Capítulo tres. "confusión"

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Armando notó esa rapidez al salir así que decidió salir a buscarlo pero mientras bajaba las escaleras escuchó a dos de sus compañeras hablar sobre algo que lo molestó.

"No me quiero sentar cerca de David ahora, ¿Qué tal si es un joto de mierda?"

"Me parece algo asqueroso, no me quiero imaginar que cosas hará con los hombres" Habló la otra chica con molestia.

"Pobre Armando, pero de todas maneras me sigue gustando. Es muy lindo y serio justo de mi tipo!"

"Deberías seducirlo con el olor de vainilla que desprender amiga! Tal vez hasta te casas con él"

Armando bajó apresuradamente las escaleras pasando y golpeando el hombro de aquella chica que lo miró extrañado pero algo decepcionada.

Para desgracia David ya no se encontraba en la escuela, Armando se maldijo mentalmente y sacó su teléfono para llamarlo pero no respondió, mandó miles de mensajes pero nada e incluso no sabía su dirección para ir a su casa a hablar con él. Sin más remedio fue a su hogar a esperar un mensaje de él que nunca llegó.

Al día siguiente Armando buscaba con la mirada a David, esperando a que llegara pero simplemente no pasaba.

"Y entonces no se que hacer...¿Qué me recomiendas Armando?" preguntó Juan, un amigo suyo que desde la secundaria interactuaban pero ahora eran más cercanos.

"Haz lo que creas que te hace feliz" Soltó sin mirarlo.

"Entonces debería golpearte ahora mismo por no hacerme caso" farfulló molesto pero Armando no contestó ni le regaló una mirada lo cual le pareció extraño ya que él siempre se reía de sus chistes. "Oye, era broma dime que pasa, te ves muy extraño"

"Nada, solo estoy esperando a alguien es todo" dijo con una voz átona.

"Bien...¿es la persona que te gusta?"

"No, solo es amigo"

Juan iba a decir algo pero David cruzó la puerta tomando la atención de Armando por completo.

David se sentó en su butaca y agachó su rostro en sus brazos, se sentía horrible y más por lo que había pasado el día anterior en su hogar pero simplemente no quería hablar de ello ni siquiera con sus amigos más cercanos, no quería molestarlos con las estupideces que le pasaban.

"David, ayer te envíe miles de mensajes y no contestabas" La voz de Armando interrumpió sus pensamientos pero no quería hablar con él.

Armando observó que David no salía de su escondite ni le contestaba y eso le alarmó por completo.

"Hey...si es por lo de ayer o si hice algo mal, lo  siento..."

"No es eso" murmuró el contrario.

Armando se arrodillo a un lado de David rendido al saber que no le hablaría así que esperó pacientemente una respuesta decente hasta que David alzó su rostro dejando ver marcas horribles las cuales estaba escondiendo y se atrevió a mirar a los ojos a Armando.

"No es eso Armando..." Repitió con unas pequeñas lágrimas en sus ojos.

"¿Qué te pasó?" Habló tembloroso, estaba preocupado y demasiado por David, las marcas en su rostro eran profundas y de un color púrpura, tanto que lo asustaban.

"No es nada, solo me caí no tienes de que preocuparte"

"¿Cómo puedes decir eso? Vamos a la enfermería ahora" Tomó su mano para llevarlo pero él no se movía, al contrario se veía realmente decaído.

"No quiero, no me lleves por favor" Con las pocas fuerzas que le quedaban le trató de rogar.

Armando término por asentir y juntar la banca con la de David para quedar más cerca.

"Bien, pero más tarde iremos" David asintió mientras se quedaba dormido.

Pero por otro lado la mente de Armando no dejaba de dar vueltas por lo que había pasado o más bien lo que le había pasado a David, tenía demasiadas dudas pero para ello tenía que hablar con él frente a frente y ayudarlo de alguna manera ahora solo lo dejaría dormir.

Después de unas dos horas David finalmente despertó con un suéter encima de él que de inmediato notó que era de Armando  el cual estaba observando su teléfono que aunque no supiera se había quedado junto a él hasta que despertara.

"Ya despertaste" Bajó su teléfono para ponerle atención.

"Si...me siento mejor, gracias por el suéter"

"Dejatelo puesto, se te ve más lindo a ti" lo miró con una linda sonrisa que desapareció  al recordar sus heridas.

"No te preocupes por ellas no me duelen demasiado" mintió David.

"Vayamos a la enfermería por favor" insistió una vez más.

"Bien, pero no te vayas después" Armando aunque no quería faltar a clases lo haría por David.

"Está bien, no me iré"

Ambos bajaron al primer piso donde estaba la enfermería, explicaron la situación y no tardaron en ocuparse de David.

"¿Me dirás que pasó?" David estaba descansando en la camilla y con Armando a un lado de él recargando su rostro en ella mirando expectante mientras esperaba la respuesta.

"Sólo fue un accidente...de mi padre, sólo fue eso"

"¿Éstas seguro? Sabes que cualquier cosa estoy para ti"

David lo miró y acarició el cabello de Armando de una manera dócil, cómo si de un tesoro se tratase.

"Estoy seguro, no debes de preocuparte. Esto pronto sanará y es como si no hubiera pasado nada"

"Bien, su vuelve a pasar estaré nuevamente aquí acompañándote"

"Gracias..."


Be my wolf~yaoi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora