Las luces intermitentes adornaban la gran sala en la cual cientos de adolescentes se encontraban disfrutando de una fría madrugada, desenvolviendose en la improvisada pista de baile o relajándose en una esquina después de haber consumido alguna de las famosas sustancias que vendían en el lugar.
Llevaba un par de horas en la fiesta, de la cual solo 30 minutos estuve con mis amigos, ya que una vez después de haber llegado juntos cada uno se fue por su lado. Me encontraba solo pero no me molestaba en lo absoluto, de vez en cuando algún chico o una chica se acercaban y bailaban conmigo, alejándose al entender que no tenía otras intenciones, no está noche.
Por alguna razón la cual desconocía me sentía nostálgico, alerta, como si algo fuese a pasar de un instante a otro, tal vez era la misma paranoia que en algunos momentos entraba en mi sistema después de fumar hierba, pero descarté esta idea recordando que no había tomado más de una calada que le robé a mark al inicio.
Pronto la sensación de ser observado creció en mi, abrumandome aún más cuando al mirar a las personas a un lado mío pude notar que cada una se encontraba en su mundo. Desde lejos reconocí a mis amigos en una mesas bebiendo mientras charlaban, ellos daban ciertas miradas hacia el pelotón de personas en el que me encontraba, sin llegar a encontrarme. Esto me hizo gracia, y hubiera ido hacia ellos de no ser porque mis ojos yéndose un poco más hacia el lado pudieron encontrarse con dos orbes oscuros, los cuales me miraban fijamente.
Mi respiración se cortó de inmediato y mi cuerpo se tensó notoriamente, la sonrisa que antes llevaba fue decayendo eventualmente hasta terminar en una mueca, una mezcla de sentimientos azotaron mi cuerpo haciéndome sentir mareado, ahora entendía porque tenía esa sensación.
Mi ex novio, específicamente, jeong jaehyun, se encontraba viéndome desde lejos. No podía describir la expresión la cual adornaba su rostro, solo sabía que tenía que dejar de mirarlo inmediatamente porque con cada segundo que pasaba sentía como mi estómago se contraía dolorosamente por la pura ansiedad.
Reteniendo un jadeo corté el contacto visual y empecé a caminar empujando a las personas dirigiendome hacia el patio trasero, ignorando todo ser que se encontrara ahí fui directamente hacia un asiento de cemento un poco alejado de la fiesta. Al estar casi a la salida de la ciudad las casas iban creciendo considerablemente, y agradecí esto ya que el lugar en el cual estaba sentado se encontraba a la distancia necesaria para que la música dejara de martillar mis oídos, pudiendo concentrarme en mi respiración, la cual se encontraba completamente agitada.
Rápidamente saqué la cajetilla de cigarros del bolsillo de mi sudadera y me llevé uno de estos hasta la boca, prendiendolo en tan solo cuatro segundos. La primera calada que di fue profunda, relajándo mi cuerpo tal como lo necesitaba en ese momento.
Odiaba que incluso después de meses de nuestra ruptura su sola presencia alterara toda mi existencia, detestaba que él, por mucho que me cueste aceptarlo, siguiera siendo mi debilidad.
Encontrandome completamente perdido en mis pensamientos no me di cuenta cuando había terminado de consumir casi por completo mi cigarro, maldecí al notar que algo de la ceniza había caído cerca de mi pantalón y sacudiendo éste di la última calada, terminando por botar el pedazo de papel en el piso para después pisarlo con mi zapatilla, dudando en si prender otro solo para distraerme.
— Creí que habías dejado de fumar. —
Y tan solo al escuchar eso todo el esfuerzo que había hecho para calmarme se fue por el caño, ya que mi cuerpo volvió a tensarse. Podia notar como comenzaba a temblar levemente por el nerviosismo, lo cual afortunadamente para mi se podía confundir con el frío de la madrugada, el cual calaba mis huesos de una forma extrañamente satisfactoria, recordándome que seguía aquí.
No me di vuelta, tampoco respondí su llamado, solo me quedé estático mirando los árboles, deseando que todo hubiera sido parte de mi imaginación. Pero prontamente perdí las esperanzas al notar como el chico considerablemente más grande se sentaba a mi lado, manteniendo, en lo que se podia, una distancia prudente.
