No me hieras Tanto. Aprende Conmigo Vol..1

Mi verdugo

Mariana pankratova

— ¡¡Date prisa!!

Ivan apura al medico para que me abriera como a un animal.

—Dejala en paz ivan, ya basta.

Mi madre jadeaba con cada palabra que podía articular. Por mucho daño que había causado, no podía verla de esa manera.

—Tu cállate zorra infeliz.

Le dió un golpe en el pómulo que ya de por sí ya estaba hinchado, ahora estaba peor.

— Ella no es tu hermana Mariana

Intento que el entrara en razón, pero nada podia hacer que el entendiera .

— Eres tu.... Yo sé que lo eres.

Me miraba y yo desvíe la mirada donde el doctor, que ya estaba listo para abrirme.

—¡¡Nooooo por favor no lo hagas!!.

Si no tuviera a mis hijos, juro que me dejaría matar o lo que sea que esté psicópata, quisiera hacer conmigo.

—No luches que será en vano—se dirigió al doctor—Tiene que ser rápido.

Oraba para que maximiliano entrara rápido y pudiera detenerlo. Los disparos no cesaban y se escuchaba gritos horribles. El doctor rasga mi vestido hasta la entrada de mi senos, los disparos era cada vez más cerca.

Me baño el área donde comienza el pantis de un líquido marrón que estaba frío, giro y busco el bisturí.
Yo comencé a moverme y en cuanto giró con lo que necesitaba para abrirme, con las piernas logré patear la mano del doctor y tirar en bisturí al piso.

—Déjala, déjala por favor.

Mi madre gritaba y hacía ruido con sus grilletes mientras los disparos no cesaban, Parecía una guerra que se estuviera realizando.

Ivan corrió con otro de sus hombres a detenerme para que el doctor hiciera su trabajo, el se acercó con bisturí en mano listo para cortar mi carne... No podía creer que me pasaran tantas cosas malas en los últimos meses y una parte de mi me decía que pronto tendría mi recompensa por todo el mal vivido.

Sentimos la explosión en la entrada.

—¿Dónde carajos esta mi mujer maldito ivan de los cojones?..— Max, mi italiano de mierda vino.

Massimo sostenía a unos de los hombres de ivan.
Entraron Alfredo, mi madrina, aurora con Angelo y el colombiano.

—Suéltala— ordenó massimo con caras de asesino.

—Como ustedes ordenen— Iván no me sorprendía por qué  sabía que no me dejaría ir así de fácil.

Me soltó una mano y después fue con la otra y en un rápido movimiento me puso de escudo con una de sus manos en mi cuello y su pistola a un costado de mi espalda.

—Esto será de esta manera maximiliano de la mierda

Max dió un paso alfrente, con la pistola apuntando y Iván le quitó el seguro a la de el

—No me tientes niño, que por algo tengo el puesto al asesino más letal de Rusia.

Mi madre lloraba desesperada y le pedía a gritos a max que me salvará. Eso a mí padre no le gustaba y más con los chillidos que ella soltaba, así que tan rápido como parpadear, giro su pistola y le dió un disparo en la cabeza.. y luego puso el arma dónde estaba quemando mi espalda en el acto.

—Nooooooo— grite y forcejé un poco. ya no tenía fuerzas—Madre.

Verla ahí con sus manos aún estirada con un disparo en la cabeza, no era nada facil de asimilar.