Capitulo 4
Las hebras doradas se ondeaban con pereza gracias por la suave brisa.
"Oye mocoso, ¿Que te pasa?", Yoi pregunto de pie aún lado de un Naruto de cuatro años.
La expresión en el rostro del pequeño rubio era de pura melancolía y tristeza.
"Yoi-san, ¿yo-yo debí haber nacido?", El niño no levanto la mirada, permaneciendo con los ojos directamente en el estanque de agua frente a el.
"Ya sabe, no conozco a mis padres, y ningún otro niño quiere jugar conmigo, a veces creo que yo no debí naci...", Un fuerte golpe se estrelló en la cabeza del pequeño, lo que le impidió terminar de hablar.
Ahora sí, levantando su cabeza, Naruto miró al hombre a su lado.
"Aún eres un niño, no debes de tener ese tipo de pensamientos", el hombre tenía el ceño fruncido.
"Pe-pero, las personas que se juntan conmigo siempre salen heri...", el niño de nuevo no pudo terminar de hablar por otro golpe de yoi sobre su cabeza.
" ¿hace cuánto nos conocemos?", Pregunto el hombre.
"E-eh do-dos meses", respondió el niño aún adolorido.
"¿Y a cuántas personas has salvado desde entonces?", "al exorcizar a esos demonios", pregunto.
"Yo-a-yo no-no lo sé", el pequeño niño respondió débilmente, mientras agachaba su cabeza.
Relajando su rostro, yoi dejo salir un suave suspiro.
Agachándose, se puso a la altura de pequeño rubio, y si decir nada, palmeo las mejillas del niño, ganándose una mirada de sorpresa.
"Escucha, las personas se lastiman todo el tiempo y eso está bien", comenzó, "pero entiende una cosa, que tú seas fuerte no tiene nada que ver, por qué la razón por la que naciste como alguien fuerte, es para proteger a quienes no pueden hacerlo por si mismos, recuerda; los fuertes se protegen a si mismos, pero los más fuertes protegen a los demás", los ojos del rubio se agrandaban con cada palabra de yoi, " y tú Naruto, eres el más fuerte". Esa declaración lleno de luz los ojos azules del niño, al mismo tiempo que la admiración por el hombre aumentaba inmensamente.
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"Eres un idiota", una suave voz declaró, mientras veía a Naruto quien se encontraba en posición de meditación, sentado sobre una mesa de quirófano.
"Vamos shouko-chan, yo también tengo sentimientos", un sonriente Naruto dijo, mientras abría sus ojos, observando a la mujer de cabello castaño y de ojeras pronunciadas, de pie frente a una puerta.
La mujer dejo salir un suspiro, al mismo tiempo que negaba con su cabeza.
"Es difícil de creer cuando todo el tiempo proclamas que todas las mujeres son tus novias", respondió shouko caminando hacia el rubio.
Naruto sonrió con alegría.
"Solo mujeres de tetas grandes, como tú shouko-chan", el rubio declaró con audacia.
"Sabes, has creado un gran revuelo", la mujer decidió sabiamente cambiar de tema.
Naruto levanto una ceja con diversión.
"Oh, eso es genial ¿No?", El ojiazul se encogió de hombros.
Shouko se dió media vuelta para mirarlo, pero se sorprendió al tener el rostro del rubio a centímetros de distancia del suyo.
"Entonces, ¿Cuánto tiempo tenemos?", Pregunto Naruto con picardía.
Shouko sonrió.
"Bueno", la mujer no respondió directa, y segundos después un leve destello azul lleno por un segundo toda la habitación.