| Nadie dijo que era para siempre ¿no? |
E L L I O T.
Dos años después de la última noche.
Estoy viendo su rostro, observando cómo se remueve nerviosa sobre la piel de ese sillón gastado, viendo como por millonésima vez sus mejillas se tornan escarlata cuando le preguntan por algo que no esperaba.
No se acostumbra a lo exitosa que es, no se acostumbra a lo mucho que su vida ha cambiado, puedo verlo, casi como si el tiempo y nuestra historia no se hubiesen detenido en la expresión en su cara, como si sus ojos marrones nunca se hubiesen llenado de lágrimas una y otra vez cuando desparecí, como si aún la conociese con absoluta certeza.
Como si en ningún momento hubiesen pasado dos años...
O tal vez como sí hubiesen hecho, pero ahora con la diferencia de que ella por fin lo ha superado, como si ahora por fin lo hubiese dejado ir de una vez por todas, como si el tiempo y la distancia al fin hubiesen sido suficiente para ponernos punto final.
Me gustaría que fuese así, que ella no siguiese sufriendo, que me hubiese dejado ir pero ambos sabemos que no lo ha hecho.
Desgraciadamente, en todo momento mientras la miro sé que esa sonrisa que trae puesta en la cara pese a ser preciosa, no es la suya de verdad. Sé que cuando ella sonríe desde dentro ilumina la jodida ciudad y pese a que ahora lo está haciendo, pese a que sus comisuras se elevan ante las ovaciones y aplausos del público sé que por dentro no es capaz de llegar a sentirlo, que no es capaz por mi culpa y por todo lo que sin querer me llevé.
Clavo mis dientes en mi labio inferior sintiendo una punzada aguda en el centro del pecho.
No existe una sensación peor que dañar a alguien que amas, no hay peor sensación que saber que todo el dolor que ha sentido esa persona es íntegramente culpa tuya.
No era mi intención, no lo era estropear las cosas de esta forma tan irreparable esa noche, no lo era ponerla en el punto de mira y arrastrarnos a los dos hasta esto.
No lo era romperle de nuevo el corazón...Juro que nada de eso estaba en mis planes o intenciones esa noche.
Todo había sido mi culpa y ahora mi castigo era estar en la soledad de estas cuatro paredes recordando bien cada momento que estropeé, mi castigo es recordar el sabor de sus labios la última vez que los probé...Recordar el sabor de sus lágrimas mientras me besaba, su esperanza...Recordar cómo me confíe, como pensé que porque él estuviese en el hospital eso sería suficiente para tener una noche fuera de toda la locura que me estaba tocando vivir.
Era mi cumpleaños y pensé que por alguna estúpida razón eso sería suficiente, que no pasaría nada, que él no lo sabría...Se estaba muriendo conectado a un respirador. ¿Cómo iba a saberlo?
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Amor Irresistible +18 [2]
Tienerfictie[Segunda parte de Odio Irresistible] Elliot ya no escribe. Kate ya no escucha música, ahora la canta. La vida de ambos ha dado un giro inesperado y nada es igual que ese verano; Kate se ha cansado de esperar segundas oportunidades, Elliot no olvida...