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Pablo Gavi

Pablo se despertó por el sonido de su alarma, un poco cansado por la hora que era y entusiasmado porque sería el día en el que llegaría a Qatar para disputar su primer mundial.

Estaban en Madrid, porque de ahí se irían a Qatar con sus compañeros de selección, se dio palmaditas en las mejillas para según el "despertar" y seguido a eso se levantó para tomar una ducha y ahora si estar al 100%.

Pedri había quedado de esperarlo afuera del hotel a las 3:30 am y Pablo solo quería estar en el avión con Pedro y dormir un ratito más.

En cuanto estuvo listo y su equipaje en la puerta se sentó en el sofá y luchó por no dormirse porque perderse el vuelo no era una opción.

Escucho su celular cerca de él y con mucha pereza lo tomo sabiendo que era Pedro y contesto.

—¿quieres que vaya a ayudarte con tu equipaje?— pregunto Pedri al otro lado de la linea.

—por favor— pidió Pablo y abrió la puerta de su habitación para esperar a Pedro.

—¿estás cansado?— pregunto Pedro aunque la respuesta era más que obvia por la cara de muerto del sevillano.

—mucho, tengo demasiado sueño— y caminaron fuera, Pablo se quedó a entregar su llave del hotel y ambos subieron el equipaje y luego se metieron al coche.

—hola Fer— saludo Pablo.

—hola— lo saludo Fer mirándole desde el retrovisor. — joder Gavi pareces muerto— se burló Fer.

—déjalo en paz— Pedro le dio una colleja a Fer y este solo río más y Pablo solo sonrió.

—cursi— molesto Fer y Pedri solo recargo la cabeza en el asiento de al lado y cerro los ojos.

—no te duermas, casi llegamos— Pablo palmeó su muslo y lo animo a levantarse, el solo sonrió con los ojos cerrados y entrelazo su mano con la del sevillano y Fer solo los vio a través del retrovisor sonriendo.

—llegamos— les dijo Fer, se tuvieron que soltar para bajar su equipaje y despedirse de Fer, Fer se bajo del coche y se despidió de los dos.

Los dejo solos y decidieron tomar un café porque tenían tiempo para llegar a tiempo con calma porque solo estaban pocos de sus compañeros.

Llegaron y les hicieron las revisiones de rutina y los dejaron subirse al avión ya casi todos en su lugar, saludaron a todos brevemente con un apretón de manos y se sentaron en su lugar.

—¿me puedo sentar en el lado de la ventana— pidió Pablo.

—eres un niño— Pablo río y Pedro lo dejo del lado de ventana.

—tengo mucho sueño— le dijo Pablo.

—recárgate en mi hombro— y Pablo acepto gustoso y se recargó en su hombro poco después de despegar.

Eran varias horas así que ambos se quedaron dormidos, ambos perdidos en su propina nube hasta que el canario sintió toquecitos en su hombro indicándole que alguien quería despertarlo.

—hemos llegado— le anuncio Ferran.

—vale, ahora lo despierto— le dijo Pedro y sacudió a Pablo levemente.

—Pablo, hemos llegado— le aviso Pedro sacudiendo y despeinando su cabello.

—noo— se quejó Pablo y solo escuchó la risa de Unai el portero de la selección española.

Pablo se levantó rápido y se peinó avergonzado por lo ridículo que se había visto y tomó sus maletas para salir del avión.

—que vergüenza enserio— Pedro río y palmeó su hombro con cariño.

—no pasa nada— Pablo negó con la cabeza y Pedro volvió a reír.

Después de recoger su equipaje, salieron y estaba un autobús ya con sus compañeros esperándolos y se sentaron juntos.

Pedri Gonzales

Llegaron al hotel donde se quedarían, eran las 12:00 pm y el staff les indico que se reunirían con Luis Enrique a las 3:00 en la comida, les dejaron refrigerios y les entregaron las llaves de sus habitaciones compartidas.

—nos ha tocado juntos— celebraron Ferran y Ansu.

—me ha tocado con Morata— dijo Balde.

—mira Pedro, nos ha tocado juntos— le dijo Pablo quien vio que en su llave decía el mismo número que el de Pedro.

—es verdad, que buena suerte tío— celebro Pablo.

—pueden irse a descansar, nos vemos a las 3:00– les dijo un chico del staff.

Todos asintieron y se fueron a sus habitaciones, algunos fueron a explorar el hotel y otros se quedaron en la sala a conversar.

Pablo y Pedro decidieron irse a dormir un ratito, buscaron su habitación preguntándole al personal del hotel y por fin la encontraron.

—que sueño— dijo Pablo y dejó sus maletas para tumbarse en su cama.

—dormiste todo el vuelo— Pedro río y se acostó a su lado.

Se quitaron las zapatillas y se quedaron un ratito en silencio, a pesar de que habían 2 camas los suficientemente grandes para ambos ellos preferían dormir juntos.

Sus cuerpos les pidieron contacto físico así que ya acostumbrados a ese tipo de momento se buscaron y abrazaron mientras cerraban los ojos ya cansados.

Se quedaron abrazados y dormidos, Pedro se levantó a las 2:25 y vio a Pablo con la mejilla recargada en su pecho y los labios entreabiertos mientras su espalda subiendo pacíficamente.

Simplemente perfecto, su cabello despeinado, las mejillas rojas, su pecho bajando y subiendo con tranquilidad, de pronto Pedri se asustó una oleada de sentimientos tan intensos, esas veces que tu pecho está tan lleno que te cuesta respirar, se sintió tan intenso que apartó la mirada, demasiado asustado por los deseos que sintió en ese momento.

Se apartó de Pablo con cuidado de no despertarlo y salió al balcón de la habitación y suspiro, intento respirar por los sentimientos que sentía que lo asfixiaban.

Había salido con chicas antes, pero nunca con un chico y la verdad nunca se había planteado salir con uno, mucho menos ahora la gente lo conocía y no podía hacer ese tipo de cosas.

Pablo era su mejor amigo, no podía negar que era muy guapo, con buenos sentimientos y todo lo que alguien podia pedir, pero incluso que fuera todo eso a Pedro no le podia gustar Pablo porque era su mejor amigo y a Pablo no le gustaba Pedro y eso estaba clarísimo.

Así que concluyó con que había sido una confusión y que no volvería a pasar, entro para despertar a Pablo que seguía dormido.

—ya despiértate Pablo, casi es hora— le despertó Pedri.

—ay no, todavía tengo mucho sueño— se quejó Pablo.

—Luis Enrique nos está esperando— le recordó Pedri.

—es verdad tío estamos en Qatar— y Pablo pareció un resorte y se paró para ir al baño.

Se arreglaron un poco para bajar encontrándose con Balde, Ansu, Ferran y Morata en el pasillo al parecer les había tocado en el mismo piso.

—hola chicos, soy Luis Enrique y seré su entrenador en este mundial, espero que den todo de ustedes porque esta es una oportunidad única, estoy seguro de muchos de aquí las volverán a tener, pero a aprovechar todo al máximo cualquier cosa se pueden acercar conmigo o con cualquier persona del staff, hoy es día libre, pueden usar el sauna y la piscina si quieren o también explorar el hotel nos vemos mañana a primera hora en el desayuno porque hoy no podré cenar con ustedes— finalizó Luis Enrique.

—¿escucharon tíos? Hay piscina— grito Unai y todo corearon a la piscina.

—¿quieren venir?— pregunto Ansu.

—pues si ¿que dices Pablo?— pregunto Pedri.

—está bien— aceptó Pablo.

Notita de la autora: en un ratito otro

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora