I. Las esmeraldas lo valen?

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-Bueno, aún existe otra opción que no hemos explorado -Ally lo mira intrigado-. Vamos a mi cuarto. Te mostraré de lo que hablo.

-Qué? Te olvidas que no soy mujer. Cómo esperas hacer e... Oh -Ally lo entiende-. No, claro que no. Ese lugar no es para eso. No-no va a caber.

-Lo mismo pudiste decir de tu boca y ya ves lo que pasó -responde Steve de modo juguetón-. Te daré siete esmeraldas por cada vez que acabe. ¿Qué dices?

Ally lo piensa. A decir verdad, su problema ya no es la cantidad de esmeraldas, sino más bien que ese ya no es un problema. Ally había dado un salto muy grande al pasar de un beso a meter el miembro de Steve en su boca. Además, mientras tenía a Steve dentro de él, una sensación extraña creció en su cuerpo, que nubló sus sentidos. Temía que eso volviese a ocurrir si llegaba aún más lejos con Steve.

Lo debate por dos minutos prolongados en los que Steve no dice nada. En ese tiempo, Ally se percata del estado de su ropa, del estado de su pantalón, el cual se encuentra húmedo. Mira a Steve una última vez y se decide.

-De acuerdo, lo haré, pero tendrás que hacerlo con mucha calma y si te pido que te detengas lo tienes que hacer. ¿De acuerdo? -Steve asiente-. Y serán ocho esmeraldas. Además de un cuarto para dormir esta noche.

-Es un trato -Steve se pone de pie.

-Sabes? Me molesta un poco que no negocies mis propuestas -dice Ally.

-Te dije que el dinero no era un problema -señala las escaleras-. El cuarto está en el segundo piso. Espérame allí mientras me aseguro de tener listo el cuarto de huéspedes para cuando acabemos.

-Ok -Ally se detiene un instante-. ¡Mis llamas! Steve, crees que pueda dejarlas en tu granero?

-Adelante. Además, si lo deseas, puedes tomar una ducha cuando regreses. El baño más grande está arriba también.

Cada uno va a hacer su tarea. Ally vuelve a la casa luego de unos minutos y se dirige al baño a ducharse. Sale de el solo con una toalla grande que envuelve su cuerpo. Al salir ve tres habitaciones, todas iluminadas. El ruido que proviene de una de ellas delata el paradero de Steve. Entra a la habitación y se encuentra con el joven prendiendo unas velas con el torso desnudo.

-No puedo creer que también produzcas velas -lo sorprende Ally. El joven voltea a verle-. Es el colmo.

-Se las compré a un mercader hace tiempo, tranquilo.

Ally se ríe y se acerca a Steve. Cuando lo tiene a menos de medio metro se detiene.

-Bien, ¿cómo se empieza esto? -pregunta Ally.

Steve no dice nada, coge suavemente los brazos de Ally y los retira del borde de la toalla, que cubre su cuerpo desde el pecho hasta las rodillas, para que caiga al piso. Luego coloca sus manos en su cintura, lo atrae hacia él y lo besa como habían hecho en la tarde. El miembro de Steve se pone duro, Ally lo sujeta casi que por instinto y empieza a masturbarlo. El joven retira la mano de Ally con delicadeza luego de un par de minutos y lo lleva a la cama.

Steve lo hace voltearse para que sus posaderas miren el techo. El joven mete sus dedos en la boca de Ally para humedecerlos y luego mete un dedo lentamente en su trasero. Este gime. Posteriormente, Steve introduce dos dedos y espera a que Ally se acostumbre a la sensación para aumentar uno más.

Cuando Steve cree que ya está listo, lo hace girarse una vez más y le pide que se mueva hasta que su cabeza esté sobre la almohada. El joven, con las rodillas apoyadas en la cama, pega su cuerpo presionando su miembro contra las nalgas de Ally. Este último cubre su rostro porque lo siente muy caliente. Está muy rojo, aunque no se note por el color de su piel.

El vendedor ambulante (inspirado en el mundo de minecraft)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora