30: Revivir

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Capitulo 30
Revivir

Habían días buenos en los que el profesor de educación física se olvidaba de asistir a clases y tenían la hora libre. Lamentablemente ese no era uno de ellos.

El compendio de jóvenes de tercer año sección A trotabá en circulos sobre la cancha escolar, el humor general estaba atenuado por la soñolencia y el mal clima que el cielo pronosticaba. Kimberly, Siena y Camila trotaban cerca de Amberly, cuyo trote era lento y desganado, como si solo estuviera caminando rápido. Las tres amigas tenían una de esas conversaciones que a ellas les parecían divertidisimas y a la rubia insoportables. Chicos, fiestas, quien hizo que aquí o allá, chicos de nuevo. Intento apresurarse un poco, pero ellas iban al mismo paso.

Se había despertado de mal humor. La mañana le parecía tediosa.

Miro al cielo, gris y nublado, no había sido un amanecer maravilloso y se convenció de que nadie la estaba viendo desde arriba. Todos sus argumentos cobraron sentido una vez más y se reprochó por estar perdiendo el tiempo. Por dejarle creer a Gustavo que la estaba convenciendo de algo.

Cuando el pitido del silbato indico que se detuvieran, ella se acercó a su bolso para buscar su termo con agua. Gustavo, quien había dejado su bolso al lado del de ella, se acercó. Su mal humor se le notaba en el rostro.

-No me gusta educación física -Le dijo él luego de tomar de su botella.

Ella no dijo nada, solo asintió de acuerdo.

-Te ves algo cabizbaja ¿Todo bien? -observó el chico.

Ella volvió a asentir.

-Sí, todo bien -Dijo finalmente- No puedo estar feliz si tengo que asistir a una absurda excursión.

-¿Y estarías feliz si no tuvieras que ir?

-¿Que intentas insinuar?

Nego, como haciéndose el desentendido y volvió a tomar de su frasco. El día anterior habían anunciado que visitarían un parque natural bastante reconocido, y que no solo era una actividad para divertirse, sino de asistencia obligatoria.

-Miren, pero que lindos se ven juntos.

Era Kimberly, de más está decir, dispuesta a molestar a Ly porque no sabía de otra manera para desquitarse porque "por su culpa" habían echado a Héctor de la escuela.

Amberly, malformó una mueca. Bufo.

-¿De repente no te huele a basura?

Kimberly coloco una mano en el pecho, fingiendo afectación. Sus amigas rieron, Siena rió. Era irónico. Tanto pelear para que al final Siena se quedará con el protagonismo y ella renunciara a la obra.

-No puede ser ¿Lo dijo para nosotras? Que grosera. Y yo que solo venía a decirles la linda pareja que harían.

-Y también se escuchan moscas zumbando.

Gustavo, previendo un conflicto, hablo pronto.

-Siena, escuché que eres la mejor calificación del curso- Él demostró con su rostro que estaba asombrado, y Siena que hasta el momento había mostrado una sonrisa petulante, la cambio por una modesta- Felicidades, de seguro terminas siendo la que de el discurso de graduación de nuestra promoción.

-Gracias. Todavía falta algunos años para eso, pero ojalá.

-Por eso digo que teníamos que ser amigas obligado- Exclamó Kimberly con la barbilla en alto- Siena es la más inteligente del salón y yo la más bella. Nos complementamos.

-No había necesidad de aclarar que tú no eres la inteligente -Y con expresión aburrida Ly se dió la vuelta y se alejo.

El comentario sonó tan mal a Gustavo como le cayó a Kimberly. Cuando el profesor sonó el silbato, regresaron al centro de la cancha. Al cabo de media hora la clase había terminado y comenzaba el tiempo de receso, ella tomó su bolso y casi autómata tomo el camino de siempre hacia su escondite.

GraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora