CAPÍTULO 3: "MALDICIÓN, THOMAS."

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La joven de cabellos castaños llevaba horas dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño porque su mente y cuerpo no dejaban de pensar en thomas shelby. No estaba segura de cual era la razón, pero no podía sacárselo de la mente y eso la ponía nerviosa, le daba miedo comenzar a confundir las cosas con tom.

Se levanto de la cama, bajando las escaleras con sumo cuidado. Los hermanos shelby se habían quedado a dormir en su casa, luego de haberse quedado varias horas jugando cartas y algunas partidas de ajedrez, por lo que, no quería despertar a nadie.

Se encontró con arthur durmiendo profundamente en el sofá de su sala de estar y una sonrisa divertida curvo sus labios al verlo, negó ligeramente y se encargo de ponerle una manta encima antes de seguir con su camino a la cocina de su hogar.

Necesitaba algo de beber.

Se encontraba de espaldas, buscando un poco de agua en la heladera cuando escucho la voz de thomas a sus espaldas, erizandole la piel.

—¿Con insomnio?—Pregunto ganándose la mirada de la ojiazul. Lo miro, notando que estaba apoyado en la mesada a unos pocos metros de ella, observándola atentamente.

—Si, un poco..

Thomas recorrió su cuerpo de forma lenta y muy poco disimulada. Ella llevaba un pequeño conjunto de dormir en color negro, que al ser de ceda no dejaba mucho a la imaginación de nadie.

Ella se aclaro la garganta, haciendo que él la vuelva a mirar a los ojos y deje de ver su cuerpo.

—¿Tampoco puedes dormir?—Consulto antes de beber un poco de agua. Él se acercó.

—No.. Tampoco puedo..

—Y eso, ¿Por qué?—Pregunto dejando el vaso de agua sobre la mesada intentando no parecer nerviosa ante el contrario. Un suspiro escapo de su boca sintiendo como thomas se posicionaba detrás de ella, tomándola por la cintura, pegandola a su cuerpo.—Tom, ¿Qué estas haciendo?—Intento frenarlo, pero el ojiazul no se lo permitió.

—He estado pensando en ti durante toda la noche, llevo horas intentando sacarte de mi mente.—Murmuro en su oído.—¿Por qué, Iris? ¿Por qué no sales de mi mente?—Inquirió apretando su agarre.

—Y-yo.. yo..—Estaba tan nerviosa que las palabras no salían de su boca y no era capaz de formular una oración completa.

—No puedes volver a hacerme esto, Iris. Dijimos que nunca volvería a pasar, que solo somos amigos.—Murmuro entredientes, dejando un beso sobre su hombro desnudo, erizandole la piel en un segundo.

Hace algunos años habían estado juntos algunas veces, jurando que solo era atracción física pero cuando se dieron cuenta que era más fuerte que solo eso, se alejaron sin pensarlo dos veces. No podían seguir con eso o terminarían mal, ambos lo sabían y por eso se alejaron, jurando nunca volver a caer en la tentación.

Nadie nunca lo supo. Era un secreto.
Uno prohibido.

—Tommy..—Jadeo sintiendo como la fría mano de thomas se hundía dentro de sus pequeños shorts.—No podemos hacer esto, están los chicos en la casa, tommy, para.—Murmuro recordando que arthur estaba durmiendo en la habitación contigua y john en el piso de arriba.

—Haz silencio entonces.—Murmuro corriendo aun lado las bragas de la castaña, hundiendo su mano en su intimidad haciéndola suspirar mientras se aferraba a la mesada con fuerza.

—Tom..

—Guarda silencio, amor. No quieres que arthur te escuche.—Musito suavemente cerca de su oído, dejando un beso húmedo en su cuello.

La ojiazul mordió con fuerza su labio inferior intentando guardar silencio, pero thomas conocía cada uno de sus puntos débiles y lo estaba usando a su favor. Quería escuchar, hace tanto tiempo quería escucharla.

—Mmh.. tommy.. no..—Jadeo cuando sintió como el contrario se deshacía de su short y la inclinaba ligeramente sobre la mesada.

—No hagas ruido.—Ordenó, poniendo una de sus mano sobre la boca de la castaña. La conocía lo suficiente como para saber que no podría mantenerse callada.

Dicho eso, se hundió dentro de ella y luego de unos segundos quito su mano, agarrandola firmemente de las caderas para hacer movimientos más profundos y firmes.

—Oh.. tommy..—Gimió sintiéndose débil debajo de thomas. Intentando sostenerse de la mesada para tener más estabilidad, pero los movimientos de tom la estaban volviendo loca.

—No te haces una idea de lo mucho que te extrañe, Iris.—Murmuro haciendo movimientos más lentos. Quería disfrutar cada segundo estando dentro de ella, era algo de otro universo. Nada se le podía comparar.

Con ella todo se sentía distinto.

La castaña cerró sus ojos, sintiendo como la mano de thomas se hundía entre sus cabellos, tomándolo con fuerza.

Jadeo ante tal acto.

—Tommy, dios.. tom..—Gimió sin importarle que estuvieran los hermanos shelby en su casa. Estaba tan cerca de llegar al punto máximo de placer, sus piernas estaban temblorosas y su respiración agitada.

—Vamos, amor, llega para mi.—Pidió al verla desarmarse de placer bajo su cuerpo. La satisfacción que sentía al verla de esa forma, no era algo que pudiera explicar con palabras.

—Oh.. tom..—Gimió una última vez, sintiendo como sus piernas se debilitaron ante las últimas embestidas de thomas.

—Tranquila, te tengo amor.—Le aseguro tomándola de la cintura con fuerza, sin dejarla caer.

—Maldición, thomas.

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