⁵Alicia y la Orden del Fénix [LRYEA]

25¬GRYFFINDOR VS SLYTHERIN

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↻Gryffindor vs Slytherin 

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━━━━━━━ EL 1 DE SEPTIEMBRE DE 1991, HARRY POTTER CONOCIÓ A ALICIA MCGONAGALL y desde aquel día no había sido capaz de despegar sus ojos de ella. La adoraba. Ali era la única persona que lo entendía y que lo escuchaba, apoyándolo siempre en cualquier decisión que tomara. Era tan, tan, tan linda persona que le dolía el pecho cada vez que la veía triste o, simplemente, decaída. 

No se merecía nada malo, todo lo contrario; era una persona tan brillantemente dorada que merecía todas las cosas buenas posibles. Había veces que Harry se sentía insuficiente, como si lo único que él provocara fuesen problemas y estrés, cosas negativas que pudiesen afectar a Ali. Pero ella se lo había dejado muy claro en varias ocasiones y es que Harry lo valía todo para ella. 

Eran el uno para el otro, estaban profundamente enamorados del otro y ni si quiera las múltiples situaciones de vida o muerte habían podido con ellos. Como un amor inquebrantable que parecía durar para siempre porque pese a que ambos estaban aterrados del exterior, el interior que los rodeaba (formado por el amor que bailaba entre ellos constantemente) era lo suficientemente cálido como para mantenerlos con vida. 

Como cuando el sistema nervioso decide que, ante una situación de frío extremo, centra todo el riego de sangre en los órganos internos vitales para mantenerlos calentitos y deja en un plano secundario a órganos como los dedos, por ejemplo, que quizá son más imprescindibles. 

Harry llevaba meses sintiendo eso. Como si su cerebro enviara una señal de alerta a todo su cuerpo y cada vez que estaba junto a Alicia, los vasos sanguíneos que rodeaban a su corazón bombeaban más rápido que nunca, enloqueciéndolo. Para tratar de aliviar esa presión tan gratamente abrasadora del pecho, Harry decía «te quiero» siempre que podía y las sonrisa iluminadas de Alicia y su correspondiente «yo también te quiero» hacían que la sangre finalmente llegara hasta los extremos más recónditos de su cuerpo. 

Sentía tanto y tan grande por ella que era una necesidad completa tocarla. Harry vivía por y para estar pegado a Ali, lo mantenía cuerdo dentro de todo ese mundo de desgarrador destino en el que estaban. La abrazaba por la cintura siempre que se besaban, le rodeaba los hombros cuando caminaban, la agarraba de la mano al pasear, posaba su palma sobre su muslo bajo el pupitre en clases, la encerraba entre sus brazos mientras dormía...

Pero entonces, de pronto, Harry comenzó a sentir que no era suficiente. Seguía sintiendo euforia cada vez que terminaba de besarla, y eso era porque faltaba algo. 

Entonces lo supo. No quería a Alicia. La amaba. Y probablemente nunca dejaría de hacerlo.

Por eso se quedó de piedra cuando Alicia, en mitad de la noche, rompió la humeante capa de silencio que los abrigaba para confesarle que ella lo amaba a él. Ella lo amaba. 

Alicia lo amaba.

Ali amaba a Harry.

Fue el chico más feliz del planeta en cuanto escuchó aquellas palabras salir de la boca de su novia y sintió una mezcla de emociones en su interior que lo dejó bloqueado, pero con una sonrisa en la cara. El problema fue que Alicia no se percató de dicho gesto, pues tenía la cabeza apoyada en el pecho de su novio.