— Jamás dejé de hacerlo. — Dije afortunadamente sin tartamudear, podía apostar a que incluso se había escuchado seco, pero cualquier indicio de confianza se disipó cuando ladee mi rostro encontrandome nuevamente con sus ojos observándome, y no debí posar los míos sobre los suyos, porque pude sentir como me iba sumergiendo en estos, tal como lo hacía unos meses atrás.
Fue un minuto, tal vez menos, pero se sintió como una eternidad, solo los dos sentados en el frío de la noche, alejados de la música, alejados de todos. Y me tuve que gritar a mi mismo internamente, recordándome que nosotros ya no eramos nada, que nada pasaría.
— ¿Por qué estás acá? — Pregunté sinceramente luego de unos segundos, internamente no quería escuchar su respuesta, porque en primer lugar no sabía que respuesta quería de su parte.
— No lo sé, simplemente te vi por un rato, y me pareció extraño que salieras tan abruptamente, quería saber si estabas bien. — Respondió mientras volteaba su cuerpo hacia al frente y empezaba a jugar con los anillos plateados que adornaban sus dedos, sabía perfectamente que hacía eso cuando se encontraba ansioso o nervioso, y mi corazón se apretujó al caer en cuenta que esa reacción era por mi, ahora era yo quien producía esa sensación.
Suspirando agarré otro cigarro, manteniendolo en mi boca mientras apretaba el "click" con mis dientes y prendia el encendedor, dejando que la punta se quemara. — Estoy bien, solamente me maree un poco, tuvo que haber sido por las luces y el encierro. — Murmuré en voz baja pero lo suficientemente fuerte para que el contrario me escuchara, había mentido de una manera gigante ya que el responsable de mi reaccionar se encontraba sentado al lado mío.
— Te extraño taeyong. — Soltó sin escrúpulos, en ningún momento me dedicó una mirada, y eso me hizo creer que lo decía en serio, ya que en verdad se veía algo estresado. — Sé que han pasado unos meses desde que lo nuestro terminó, ambos dijimos muchas cosas en ese momento y en algunas ocasiones después, pero incluso después de eso no termino de sacarte de mi cabeza, me está comiendo por dentro, y, honestamente no estoy seguro de si sea mutuo, pero quería soltarlo, hacértelo saber. — terminó y volvió su rostro hacia mi, inconscientemente fui trazando sus facciones mientras sus palabras se repetían en mi cabeza. Seguía viéndose hermoso, aún con las leves ojeras y sus ahora secos labios.
Mis boca se había abierto un poco como si de esta quisieran salir palabras, también lo extrañaba, y vaya que lo hacía, al final del día las cosas que asociaba con el seguían activas, y lo había metido tan en mi, en mi día a día, que me era difícil no pensar en el, aun con cosas tan pequeñas.
Pero eso no significaba que quisiera estar con el nuevamente, o eso pensaba, tenía que recordarme que nosotros estábamos así, en esta fiesta por caminos separados por una razón, lo nuestro había terminado hace un tiempo bastante considerable y ni siquiera sabía si seguía sintiendo lo que en un momento sentí por el, lo único que sabía era que su presencia me tenía inquieto, y el silencio que había creado mi nula respuesta aún más.
Su mirada volvió a estar sobre la mía como si realmente esperara una respuesta, sabía que no me iba a obligar en voz alta a darle una, pero dios, todo de él desprendía ese deseo, el hecho de que estuviese mordiendo nervioso su labio inferior, su pierna izquierda la cual rebotaba un poco por su movimiento constante y sus dedos que seguían jugando uno con los otros. No pude evitar suspirar y retraerme un poco más en aquella banca con agotamiento mientras daba una muy larga calada a mi cigarro, expulsando el humo unos segundos después.
— Yo también lo hago, pero no es como que pueda hacer algo para cambiarlo, lo sabes jaehyun, nuestra relación terminó por una razón. — Respondí con una mueca, solo atreviéndome a mirar su rostro una vez había terminado de hablar por completo.