verguenza

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Asi que, encontré esta pequeña historia en el mismo baúl de cosas perdidas donde estaba el ultimo capitulo de "Guerra a contratiempo" .Asi que, por favor disfruten


Cada paso era un gramo de culpa más sobre sus hombros. Con el rostro en llamas, casi al borde de incendiarse y los ojos ligeramente húmedos. No dejaba de repasar cada decisión que había tomado a lo largo de su vida y sin el más mínimo deseo de llegar a su casa.

Cada vez que metió la pata y cada vez que abrió la boca sin pensarlo. Todas sus equivocaciones recorrían su mente tratando de silenciar y borrar completamente a la madre de sus errores. El momento mismo en el que deseo no haber nacido.

¡¿Cómo pudo llegar tan lejos?! Le atormentaba saber que algo tan estúpido la llevo a cometer semejante acto de cobardía y descaro.

Esto era culpa suya y de nadie más. Aun si todos sus deseos de mantener su reputación y orgullo en la cima trataban de ocultarlo y culpar a las amigas de su dulce y entrometida hermanita... Mierda, no entendía como pudo afectarle tanto.


O quizás sí.

Quizás debería admitir que de hecho, el envejecer y pasar por los inicios de su adolescencia la ponían aún más estúpida y temeraria que nunca. Con la absoluta seguridad de creer que tenía el mundo a sus pies y sus imprudencias saldrían totalmente bien. Que resultaría tal y como esperaba y que sus impulsos de idiotez serian completamente racionales.

Porque eso fue lo que hizo. Algo irracional e ilógico. Algo terriblemente estúpido y que probablemente mando al carajo a una de sus amistades más preciadas en todos sus catorce años de edad.

Todo por un estúpido reto. Ni siquiera fue eso... fue un simple comentario. "No es la gran cosa", "es solo un simple beso" y "a tu edad ya deberías haber dado uno". Todos eran comentarios que hacían esas insoportables chicas cada que tenían una reunión con su hermanita, un ser de luz completamente ajeno a las víboras que la rodeaban. Siempre que decían esas estupideces la miraban a ella ¡específicamente a ella! Karin no era tonta, entendía muy bien la indirecta.

Las amigas de Yuzu siempre se jactaron de ser "niñas grandes y muy maduras" y no dudaban en recalcar de forma grosera que la hermanita de Yuzu era "diferente". De la manera más despectiva, cabe aclarar.

Asi que cuando la preguntaron con tono hipócrita y mal intencionado entre voces chillonas y escandalosamente melosas si ya había dado su primer beso, no pudo evitar sentirse extrañamente impotente y humillada.

¡Qué estúpido! ¡¿No es así?! Sus estúpidas hormonas la estaban volvieron terriblemente débil y se permitió por un mísero momento sentirse menospreciada ante un montón de niñas tontas.

Que decepcionada se hubiera sentido de sí misma unos años antes, cuando estas cosas apenas y le importaban.

Pero lo que jamás se perdonaría, ahora ni nuca, sería lo que paso después.

No les respondió nada. Solo salió de su casa con la frente en alto, decidida a dar un maldito beso.

Era una kurosaki después de todo. Lo que significaba que era terca como nadie más podía imaginarse. Y si sentía que su imagen estaba flaqueando, por supuesto que la iba a proteger. Una idea claramente inmadura.

¡¿Qué mierda pasaba contigo, Kurosaki?!

Sin embargo, de alguna manera estaba más que decidida a hacerlo. Le dio mil y un vueltas a esa cosa en su cabeza hasta que finalmente llego a su destino. El pequeño campo de juego, con canchas a cada lado. Con las redes medianamente sueltas en algunas partes debido desgaste y casi con un color negruzco por la tierra y lodo aferrados a ella.

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