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Todos alguna vez han escuchado el cuento de la liebre y la tortuga, y que inesperadamente la tortuga le ganó a la liebre en una carrera. Bueno, Minhyuk se dio cuenta de que creer que eso era posible era una tontería, pues estaba viviendo una situación muy similar a la de aquel cuento ahora mismo y no había logrado nada. Él obviamente era la tortuga, y por más que corría de un lugar a otro para atrapar al rápido y escurridizo conejo siempre se le terminaba escapando.

—Ya para de huir— exclamó al ver a Sannie esconderse bajo la mesa del comedor y luego huir en dirección a las escaleras apenas vio a Minhyuk dar un paso hacia el comedor.

Minhyuk suspiró frustrado, ya estaba completamente cansado mientras que Sannie se encontraba lleno de energía. Comenzaba a reconsiderar ir al gimnasio.

—¿Nunca te cansas?— corrió hacia las escaleras y al llegar allí hizo un puchero, movió sus brazos de adelante hacia atrás sin ningún ritmo o sincronía fija y dio fuertes pisadas, estaba actuando como un niño pequeño, lo sabía y no le importaba mostrar su fastidio al hacer una pataleta pues ya estaba cansado de ver cómo Sannie volvía a escaparse, pero esta vez yendo a la mesita frente a su televisor.

—Oye, ven aquí ahora— exclamó y se cruzó de brazos al ver que Sannie no le obedeció, sino más bien lo ignoró como si no existiera.

—Bien si así es como quieres jugar— sonrió ampliamente tras idear un plan en su mente.

Caminó hasta su cocina, guardó en la alacena cualquier alimento o especia que se encontrara afuera, cerró con llave la alacena, se colocó frente al refrigerador y se cruzó de brazos con una gran sonrisa victoriosa plasmada en su cara.

—Veremos cuánto más te quedas escondido allí, puedo estar aquí todo el día, en algún momento tendrás hambre y no podrás tomar nada de aquí o de allí porque en tu forma de conejo no alcanzarás— exclamó señalando primero la refrigeradora y después la alacena, ambos objetos llenos de deliciosa comida que Sannie querría en cualquier momento por el hambre y Minhyuk lo sabía perfectamente.

—¿Ahora sí quieres hacer un trato?— se burló cuando lo vio salir de su escondite y dirigirse a la cocina.

—Te puedo dar estas deliciosas galletitas si te conviertes en un humano y te quedas así porque supongo que al menos sabes hablar y necesito que me aclares algunas cosas— exclamó tras abrir la alacena y sacar un tazón lleno de galletas con chispas de chocolate.

Sannie se transformó en un humano con cola y orejas como momentos antes y Minhyuk no pudo evitar sorprenderse de nuevo pues aún no comprendía cómo eso siquiera era posible, apenas se transformó Sannie no tardó ni un segundo en quitarle el tazón de las manos.

—Ya está ¿Qué quieres?— dijo con algo de dificultad pues ya se encontraba comiendo una de esas deliciosas galletas.

—¿Qué se supone que eres?— cuestionó Minhyuk y Sanha puso una expresión seria y al mismo tiempo incrédula.

—¿Es en serio? Y yo que creí que eras más inteligente, soy un híbrido genio ¿Jamás te hablaron de ellos? Para algunos son leyendas y para otros ya no existen, pero aunque sea saben y ¿Tú no?

—¿No? O al menos no recuerdo— se encogió de hombros, sus memorias de pequeño se volvieron borrosas o a veces parecían solo sueños, y eso a causa de lo que pasó con sus padres.

—Bueno, nuevo dato para ti apúntalo en una libreta por si se te olvida— se rio al ver la expresión seria del contrario, comenzaba a gustarle el molestarlo.

—No me da gracia.

—Pues a mí sí— sonrió ampliamente y comenzó a comer otra galleta más.

—Como sea ¿Tienes nombre?

My sweet bunny | Rocksan/SanhyukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora