ignorar el hecho que se había chocado con Malfoy, caído y enredado en unas cadenas.

-¿Y por qué venías con Malfoy? -preguntó Harry mirando a su melliza fijamente.

-Me lo encontré al casi llegar-ella decidió cambiar un poco la realidad, no le hacía daño a nadie.

-Seguramente Snape les ponga algún tipo de castigo a ambos-dijo Ron sin quitar la vista de Snape, si el chico hubiera podido matar con la mirada al profesor él ya estaría bajo tierra totalmente muerto.

Decidieron poner atención a sus respectivas pociones-Hannah no sabía que poción estaba haciendo, solo se dedicó a hacerla-, y cuando llegó el fin de la clase deseaba poderse ir, pero si se iba su castigo con Snape iba a ser peor.

-Al parecer los dos llegaron tarde-dijo Snape de forma lenta una vez que todos salieron de clase-. No me sorprende de ti, Potter, pero del señor Malfoy es raro. Pero no quita que los voy a castigar a ambos-escuchó como Draco soltó un gran suspiro, ella también quiso soltar uno, pero no estaba segura de que tan bueno sería hacer eso justo en frente de Snape-. Después de la cena en mi oficina, los quiero puntuales esta vez, espero no se distraigan tirando otra armadura-lo último lo dijo con un tono sarcástico que Hannah odió completamente, antes de salir dió un vistazo a Snape antes de, discretamente, sacarle su dedo del medio e irse.

Ambos salieron del aula para ir a su próxima clase a la cual ya iban tarde.

-Gracias, Potter, ahora estoy castigado por tu culpa, mestiza sin modales-Hannah decidió no decir nada e ir a su próxima clase, adivinación, una clase que había tomado solo porque Harry y Ron la convencieron, aunque ahora se arrepentía, deseaba haber hecho lo mismo que Hermione y salirse, pero su mamá no la dejó ya que "era su responsabilidad por haberse anotado".

Esperaba que el castigo de Snape fuera rápido, y tal vez con Draco siendo parte del castigo no fuera tan rudo como lo era con sus castigos. Aunque viniendo de Snape no podía esperar muchas cosas buenas.

Hannah, en todos sus años en Hogwarts, nunca había recibido algún castigo, regaños había recibido a montones pero nunca habían llegado a más. Quien se la pasaba castigado era su hermano, ella no entendía como el chico podía meterse en tantos problemas y como Hermione siempre estaba para ayudarlo a salir de estos.

Hannah se maldecia por dentro, ¿por qué su primer castigo debía ser justo con el profesor que más la odia en todo el mundo? Merlín realmente la odiaba.

Guía Para Enamorar A Una PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora